Quedarse sin luz ha significado para muchos puertorriqueños la pérdida de comida, medicinas refrigeradas, la ausencia de los menores en las clases virtuales, quedarse sin batería en el teléfono o simplemente dejar pasar casi un día entero de trabajo.
La indignación de miles de habitantes de Puerto Rico tocó limites, con una manifestación en San Juan, la capital, en la que participaron cerca de 4.000 personas que están en contra de la gestión de la compañía privada de energía Luma Energy, responsable desde junio de la distribución y transmisión del sistema eléctrico de la isla, como de la estatal Autoridad de la Energía Eléctrica (AEE), que hasta esa fecha era la responsable de todo el sistema.
Luego de que el huracán María azotara a Puerto Rico en septiembre de 2017, la red eléctrica se ha vuelto cada vez más inestable. Desde entonces, el sistema no ha sido reconstruido completamente.
Esta semana, el Gobierno anunció el primer desembolso de fondos federales a la AEE de 7,1 millones de dólares para empezar la reconstrucción.
Cortes eléctricos que perjudican la vida
El blanco, azul y rojo de la bandera puertorriqueña resaltó este viernes 15 de octubre durante la manifestación contra las empresas que actualmente administran el servicio de energía en la isla.
El sentimiento patriótico logró juntar a miles de puertorriqueños, en un intento por defender su derecho a la salud, el trabajo y la educación de sus hijos.
Los constantes cortes de luz en varios sectores de Puerto Rico han perjudicado la rutina de muchos. “Estamos cansados de volver a casa y ver que no tenemos luz”, dijo Mayra Rivera, una manifestante, a la agencia de noticias AP. La mujer aseguró además que está preocupada por sus padres, que tienen más de 90 años, y el calor que los sofoca durante el día.
Juan Antonio Rivera, otro de los participantes, dijo que el apagón más reciente lo dejó en la oscuridad esta semana durante 43 horas y los anteriores dañaron sus dos computadoras.
Por su parte, Jesús Vázquez, presidente de la patronal Centro Unido de Detallistas (CUD), organismo que ha pedido al Gobierno atender la crisis actual, dijo que “los comerciantes ya no aguantan la inseguridad energética. Viven bajo estrés y con la incertidumbre de si podrán trabajar o si algún equipo se dañará por los constantes bajones de luz”.
Tarifas más altas por un servicio deficiente
El paso del huracán María en septiembre de 2017 dejó profundos daños en la red eléctrica de Puerto Rico, por lo que el servicio sigue, hasta hoy, siendo inestable. Es decir que, en los últimos cuatro años, miles de puertorriqueños han sufrido de la intermitencia eléctrica en sus hogares y negocios.
El gran malestar social lo ha alimentado el anuncio de Luma Energy, actual responsable de la distribución y transmisión del sistema eléctrico de la isla, de la posibilidad de un aumento en las tarifas.
Se trata de una subida de precio del 16,4% en la factura de la luz, pero, hasta ahora las autoridades reguladoras no han aprobado la solicitud.