El jueves 2 de septiembre fue desintegrada la tercera caravana migrante que partía del sur de México hacia el norte. Sin embargo, este sábado, un cuarto grupo de por lo menos 400 personas emprendió la travesía.
La cuarta caravana está integrada por hombres, mujeres y menores, en su mayoría centroamericanos, venezolanos, cubanos y haitianos. Todo ellos salieron cerca de las 7:00 a.m. (hora local) desde desde el municipio mexicano de Tapachula, en el estado de Chiapas, fronterizo con Guatemala. Su rumbo es el norte del país con la esperanza de cruzar hacia Estados Unidos.
La cuarta caravana inició el camino de forma más organizada que las anteriores y camina pacíficamente sobre la carretera federal.
Previamente, durante la madrugada, numerosos agentes mexicanos llegaron hasta el parque Miguel Hidalgo, en el centro de Tapachula, el principal punto de reunión para tratar de disuadir la salida. No obstante, los migrantes tomaron calles alternas para salir de la ciudad en medio de críticas a las autoridades.
Los viajeros aseguraron que se encuentran desesperados ante la falta de recursos económicos para esperar la emisión de documentos oficiales que les permitan quedarse en México o transitar por ese país. Algunos de ellos llevan aproximadamente dos años esperando que se solucione su situación y, mientras tanto, están en albergues cada vez más abarrotados de migrantes.
Esto es lo que le ocurre, por ejemplo, a Sharon, una mujer hondureña de 31 años quien lleva un año viviendo en Tapachula. Vende dulces para mantener a sus tres hijos y asegura que entregó toda la documentación requerida, pero «nunca se arregla nada». Entre lágrimas, aseguró a la agencia Reuters que «solo hay citas y más citas. Tengo miedo, pero si no salgo de aquí, no voy a conseguir trabajo».
«La vida de nosotros, los migrantes, no tiene valor. Muchos países están abusando de nosotros como migrantes. Solo estamos atravesando un país, no hacemos daño, no somos traficantes de drogas ni estamos haciendo nada malo», afirmó Roberson, un haitiano de 36 años.
Tres caravanas disueltas
El grupo de este sábado partió menos de 48 horas después de que hubiese sido disuelta la tercera caravana, en medio de un fuerte operativo lanzado por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para frenar el avance hacia la frontera con Estados Unidos.
Agencias de Naciones Unidas denunciaron que los agentes mexicanos hicieron un uso excesivo de la fuerza. En medio de las disoluciones, varios agentes han sido captados persiguiendo y hostigando a numerosos migrantes. Durante la caravana del jueves, quedó registrado el momento en que dos oficiales migratorios mexicanos patearon a un ciudadano haitiano que fue detenido.
La respuesta de las autoridades ha generado cuestionamientos a la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador que, el jueves, señaló que durante la próxima semana enviará una carta al jefe de Estado estadounidense en la que insistirá en la importancia de atender las causas de la migración forzada. Esto en vez de optar por retener a los migrantes en suelo mexicano, mientras Estados Unidos resuelve sus peticiones de asilo.
