Por: Débora Melissa Escudero Sepúlveda/ Ponte cómodo que haré lo mediocremente posible para que puedas identificar el nivel de hipocresía de cualquier persona, incluso tu propio nivel.
Empezaremos por los más aberrantes casos hasta llegar al más usado por todos. Ésta guía dinámica contará con ejemplos y recreaciones que harán más fácil su explicación, la idea es que no tengas que pensar mucho, solo interiorizar, así cómo nos gusta, espontáneo y ligero.
Hipocresía nivel Dios: La mayor hipocresía es la que viste de religiosidad, de justicia, de integridad. Si, ya sé que lo primero que viene en mente es Ordoñez quemando libros, entre esos Biblias porque no eran traducciones católicas, apostólicas y romanas sino pecaminosas ediciones protestantes.
Pero hay más, recordemos que el pasado mes de abril en el Congreso 30 congresistas se declararon impedidos para votar la conveniencia de la consulta anticorrupción.
Aunque es ridículamente cínico ver a un congresista decir que tiene conflicto de intereses para votar una consulta anticorrupción, me sorprende ver que dentro de esos 30 se encuentren los tres hermanos en la fe del movimiento MIRA. Ahí mis queridos hay hipocresía nivel Dios.
Hipocresía nivel ceguera selectiva: Son aquellos que se escandalizan fácilmente, los que por estos días se encuentran horrorizados con las nalgas de Antanas, se rasgan las vestiduras por semejante acto de absoluta vergüenza, pero que al mismo tiempo sienten placer en las expresiones de violencia.
Compran los tabloides y se ríen de las desgracias bien temprano en la mañana, por la tarde se sientan juiciosos a rezar el rosario. Habla de la familia, de la unión, del respeto, pero en secreto se escapa con su asistente.
Tienen diferentes medidas para juzgar, todo depende del parentesco o del grado de afinidad. Bien hizo Jesús al decir “Hipócritas, ¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?”
Estos tienden a clasificar los muertos, como buenos o malos, de los creadores de “que robe pero que haga”.
Hipocresía Diplomática: La más común de las hipocresías, la mentira encubierta, los lobos vestidos de ovejas, lo importante de esto es la apariencia, que la gente vea buenas intenciones, aunque en realidad es una construcción de falsedades. La mejor forma de identificar a éstos expertos timadores es evaluando sus resultados, ‘por sus frutos los conoceréis’.
De ésta gozan perpetuamente los polítiqueros en campaña, una gran y falsa sonrisa, un aire bonachón, todas sus camisas son blancas para reflejar pureza, se constituyen una marca tan elaborada que hasta el olor de su perfume hace parte de ella, ésta es muy fácil de reconocer. Cuando veas las señales, pregúntate ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones?
Es claro que éste hipócrita diplomático solo necesita proyectar lo suficiente para conquistar, evita discusiones desafortunadas, nada que altere el orden natural de su estrategia, una falsa armonía sostenida momentáneamente, imagina tu cara cuando eras niño y tu profesor te hacía pedir perdón a la fuerza, darle la mano al compañerito que hace un minuto te estaba pegando, esa misma expresión es la misma que tienen cuando un vulgar ciudadano de a pie viene a saludar a quien antes le prometía el cielo.
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