El contrato de salud del magisterio puede estar cerca de los 8 billones de pesos y es por esto que los prestadores de los servicios se lo pelean pues es una suma considerable, pero el suplicio para acceder a dichos servicios cada vez se hace más tedioso.
Por: Carlos Mario Gómez García/ A propósito de la coyuntura nacional y del cambio de política en el estado colombiano se deben hacer profundas reflexiones sobre los modelos o sistemas de atención en salud, educación, servicios básicos, reforma rural entre otros que conlleven a mejorar las condiciones de vida de los colombianos.
Uno de esos sistemas está enmarcado en el servicio de salud a los maestros, maestras y sus familias en Colombia; por virtud de la ley 91 al igual que las fuerzas militares tiene un régimen especial de salud y prestaciones sociales, pero de especial no tiene mucho.
La realidad está demostrando que la intermediación de la salud también permeo los regímenes de salud de carácter especial, para entender lo especial está dado en el sentido que los docentes no realizan los copados, no hay restricciones en los procedimientos, no hay un parámetro para la formulación de medicamentos y el acceso a los servicios médicos generales y especializados seria oportuna, estas deberían ser las realidades de lo que debería cumplir el prestador del servicio médico.
Pero como toda lo que sucede en Colombia queda solo escrito, pero no reflejado, hoy los maestros, maestras y sus familias que se aproximan a unos 850.000 usuarios pasa penurias para acceder a un derecho básico como lo es la salud y sucede al igual que muchos colombianos con un sistema de intermediación donde la administración de los recursos es lo más importante y los usuarios es después.
El contrato de salud del magisterio puede estar cerca de los 8 billones de pesos y es por esto que los prestadores de los servicios se lo pelean pues es una suma considerable, pero el suplicio para acceder a dichos servicios cada vez se hace más tedioso.
Para poner unos ejemplos de lo sucedido las citas médicas de especialistas en los términos de referencia deberían ser asignadas en máximo 15 días y hay casos de docentes o familiares que llevan cerca de un año esperando sea asignada la cita médica.
Ni hablar de los medicamentos, en los dispensarios o farmacias no cuentan en muchas ocasiones con los medicamentos requeridos y si los tienen están incompletos generando pendientes de medicamentos esto hace que el maestro deba comprar o en si defecto volver al dispensario por lo faltante.
Para realizar los trámites de autorizaciones es otro suplicio, ejemplos claros como los que se evidencian en la sede del operador en Floridablanca, los maestros que vienen de la provincia deben dirigirse hasta allí y hacer fila para adquirir u fichó, esperar el turno de fichó para que un solo funcionario pueda dar trámite a las solicitudes de estos maestros que vienen de provincia y luego de autorizado hacer otra fila para reclamar medicamentos, por bien que le vaya a un maestro puede utilizar u tiempo de más o menos 3 horas en todo este proceso.
Diseñaron canales digitales para mejorar la atención y descongestionar de firma presencial las instalaciones, pero quienes los han utilizado se quejan de que la plataforma no funciona o la espera de respuesta es más de los tiempos previstos.
La realidad es que el sistema de salud de los maestros, maestras y sus familias no tiene nada de especial, pero que hacer frente a tantas situaciones, acabar con el sistema espacial o realizar unas buenas modificaciones que garantice dicha mejora.
Los maestros y maestras no desean que el régimen especial se acabe quieren que la atención se mejore, que los operadores cumplan con los contratos que firmaron según los términos de referencia, que no se está mendigando nada porque al igual que cualquier trabajador los maestros y maestras aportan según su salario y entonces porque no se brindan la atención con calidad.
La respuesta es muy simple y al igual que régimen de salud de Ley 100 la salud es un negocio que solo es estos momentos está beneficiando a los dueños de los operadores y los usuarios les tacañean consultas, medicamentos y procedimientos.
Si la reforma a la salud que propone Petro se hace realidad quitando la intermediación podría mejorar, pero no es solo el quitar la intermediación es aumentar la infraestructura en salud, la cobertura con profesionales y la inversión en investigación médica y
El análisis es minucioso lo importante es lograr que el servicio de salud se mejore para cerca de 850.000 beneficiarios, lograr diálogos entre los sindicatos y el ministerio de educación para buscar una verdadera solución a esta problemática.
farmacéutica que ayude no sólo a la paupérrima atención del sistema de salud del magisterio si no también el de todos los colombianos.
Los maestros están en alerta porque la salud no se mendiga la salud es un derecho y si es necesario salir a las calles así se hará.
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*Licenciado en educación, especialista en pedagogía y didáctica, titulado en Derecho con especialización en Derecho Constitucional, 20 años al servicio de la educación pública y formador en instituciones privadas para los nuevos profesionales de la docencia.
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