Es la última reunión del 2021, un año que se cierra con varios debates sobre la mesa. Uno de los ejes principales del encuentro de los Veintisiete es la tensión entre Rusia y Ucrania y las posibles sanciones que aplicarían en caso de un ataque ruso.
El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, dijo que se prepara un «amplio paquete de sanciones” que se debatirá hoy con los líderes y reiteró que «cualquier acción agresiva tendrá un mayor precio político y económico» para Rusia.
Al respecto, Gitanas Nauseda, el primer ministro de Lituania, aseguró a su llegada a Bruselas que la UE tiene «suficientes herramientas para disuadir a Rusia de una agresión, empezando por sanciones económicas y sectoriales». Agregó que el bloque debe hacer «todo lo que esté en su mano para evitar el peor escenario de una intervención militar en Ucrania, que desafortunadamente no podemos excluir».
Nauseda también consideró que la región báltica “afronta su situación más peligrosa» en los últimos 30 años. Esto incluye la crisis migratoria en la frontera entre Belarús y sus vecinos, especialmente con Polonia.
En su primera cumbre de la UE como líder alemán, Olaf Scholz subrayó «una vez más que la inviolabilidad de las fronteras es una base importante para la paz en Europa, y que juntos haremos todo lo posible para asegurar que esta inviolabilidad perdure».
Entre sus propuestas está no abrir el gasoducto Nord Stream 2, que une Rusia directamente con Alemania sin pasar por Ucrania. Esto, porque considera que Moscú lo está usando «como chantaje contra la UE» y para «hacer daño al gobierno ucraniano».
Coincidió con él el primer ministro esloveno, Janez Jansa. El político sugirió que “una opción para la UE en su enfrentamiento con Moscú podría ser evitar que el nuevo gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania entre en funcionamiento». Pero los líderes confesaron que Berlín aún no sabe si arriesgar el suministro de gas natural ruso.
Sin embargo, Jansa consideró que podría haber «canales abiertos para negociaciones serias en los próximos días quizás en el formato de Normandía», una iniciativa diplomática de paz que reúne a Ucrania y Rusia con Francia y Alemania como mediadores, pero que “si la diplomacia no funciona las sanciones están sobre la mesa».
Entre tanto, Micheal Martin, el primer ministro de Irlanda, un país neutral fuera de la OTAN, dijo que “cualquier disputa con Moscú debería resolverse por medios pacíficos».
Las autoridades comunitarias llevan semanas evaluando qué sanciones aplicar a Rusia en caso de un ataque a Ucrania, pues ha acumulado decenas de cientos de soldados en la frontera con el país vecino.
La pandemia de Covid-19
Los líderes también abordarán la pandemia de coronavirus, especialmente para coordinar las medidas de contención ante el avance de la variante Ómicron.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotaki, expresó que «lo que sabemos sobre Ómicron es bastante preocupante» y que el enfoque debe estar en la «aceleración de la vacunación y, en particular, la administración de dosis de refuerzo».
«Si necesitamos tomar medidas adicionales sobre pruebas adicionales creo que solo tienen que ser aplicadas en Navidades para que ganemos tiempo adicional para dar dosis de refuerzo a toda la gente que podamos», dijo a su llegada a la reunión.
Por su parte, Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno de España, consideró que la comunidad debe «seguir con la vacunación y continuar con las dosis de refuerzo que necesitamos todas las generaciones para seguir estando inmunizados».
«Esa va a ser la posición que mantenga el Gobierno de España. También de reconocimiento del trabajo que están haciendo países africanos en la secuenciación, en la transparencia, en compartir esa información con el resto de la comunidad internacional ante las nuevas variantes como la Ómicron”, agregó Sánchez.
El precio de la energía
Un tema que genera controversia entre los líderes de la UE es la naturaleza de las “inversiones verdes». Los estados debaten entre incluir el gas y la energía nuclear en la lista de energías consideradas virtuosas para el medio ambiente o no.
En Francia, la energía nuclear suministra el 70 % de la electricidad. En efecto, está a favor de la integración de la energía nuclear en la «taxonomía verde» de la UE.
Polonia comparte el pensamiento francés. Su primer ministro, Mateusz Morawiecki, dijo a su llegada a Bruselas que «Polonia apoya firmemente la posibilidad de financiar inversiones en gas y energía nuclear».
Esto, porque «las centrales eléctricas de gas tienen menos emisiones (que el carbón) y las centrales nucleares tienen cero emisiones y lo necesitaremos como combustible durante los próximos 30 años o más», sentenció.
Una posición opuesta es la de Alemania y Austria. El canciller de Austria, Karl Nehammer, confesó que «estamos en contra del lavado verde de la energía nuclear (…). Tenemos aliados, incluido Luxemburgo, pero por supuesto también oponentes poderosos que apoyan la energía nuclear».
El objetivo de la «taxonomía para las finanzas sostenibles» es orientar mejor los flujos de capital hacia actividades sostenibles en toda la Unión Europea para lograr la neutralidad de carbono en 2050.
