Por: Jhon F Mieles Rueda/ Ante el riesgo que genera el calentamiento global para nuestra supervivencia, así como el crecimiento desmedido de la población mundial año tras año que demanda cada vez más alimentos y recursos, además, de que la agricultura latinoamericana pasa por un período crítico debido a la pérdida de productividad de los suelos, al aumento de costos de producción, entre otros factores. Es necesario adoptar nuevos modelos de producción agropecuaria que permitan suplir eficientemente la creciente demanda de alimentos siendo lo más amigables posible con el medioambiente.
Desde finales de los años 70 y principios de los años 80, empezó a desarrollarse un nuevo de modelo de producción llamado Agroforestería que busca aprovechar el espacio en un terreno determinado para aumentar la productividad, rentabilidad y eficiencia ambiental.
Un sistema agroforestal es una forma de uso y manejo de los recursos naturales en el cual se utilizan árboles, ya sean frutales, maderables, forrajeros o cercas vivas que son sembrados en asociación con cultivos agrícolas o animales, ya sea de manera simultánea o secuencial con el paso del tiempo.
La agroforestería se puede definir también como un sistema de manejo dinámico y ecológico de los recursos naturales que, bien a través de la integración de los árboles en las fincas y en los paisajes agrícolas o bien a través de la producción de productos agrícolas en los bosques, diversifica y sustenta la producción con objeto de incrementar los beneficios económicos, sociales y ambientales de los usuarios.
La ganadería y la agricultura son actividades económicamente importantes, ya que de ellas obtenemos muchos productos de consumo. Por ejemplo, de la ganadería se obtienen productos como carne, leche, y sus derivados (yogurt, mantequilla), mientras que de la agricultura obtenemos productos como maíz, frijol arroz, y una gran variedad de hortalizas como pepinos, zanahorias, tomates, por citar algunos.
Sin embargo, muchas veces consideramos únicamente los beneficios que se obtienen con estas actividades, y olvidamos que para establecerlas se tumban y queman grandes extensiones de selvas en las cuales viven una gran diversidad de animales y plantas.
Con la introducción de los árboles a estos sistemas se puede obtener en total un mayor rendimiento, y al mismo tiempo mantener la diversidad y promover el uso sustentable de los recursos, o por lo menos evitar la degradación del suelo y la pérdida de la biodiversidad.
Los sistemas agroforestales (SAF) son importantes por la obtención de productos y servicios. Además de los productos esperados de la cosecha de los cultivos establecidos, se pueden añadir la cosecha de los árboles multiusos destinados a ser aprovechados como leña, carbón, alimentos, forraje y para aprovechar sus frutos.
En comparación con los sistemas de producción en monocultivo, los sistemas agroforestales ofrecen al campesino varias ventajas, por ejemplo:
Incrementa en forma directa los ingresos a la familia campesina, combinando cultivos con ciclos de producción más equilibrada.
Reduce los costos de producción agropecuaria.
A mediano y largo plazo, los ingresos de la producción de madera y productos no maderables, frutas, colorantes y miel pueden ser importantes.
Sirven como linderos y barreras rompe vientos.
Ayudan a fijar nitrógeno y capturar CO2.
Control de la erosión del suelo.
La agroforestería puede ser especialmente importante para los pequeños agricultores ya que genera diversos productos y servicios en una zona de tierra limitada. Las ventajas de los sistemas agroforestales frente al monocultivo son múltiples. El monocultivo se basa en el uso intensivo de los recursos (suelo, agua, bosque, etcétera); muchas veces haciendo uso indiscriminado de fertilizantes sintéticos y pesticidas, impactando negativamente sobre el medioambiente.
Mientras que los sistemas agroforestales son una opción para recuperar las áreas alteradas o perturbadas, al incorporar árboles en la agricultura y la ganadería, y que mediante un manejo adecuado nos permiten darle un valor agregado a la tierra. También contribuyen a proteger y formar el suelo, mejorar su fertilidad, regular el microclima, y proteger y conservar la biodiversidad.
En los sistemas agroforestales se requiere que todos los componentes interactúen positivamente para que haya un funcionamiento adecuado, por ello debemos tener cuidado ya que, si no seleccionamos a los árboles apropiados que sean compatibles con el cultivo o los animales con los que queremos asociarlos, el sistema funcionará, pero no adecuadamente.
Utilizar los sistemas agroforestales demuestra amor por nuestra tierra y por nuestros hijos, que podrán conocer los beneficios de los árboles. Por ello los SAF son importantes para la vida y debemos acelerar su implementación en nuestros campos para luchar contra el cambio climático y mejorar la calidad de vida de nuestros productores.
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*Escritor, agroforestal y político local.
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