Por: Jairo Vargas León/ Cada vez que uno de los grandes cantantes de la salsa muere, Rubén Blades anuncia en sus redes sociales: “el artista se ha mudado del barrio” por fortuna Rubén todavía no ha querido ser inquilino de ese espectro urbano donde ha ido a parar la bacanería de quienes ostentan el sabor de la salsa.
Rubén Blades típico caribeño, nacido en Panamá, de padre colombiano oriundo del caribe samario y de madre cubana de la patria de Nicolás Guillén donde se respira como lo dice el poeta: «Un largo lagarto verde con ojos de piedra y agua»; esa es la mixtura en la que creció el poeta de la salsa.
Hubo un hecho en la vida del cantante que en su temprana juventud lo marcó visiblemente. A los 15 años de edad fue impactado por los hechos trágicos que ocurrieron en su país natal, un 9 de enero de 1964, hubo varios muertos y heridos entre estos, estudiantes y civiles por parte de soldados estadounidenses y policías que resguardaban el canal de Panamá.
Los manifestantes protestaban para que en su propio país en la zona del canal fuera izada la bandera panameña junto a la estadounidense en una escuela de la zona del canal. Este hecho marcó fuertemente al joven Blades quien declaró: “Hasta 1964 yo había sido totalmente proyanqui, en música, en gustos, en todo. Pero estos sucesos me hicieron abrir los ojos y muchos como yo, empezamos a hacernos preguntas de índole sociopolítica».
Para bien de la música caribeña, pese a los hechos luctuosos surgió el pensamiento crítico, solidario y democrático del principal vocero de la salsa intelectual, quien a la postre posicionó un perfil en el ritmo sonoro y alegre de la melodía rumbera.
El estilo innovador de Rubén en la salsa se expresó al introducir crónica urbana, retazos literarios, versos poéticos, pero además letras con crítica social, reflexiones a través del verso consciente, estos mensajes lograron captar a un público que además de divertirse con los pies también se divertía con la cabeza.
La propuesta musical de Blades se articula con el escenario latinoamericano de la era postrevolucionaria cubana, el movimiento musical de la nueva trova, pero además de un entorno sociopolítico en ebullición: dictaduras militares, nuevos movimientos sociales, propuestas de una nueva visión de sociedad. Todo este contexto nutrió la salsa consciente, a través de la cual surgieron melodías iconos para varias generaciones. Ello se puede inferir en lo siguiente:
A) Sembrando la esperanza latina
De la canción “siembra” se desprende un mensaje poético, de identidad latinoamericana; “usa la conciencia latina/ no la dejes que se te duerma/ no la dejas que muera/ siembra…si pretendes recoger/ siembra…si pretendes cosechar/”.
Ello encierra un mensaje de esperanza, una exhortación al orgullo cultural, hay que hacerle eco a la justicia social, los movimientos independentistas convocan a la liberación política, todo el mensaje estaba dirigido en particular a los latinos que vivían en Estados Unidos donde se acentuaba con rigor la discriminación y la opresión política.
B) Pedro Navaja antihéroe de la ciudad
la canción más emblemática por la cual se le conoce a Rubén Blades es por la melodía de “Pedro Navaja”, cuyo contenido se enmarca más en una obra literaria, una introducción cinematográfica que traslada a cualquier oyente a una calle desolada, oscura, sin testigos, como cualquier calle del centro de una ciudad latina.
Pedro Navaja deambula por la calle del bajo Queens de Nueva York, “Por la esquina del viejo barrio lo vi pasar/con el tumbao que tienen los guapos al caminar/las manos siempre en el bolsillo de su gabán/ pa que no sepan en cuál de ellos lleva el puñal/”. En el denominado bajo mundo cercano a la lujuria de la noche bohemia, de los bares y prostitutas circula el hombre que, “usa un sombrero de ala lancha de medio lao/ y zapatillas por si hay problemas salir volao/ lentes oscuros pa´ que no sepan que está mirando/ y un diente de oro que cuando ríe se ve brillando/”.
Esa es la crónica roja del antihéroe de la ciudad latina, aquel típico delincuente, consumidor de droga que otea la presa ciudadana. La melodía provista de sonidos que recrean el misterio, el suspenso, nos sitúan en la escena criminal de las viejas radionovelas, así transcurre la canción salsera de un film urbano.
No era previsible en su momento que una canción de 7 minutos, narrada y cantada, con signos no convencionales fuera a ser de buen recibo para el exigente público que milita en la salsa y menos aún que el tema tuviera el resonante éxito como en efecto generó en los diferentes canales de difusión musical.
El tema ha sido de gran impacto que ha dado lugar a obras de teatro, operas, análisis literario y semiótico de la crónica lírica interpretada por Blades. Respecto a ello el cantante señaló en una conversación que sostuvo con García Márquez, el nobel replicó que “estaba de acuerdo con que la música popular era capaz de producir letras y argumentos de alto contenido y nivel literario”.
Adicional a lo anterior como acotación final Gabo, admirador de la obra musical del cantante panameño y en particular de su canción icónica señaló en más de una oportunidad: “Lamento no haber escrito Pedro Navaja”. Ello corrobora el sello literario de la mentada melodía.
No es desatinado reiterar que la letra de una canción se clasifica en el género de la literatura, un reconocimiento a ello lo constituyó el premio nobel otorgado en el 2016 al cantautor estadounidense Bob Dylan. La Academia Sueca registró como meritorio que el artista se destacó “por haber creado una nueva expresión de poesía a través de canciones norteamericanas”. Ello implica que no está lejano el día que Rubén Blades pueda ingresar al olimpo literario del nobel de literatura por lo realizado a través de su historia musical.
C) ¿Es plástica la sociedad?
A través de la canción “plástico”, el artista describe el arribismo social, las apariencias en las que se escuda la vanidad, la egolatría, un mundo falso que es despiadado con el ser humano. “Ella era una chica plástica de esas que veo por ahí/ de esas que cuando se agitan sudan Chanel number three/ que sueñan casarse con un doctor/ pues él puede mantenerlas mejor/ no le hablan a nadie si no es su igual/”.
El 18 de noviembre de 2021 la academia del latín Grammy reconoció la historia musical de Rubén Blades, 136 canciones de su autoría hacen parte de su repertorio su gran producción transita en el imaginario latinoamericano de una manera crítica, reflexiva, con diversas interpretaciones, pero germinando de manera significativa en el deber ser ciudadano, como lo dijo el cantante puertorriqueño Residente el día de la ceremonia “Me criaste con tu música, me educaste con tus letras”.
Múltiples latinos pueden parafrasear ese verso en el cual sin duda alguna el éxtasis de la melodía salsera también permea en la conciencia ciudadana por cuanto se baila pensando más allá de pensar para bailar. Por ello Rubén reafirma en su prolífica obra su condición indiscutible de ser el gran filósofo de la salsa.
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*Abogado-Economista, Magister en filosofía, Doctorando en Derecho, Docente Universitario