¿Cuántos votos se necesitan para salir electo en un cargo de elección popular? Lo cierto es, no son pocos. ¿Y cómo se sacan los votos? Bueno, todo un misterio. Sin embargo, aquí va una pequeña reflexión. Los votantes suelen dividirse en blandos, duros y de opinión.
Por: Andrés Negrete/ Hoy vuelvo con la tercera entrega sobre lo que en mi humilde saber y entender es el proselitismo político; quizás sea o no la última columna de opinión que escribo al respecto, pero, siempre habrá algo que decir en torno a la política criolla y sobre todo sobre el arte de sacar votos.
Plasmo en esta columna lo que se escucha en los pasillos de alguna entidad pública o en las cafeterías donde se habla de estos temas. Hacer política requiere de varios ingredientes sin los cuales, dicen, no se logra el triunfo, pero, a veces salen sorpresas que uno se pregunta y este como llegó, cómo lo logró.
Sea una candidatura al Congreso de la república o a un cargo regional o local, lo único cierto es: cada campaña es diferente. La gente va y viene. Saltan de líder en líder, aunque hay unos que son disciplinados y se mantienen en una línea y son denominados los del círculo cercano o el equipo primario y ahí con ellos empieza el proceso.
¿Cuántos votos se necesitan para salir electo en un cargo de elección popular? Lo cierto es, no son pocos. ¿Y cómo se sacan los votos? Bueno, todo un misterio. Sin embargo, aquí va una pequeña reflexión. Los votantes suelen dividirse en blandos, duros y de opinión.
Empecemos por los últimos. Los de opinión por lo general son aquellos que votan por una ideología política y están inclinados hacia ciertos sectores políticos de oposición, son los llamados votos de opinión. Estos suelen votar siempre por una línea política por convicción y se mantienen con el paso del tiempo.
Los duros son aquellos que nunca votarían por la clase política tradicional y tampoco por la oposición, su gran mayoría se abstienen el domingo de elecciones de acercarse a las urnas y ejercer su derecho constitucional fundamental al sufragio, elegir o ser elegidos.
Los blandos, por el contrario, se conquistan, se compran o se comprometen según la causa política. Estos votantes van y vienen, son en su gran mayoría los que pertenecen algún equipo político y responden electoralmente a un líder que a su vez tiene compromisos con un representante político regional o local. Y con ellos es que se eligen los gobiernos. Si usted cree que el gobierno es elegido por la mayoría, está equivocado. Realmente es la minoría la que elige el rumbo del país.
Y los votos blandos obedecen a varias dinámicas. Están aquellos que hacen parte de la burocracia ya sean a través de contratos de prestación de servicios, nomina o vinculados con las empresas contratistas. Son y deben ser los primeros en la línea, los más comprometidos con la causa política. De ellos depende la primera base electoral y son su familia, conocidos, allegados o amigos, el trabajo electoral se reduce a convencer a este segmento para que apoyen a su candidato y resulte reelegido.
Por otro lado, están aquellos que hacen parte del círculo de un líder. Estos lideres pueden ser grandes o pequeños, y por lo general, son aquellos que lideran trabajos sociales, los que se echan al hombre la problemática de sus barrios, los que están al pendiente para gestionar y ayudar a su gente y diferentes situaciones. Tiene su gente y les caminan, donde el líder diga ahí depositan el voto.
Sobre este último particular, se presentan varias situaciones. Hay lideres que tienen seguidores y hay otros que sirven de intermediarios para poner votos y aquí es donde la plata juega un papel muy importante, pues, para el domingo de elecciones se necesita, como se dicen: para aceitar la maquinaria. La diferencia radica en que, los primeros tienen mayor credibilidad y la gente los sigue muchas veces sin pedirles dinero en cambio los segundo, requieren necesariamente del recurso económico sin el cual no funcionarían.
Como puede observar querido lector, todo esto y muchas otras cosas más, hacen parte de nuestra amada democracia. Reitero mi invitación, a los abstencionistas, favor salir el domingo a votar por quien quieran, pero, salgan, vayan a las urnas.
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