La vicepresidenta de la República, Marta Lucía Ramírez, emitió un comunicado dando su versión, luego del escándalo suscitado tras las denuncias del líder de izquierda Gustavo Petro, según las cuales ella habría pagado una fianza de 150.000 dólares para que su hermano Bernardo Ramírez Blanco, capturado por narcotráfico en Estados Unidos, quedara en libertad.
Por un lado, la vicepresidenta Ramírez aclaró que su familia en ningún momento pagó una fianza, sino que se trató de una garantía como familiares.
«Tuvimos que ayudarlo firmando una garantía, no una fianza, para asegurar que se presentaría a la justicia, como en efecto lo hizo acompañado de mi esposo y de mí, quienes lo llevamos a una corte de la Florida para que reconociera su falta y respondiera por ella», aclaró.
Además, rechazó con contundencia la «bajeza» de sus opositores al usar este tipo de situaciones que ocurrieron hace más de 20 años y por las cuales su hermano ya pagó condena.
«Lamento que mis enemigos políticos decidan acudir a la bajeza de estos ataques contra una mujer que lo único que ha hecho es trabajar honestamente y sin descanso por Colombia. Los ataques contra mi familia hacen parte de una estrategia sistemática para desacreditarme. Esa es la política que todos los colombianos rechazamos», enfatizó.
Sin embargo, confirmó que su hermano sí estuvo preso en Estados Unidos durante 4 años y medio por conspiración por tráfico de estupefacientes. Según narró, siendo muy joven, se involucró en un negocio fácil. «Pagó pena de cárcel por 4 años y medio y hace 18 años quedó en libertad por cumplimiento de la pena. Desde entonces ha estado dedicado a trabajar, es un hombre de bien y junto a su familia lleva una vida decente y honrada», complementó.
Finalmente, aseveró que gracias a esa experiencia familiar del pasado fue que decidió «luchar sin descanso por lograr que los jóvenes de nuestro país tengan oportunidades y trabajen honestamente por salir adelante sin dejarse atraer por la tentación del dinero fácil».
Luego de que se conociera el escándalo, el propio presidente Iván Duque salió a defenderla y en su cuenta oficial de Twitter dijo que conoce la honorabilidad de la vicepresidenta. Lo mismo hizo el expresidente Álvaro Uribe, mientras que el senador de izquierda Gustavo Petro pidió su dimisión.