Tilcia Navarro Grandas es de la vereda El Tigre en el municipio de La Paz, en sus manos, su carácter y su mirada se nota que ha sido mujer de campo, trabajadora y aguerrida; ella preparó la alimentación para los obreros en trapiche durante 32 años y desde ese tiempo fue dejando en las comunidades la imagen de una mujer a la que valía la pena apoyar.
“Me encanta el campo y todos los días me dedico a sus labores yo pertenezco al Partido de la U, Salí con 113 votos y ese proceso, fue un poquito peleado porque quedé entre los nueve. Pero la candidata qué iba en segundo lugar me quitó la curul, luego de que renunciara el 3 de febrero, yo apelé y gané. Me posicione como concejal el 30 de abril. No solo soy concejal, soy ama de casa y artesana”.
Por sus obras con las comunidades por más de 27 años empezó a darse a conocer y sin la intención de llegar a la política siempre decía que no se lanzaría al consejo, pues no quería que se convirtiera en un trabajo con ánimo de lucro.
“Quería ganar con la convicción de hacer las cosas de corazón y ayudar por voluntad propia, pero me di cuenta que uno siendo concejal puede hablar mejor por las comunidades, tiene uno como ayudar más a la gente. La gente me decía cada cuatro años que me lanzara, que yo podía, pero no lo hice hasta ahora”.
Manos laboriosas
Ella es una artesana muy capacitada, literalmente, porque durante 2 años se formó en el SENA para aprender todo el proceso del fique. Luego de estar en una asociación de la cual se retiró por ser de una corriente política distinta donde fue discriminada, se retiró y creo su propia empresa junto a una de sus hijas, quien estudia becada, gestión empresarial en la UIS de Barbosa. Encontró en su familia el mejor apoyo para seguir adelante.
“Tenemos en nuestra empresa todo en tejidos, vendemos bolsos, carteras, tapetes, individuales, juegos de mesa y mochilas; pero también trabajo la madera y el cuero, y ahora estoy trabajando la pepa de mango que, aunque tiene un proceso bastante largo, con ellas hago cotizas. Bueno, ahora por mis labores del concejo, hace más de un año que no tengo tiempo para trabajar en las artesanías. Pero siempre he gustado”
Su mama era también artesana, de allí esa vena artística natural. Ella hacia flores en tela y por el trabajo de la costura Tilcia también aprendió de modistería, es así como le arreglaba la ropa a la gente, colocaba cremalleras, arreglaba las botas de los pantalones, todo en una vieja máquina de coser.
“Yo lo único que quiero es ser un ejemplo en mi comunidad que con materiales reciclables uno puede hacer cosas. Eso de alguna forma tiene un valor, además de ser sostenible”.
Esta laboriosa concejala expresa que el tiempo no le alcanza y que quisiera hacer todos los cursos que se pudieran, pero sabe que su misión está ahora al frente del concejo.
Gestiones y acciones
En el campo, así como la tierra lo provee todo en cuando al alimento, también muestra muchas necesidades de sus comunidades y la concejala artesana no es ajena a ello. Ella recolecta ropa de segunda para bebés, niños y trabajadores y adultos mayores. Hace gestión y muchas veces de su propio también aporta para la compra de pañales y como si fuera poco les alegra la vida a las abuelitas, dignificando los ‘hilos dorados’ de sus cabezas.
“Les celebró los cumpleaños a las abuelitas y les tinturo el cabello; a las que no pueden hacer aseo pues yo destino media hora de mi tiempo ‘pegó el trote’ y llegó allá para ayudarles; las acompañó a las citas médicas y he llevado a los adultos mayores a las vacunas. Cuando una persona de pronto se muere y no hay para su sepultura yo recolectó el dinero y hago la gestión para hacer enterrar esa persona; los apoyo cuando no tienen para los medicamentos o para mercado”.
En el recinto del concejo esta pendiente de los debates de control y por su reconocimiento, prestigio y aprecio entre los funcionarios de la administración recibe un mejor trato y entrega de información sobre subsidios, planes o beneficios para las comunidades. Ella dice que esta información es clave a la hora de orientar a los habitantes de su municipio.
La tiene clara
Con sencillez y voluntad quiere volver a ser concejal, expresa que se trata de una oportunidad importante para trabajar por las comunidades, sostiene que 4 años son muy pocos para trabajar por la gente.
“Uno ve que en ese tiempo se trabaja, pero luego las cosas paran y las veredas quedan quietas cuando todavía hay mucho por hacer. El apoyo de mi esposo que es presidente de junta de acción comunal de El Tigre, ha sido importante, pues trabajamos en diferentes jornadas en las veredas del municipio”.
De la abundancia del corazón se expresan las palabras y esta mujer polifacética, sostiene que ojalá se pudieran más recursos con los mandatarios de turno para mejoramientos de vivienda y muchas obras más. Por ahora seguirá su trabajo que empieza desde las 3:00 am y culmina sobre las 10:00pm compartiendo su tiempo entre la familia, las comunidades y la corporación edilicia.