Se encuentra a poco más de 300 kilómetros de la costa taiwanesa este portaviones chino llamado «Shandong». Aunque las autoridades de la isla han declarado que «no se espera una gran escalada de las tensiones», lo monitorean. El envío de dicho buque se da luego de la visita de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, a Estados Unidos. Los ejercicios militares cerca a Taiwán se han convertido en una práctica cada vez más frecuente de China.
«Es un entrenamiento, pero el momento es bastante delicado, y aún estamos estudiando hasta dónde llega,», mencionó el ministro de Defensa taiwanés, Chiu Kuo-cheng, sobre el buque de guerra chino.
El Shandong está siendo monitoreado por la fuerza naval de Taiwán y por el portaviones estadounidense, USS Nimitz, que está ubicado a 400 millas náuticas de la costa este de la isla.
«No se puede decir que esté aquí por nosotros, pero en cuanto se produjo esta situación… todo está relacionado», añadió Chiu al ser cuestionado por el navío estadounidense.
Tanto el gobierno estadounidense como el chino se han negado a comentar el tema. Sin embargo, el hecho se produce luego de la reunión de la presidente de Taiwán con el portavoz de la Casa Blanca, Kevin McCarthy, el miércoles pasado.
Reacción de China a la reunión
Según declaraciones del gobierno de Xi Jinping, Estados Unidos está recorriendo un «camino incorrecto y peligroso» al recibir a la presidenta de Taiwán, un territorio que Beijing argumenta, es parte de China y no es soberano.
Aunque el gobierno estadounidense ha señalado en múltiples ocasiones que la visita de Tsai no tiene tintes provocativos y que no busca elevar las tensiones con el gigante asiático, en Beijing lo interpretan como una transgresión a la política de «Una sola China».
«El apoyo de Estados Unidos al pueblo de Taiwán seguirá siendo decidido, inquebrantable y bipartidista,», declaró McCarthy después de su encuentro con la mandataria. Además, durante la reunión se habló de la importancia de reforzar la capacidad de defensa de la isla.
Estados Unidos y el respeto a «una sola China»
A través de un comunicado a la opinión pública, el ministerio de Relaciones Exteriores chino subrayó qué se tomarían «medidas resueltas y contundentes para defender la soberanía nacional y la integridad territorial».
La política de «una sola China» exige, a cualquier nación que quiera tener relaciones diplomáticas con Beijing, no reconocer oficialmente a Taiwán como país soberano y la ruptura de relaciones con el gobierno de la isla.
Estados Unidos no tiene conversaciones diplomáticas con Taiwán desde 1979. Sin embargo, Washington es el principal proveedor de ayuda militar y de defensa de la isla.
La administración Biden ha sido una de las más cercanas al gobierno de Taiwán teniendo en cuenta la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taipéi en agosto; y la reciente, de la presidenta taiwanesa a territorio estadounidense.