Por: Carlos Mario Gómez García/ En Colombia surgen sobre el año 1847 con la sociedad de artesanos de Bogotá y este aparece por el alza en los impuestos en aquella época, luego después de la segunda guerra mundial empieza a nivel mundial una ola de crecimiento de asociaciones sindicales y nuestro país no es ajeno a dicha expansión.
Pero hoy en día se crean sindicatos, fácilmente algunos de garaje otros con mayor fuerza para poder determinar en algunos aspectos de la política nacional o territorial, para nombrar algunos de los más grandes esta la unión Sindical Obrera (USO), la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) o la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), por nombrar algunos.
Cada una de las organizaciones sindicales está avalada por el derecho a la asociación consagrada en la constitución política y por el fuero sindical que poseen algunos de sus miembros, como de igual forma el derecho a la protesta y a la huelga de ser necesaria.
Los medios de protesta y de negociación siguen siendo los utilizados en los siglos pasados, las huelgas, los mítines, las protestas entre otros, pero esto genera un desgaste para los miembros del sindicato puesto que la movilización hace que quienes soportan la estructura de la organización se sientan en algunas ocasiones utilizados por los resultados de dichas actividades.
Ahora a este momento que vive el sindicalismo actual, por desánimo que tienen las bases esta la crisis de los dirigentes, alguno de ellos quiere permanecer en el poder por más tiempo de lo que está permitido en los estatutos o no perder ese fuero sindical que se les asigno para que de esta manera no volver a realizar las actividades cotidianas antes de ser directivo sindical.
Una de estas crisis la vive hoy en día el Sindicato de los Trabajadores del Sector Educativo de Santander (SES), las bases sindicales tienen en su gran mayoría no se sienten representados por los actuales directivos, se han mantenido en sus cargos por 7 años pasando por encima de los periodos estatutarios, han aplazado las elecciones las cuales debieron realizar y que aún no hacen, no se han obtenido resultados en el mejoramiento en temas de salud que es mal que aqueja constantemente a los maestros.
El poco acercamiento a las bases para conocer las realidades que viven los maestros hace que muchos se deseen retirar y no se sientan representados y es aquí donde debe surgir un nuevo sindicalismo aquel que se construya con los docentes y las docentes de las regiones apartadas que se pueda transmitir sus necesidades y que se busque ese mejoramiento de las condiciones laborales.
De igual forma esta crisis sindical también toca esferas como Fecode, desde esta organización sindical directivos quieren mantenerse con actuaciones que no son acordes a los principios verdaderos de un sindicato y del cual hoy en día es considerado el de mayor fuerza en el país, queriendo pasar por encima de muchas normas estatutarias y de esta forma causar un daño a la institucionalidad.
Hoy se debe realizar una crítica constructiva del sindicalismo que se realiza en la actualidad, no se puede pretender que se critique a quienes se mantienen en el poder político y que de una u otra manera de ha hecho oposición por las decisiones políticas en contra de los trabajadores y se permita que desde las directivas de las organizaciones sindicales se mantengan en el poder.
Es un deber como miembros de alguna organización sindical presionar para que se generen los espacios de participación democrática, que el derecho a elegir y ser elegido no esté sujeto a las decisiones de unos pocos, a que se generen cambios para avanzar en el mejoramiento de las condiciones laborales que se merecen los trabajadores colombianos.
El sindicalismo debe actualizarse, deben promoverse nuevos liderazgos, las propuestas para los trabajadores deben ser reales y desde las bases la construcción de unos verdaderos logros que beneficien a todos los afiliados, se hace necesario un verdadero cambio, no debe dejar caer en las actuaciones politiqueras que muchos de los directivos realizan a diario, algunos con demagogia y otros con prebendas para que de esta manera vender una imagen positiva de su gestión.
Hoy se hace necesario un sindicalismo con nuevos aires, aquellos a que conlleven al trabajo mancomunado, a que no se permita que los dineros de sectores como la educación o la salud caigan en corrupción, o que miembros de la misma organización sindical estén sumergidos en actos de corrupción, que los recursos que se recaudan por concepto de las cuotas sindicales sean bien invertidos, que se muestren los logros obtenidos por las movilizaciones, y en cada lucha en la que ha participado un miembro de un sindicato sea valorada.
Es hora de empezar hacer cambios, que se evidencie la participación, la democracia, la transparencia y el verdadero sindicalismo, sin que la lucha por el poder o el enceguecimiento por el mismo prime por encima de las bases y de esta manera obtener logros en materia laboral por los que se luchan día tras día.
Las organizaciones sindicales se deben a las bases de sus afiliados no a los intereses propios de sus directivos, por eso los cambios se deben exigir y es de allí que se genera un nuevo sindicalismo.
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*Licenciado en educación, especialista en pedagogía y didáctica, titulado en Derecho con especialización en Derecho Constitucional, 20 años al servicio de la educación pública y formador en instituciones privadas para los nuevos profesionales de la docencia.
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