En un acto simbólico y profundamente significativo para la cultura cinematográfica del país, la reconocida directora Libia Stella Gómez, actual decana de la Facultad de Cine de la Universidad Nacional de Colombia, realizó la donación oficial del material fílmico incunable de la película colombiana “La historia del baúl rosado” a la Fundación Cineteca Pública de Santander, en cabeza de su directora, Lizbeth Torres Acosta.
Esta entrega, cumplida en Bogotá, representa un hito para el fortalecimiento del archivo audiovisual en el oriente colombiano y un gesto de reconocimiento a la labor de recuperación, preservación y circulación del patrimonio fílmico que la Fundación viene liderando desde Bucaramanga.
“Recibir este archivo es un honor, pero también una gran responsabilidad. Este gesto demuestra que el cine colombiano confía en los territorios como guardianes de su memoria. La historia del baúl rosado se suma ahora a los relatos que desde Santander narran quiénes fuimos, quiénes somos y quiénes podemos llegar a ser”, expresó Lizbeth Torres, visiblemente emocionada.
Una obra de culto para la reflexión crítica
«La historia del baúl rosado» es una película colombiana de 2005 escrita y dirigida por Libia Stella Gómez. Ambientada en la Bogotá de los años 40, la cinta construye una narrativa de misterio clásico: un cadáver es hallado dentro de un baúl en la estación de tren, dando inicio a una investigación policial que se convierte en un caso mediático sensacionalista.
Con un guion brillante, la película no solo engancha desde el suspenso, sino que ofrece una poderosa crítica social. A través del personaje del periodista Hipólito Mosquera, quien tergiversa la información para alimentar el escándalo, la cinta plantea una profunda reflexión sobre la corrupción policial, la manipulación mediática y la responsabilidad ética del periodismo en la construcción de la realidad.
Su valor no es solo estético o narrativo, sino también pedagógico, cultural y político, lo que la convierte en una herramienta clave para procesos de formación de públicos, análisis crítico y diálogo social a partir del cine.
Un archivo que se proyectará hacia las comunidades
La incorporación de este material al fondo patrimonial de la Fundación Cineteca Pública de Santander permitirá no solo su conservación técnica, sino su proyección viva en espacios de exhibición comunitaria, formación en escuelas de cine y procesos educativos con jóvenes, estudiantes y líderes culturales del territorio.
Con este gesto, se reafirma el compromiso de seguir haciendo del cine un lenguaje de memoria, reflexión y transformación.
“El cine es un espejo del tiempo. Gracias a esta donación, podremos seguir construyendo identidad desde las imágenes que nos han contado como país”, concluyó Lizbeth Torres.