Moscú se apresura a consolidar reclamos territoriales en Ucrania que el Ejército local amenaza con revertir en el campo de batalla.
El Kremlin confirmó que mediante un decreto, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anexionará el viernes 30 de septiembre las cuatro regiones ucranianas en las que se llevaron a cabo cinco jornadas de votación en cuestionados referendos, en los últimos días.
Se trata de las autoproclamadas Repúblicas de Donetsk y Lugansk, en el este del país invadido, y Jersón y Zaporizhia, en el sur.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ratificó a la agencia estatal de noticias rusa Tass que la ceremonia para la formalización de la medida se llevará a cabo a las 3 p.m., hora local.
Después de la firma del documento, está previsto que el mandatario ruso pronuncie un importante discurso junto a los líderes separatistas prorrusos designados por Moscú en suelo ucraniano.
Se firmarán acuerdos «con los cuatro territorios que celebraron referendos y realizaron las solicitudes correspondientes a la parte rusa», aseveró Peskov.
La mayor anexión forzosa de territorios en Europa
El área total que Rusia reclamará de facto asciende a aproximadamente el 15% del territorio ucraniano, una extensión de tierra comparable con Hungría o Portugal e incluye a aproximadamente 4 millones de personas.
Putin ya había anexionado de forma similar a la sureña provincia de Crimea, en 2014, por lo que suma alrededor del 20% de suelo del vecino país.
La decisión de Putin marca la mayor anexión forzosa en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, resaltó el editor de defensa de ‘The Economist’, Shashank Joshi.
Rusia dice que las consultas fueron «genuinas» y que muestran el apoyo público a la medida. Según los resultados de las autoridades electorales impuestas por Moscú, la unión fue aprobada por hasta el 96% de los votantes.
Kiev, la Unión Europea y Estados Unidos, entre otros gobiernos occidentales, aseguran que fueron votaciones «falsas» y con amedrentamiento a la población en territorio ucraniano controlado por las tropas rusas.
La adjudicación es señalada por muchos como una «incautación ilegal» de tierras capturadas en el conflicto en curso, que este jueves cumple 218 días.
EE. UU. y la UE alistan nuevas sanciones
Washington y Bruselas señalaron que están listos para imponer sanciones adicionales al Kremlin por sus acciones de invasión.
Incluso, algunos de los aliados tradicionales más cercanos de Rusia, como Serbia y Kazajistán, aseguran que no reconocerán las anexiones.
Lo que Rusia presenta ahora como una «celebración» se produce semanas después de que los militares del Kremlin enfrentaran los peores reveses de la guerra, con derrotas en el noreste, donde el Ejército ucraniano recuperó toda la provincia de Járkiv y encontró una fosa común con alrededor de 450 tumbas. Un hallazgo que Kiev denuncia como crímenes de lesa humanidad.
Algunos expertos militares indican que las fuerzas ucranianas están a punto de perpetrar otro gran golpe y derrota para el Ejército invasor, rodeando gradualmente la ciudad de Lyman, el principal bastión que queda de los rusos en la parte norte de la provincia de Donetsk.
Su caída podría abrir el camino para que las fuerzas ucranianas lancen ataques en franjas de territorio que Rusia ahora pretende anexar.
Tras la adjudicación, Moscú podrá justificar que defiende territorios que le pertenecen. Así, se vislumbra un recrudecimiento del primer conflicto en Europa desde la guerra de los Balcanes.