A través de un comunicado, el exalcalde de Bucaramanga y precandidato presidencial, Rodolfo Hernández, además de confirmar la veracidad del audio que se filtró en donde aparece pidiéndole dinero a los aspirantes al Congreso de la República por el movimiento La Liga, también intentó justificar los comportamientos ilegales que él mismo ha denunciado en sus campañas electorales.
El sancionado exalcalde de Bucaramanga, quien a sus espaldas carga un duro prontuario de investigaciones disciplinarias y penales por hechos por fuera de la ley cuando se desempeñó como mandatario de los bumangueses. Ahora, bajo el mismo ‘himno a la transparencia’ arranca su campaña presidencial, que al parecer le han arrojado los primeros dividendos: estar por primera vez dentro de las mediciones de candidatos al primer cargo nacional con opciones de triunfo en 2022.
En un comunicado advierte que esa ‘directiva’ fue entregada a todos los aspirantes a la Cámara de Representantes para acabar con ese procedimiento de convertir las elecciones en una feria de dineros, en su mayoría mal habidos.
Además, agradeció que se haya revelado la grabación en donde se detalla la solicitud del dinero a los aspirantes políticos, la cual tiene el único fin de atender los gastos esenciales que se avecinan.
Sin embargo, tanto la vida política como empresarial de Hernández siempre ha estado vinculada a escándalos de corrupción.
Desde el volteo de tierras, donde habrían pagado grandes sumas de dinero a concejales y alcaldes para cambios de uso de suelo en predios que luego su empresa HG Constructora utilizó para sus proyectos de vivienda; hasta convertirse en uno de los ‘cerebros’ del corretaje millonario de las nuevas tecnologías.
Una lengua que le trae problemas
El precandidato presidencial, gracias a su lengua desproporcionada, ha tenido graves problemas con la justicia.
Por sus salidas en falso tienen hoy tres sanciones de la procuraduría, dos de ellas en segunda instancia, que lo tienen al borde de una inhabilidad para ser candidato a cualquier cargo de elección popular.
El primero caso sancionado es el de un funcionario de la Secretaria de Infraestructura de la Alcaldía a quien trató mal, un subalterno, cuando Hernández Suárez era Alcalde de Bucaramanga.
El segundo fue el 23 de diciembre de 2019. El ingeniero Hernández Suárez recibió una sanción por agresión física y verbal contra el concejal John Jairo Claro Arévalo.
El tercero caso tienen que ver con los insultos que le profirió en zona pública a un twittero conocido como Palermo a quien le dijo que “…era un lavaculos de la política”.
Sin embargo hace tan solo una semana el polémico empresario en una acalorada conversación, Rodolfo Hernández amenaza a un cliente de su constructora quien a través de una llamada telefónica usa fuertes palabras e incluso amenaza a su interlocutor señalando: “Sigue jodiéndome, hijueputa. Le pego su tiro, malparido”.
Las coimas son los suyo
Una vez se divulgó este audio en el que Rodolfo Hernández les pide dinero a sus candidatos al Congreso, varios analistas políticos señalaron que el candidato ahora maneja un doble discurso, porque se promueve como adalid de la anticorrupción, pero al mismo tiempo le pide a quienes integrarán sus listas a senado y cámara que aporten plata y que entreguen el 10% de su salario una vez resulten elegidos.
A través de las redes sociales se dispararon los comentarios que desdibujan aún más la precaria imagen de quien prometió en campaña la construcción de 20 mil viviendas y que, ante su ineficiencia administrativa, debió revelar la verdad: «era una estrategia de campaña para ganar las elecciones».
Pero Hernández siempre se ha movido por el tormentoso camino de la compra y venta de conciencias. El volteo de tierras, el negocio detrás de Chocoa para establecer allí el nuevo botadero del área metropolitana, el negociado de las nuevas tecnologías con grandes beneficios para sus familiares, el negocio de los predios para la construcción del proyecto Pienta en Piedecuesta (en asocio con el desaparecido Alejandro Galvis) y otros que no se lograron concretar pero que fueron denunciados por Luis Andelfo Trujillo, testigo clave en el corretaje que involucra una coima de 100 millones de dólares.