Por: Jesús Heraldo Rueda Suárez/ He querido abordar este tema, desde el punto de vista personal, sentimental, toda vez que no cuento con los conocimientos científicos para hablar de la muerte, he tenido la experiencia de ver partir a mis padres, abuelos, amigos y tres hermanos que partieron anticipadamente, dos de forma trágica en accidentes automovilísticos, uno, un próspero comerciante en Paraíso (Magdalena), víctima de esta violencia que se vive en Colombia, asesinado por las Farc.
Otro motivo que me lleva a escribir sobre este tema, es el hecho que viví en días pasados, al ver a una apreciada compañera de labores: Luz Dary; una madre afligida por el dolor, totalmente inconsolable por la partida temprana de su pequeña hija, a quien conocí, una consumada deportista llena de sueños y deseos de vivir, la pequeña Salomé.
Siempre ver partir a un ser querido, pero más aún a un hijo, nos llena de dolor el cual debemos expresar, incluso hasta rabia da, ese dolor es una reacción ante la pérdida, pero también es parte del duelo, de ahí en adelante se inicia un proceso; el de comprender y superar la pérdida de la persona que falleció, este duelo es un proceso sano, que busca reconfortarnos, que nos lleva a que aceptemos la pérdida y encontremos formas de adaptarnos.
Leyendo sobre la muerte desde la parte medica resumo: la muerte es el término de la vida, a causa de la imposibilidad orgánica de sostener el proceso homeostático, dice que se trata del final del organismo vivo que se había creado a partir de un nacimiento.
Hablar sobre la muerte en nuestra sociedad suele ser algo tabú, y además misterioso, toda vez que es un tema que causa rechazo, miedo y angustia a muchos de nosotros, debemos entender que la muerte es parte de la vida y a su vez es la esencia misma de la vida, es la verdad a la que todos nos enfrentamos antes o después, ella está constantemente presente en nuestra existencia y no debe ser angustiante el hablar o conocer sobre el tema.
Es importante tener una creencia sobre la muerte ya que como la veamos y la idea que tengamos de ella influirá en nuestra vida, y la idea que nos formemos dirá mucho de nosotros, recordemos lo que sucede cuando llega el momento de morir ha sido para todas las culturas un misterio, la construcción de creencias está fuertemente arraigada a los rituales, la espiritualidad, filosofía, la religión etc. Incluso la ciencia ha hecho muchas investigaciones al respecto dejando tras de sí muchas incógnitas.
¿Existe la vida tras la muerte? Nos aferramos a pensar que existe algo, una energía que trasciende, ya sea en forma de reencarnación o de habitar otra dimensión, pero no sabemos muy bien lo que ocurre, o por lo menos yo no lo sé, aunque lo cierto es, como dijo Kant, que todo individuo tiene una necesidad de creer en algo para dar un sentido a su existencia.
¿Qué nos sucede cuando alguien cercano muere? perder a un ser querido es algo que puede resultar aterrador, se vive un gran dolor, nos embarga la tristeza es podríamos decir, una perdida que nos pone a prueba y nos hace tener más presente la muerte, incluso nos lleva a ser reflexivos y conscientes de lo efímero que es todo, que nada es permanente, ya que nos topamos de frente con la realidad, dándonos cuenta de lo absurdas que son muchas de nuestras preocupaciones.
La idea de que vamos a morir cobra su máximo sentido cuando nos ayuda a reflexionar sobre el valor de la vida, es válido tomar conciencia de lo inevitable y sin que seamos trascendentales o pesimistas por el contrario nos debe llevar a tener una vida llena de optimismo, de alegrías, de compartir, tengamos presente ese proceso de maduración en el que nos encontremos con nosotros mismos, y nos ayude a disfrutar cada instante que la vida nos regala.
No sabemos lo que sucederá cuando llegue, a pesar de nuestra fe y creencias, lo que sí sabemos seguro y debemos ser conscientes de ello, es que llegará el momento en el que nuestra forma de vida, tal y como la conocemos, se transformará, si somos conscientes de ese momento, esto nos hace ver la vida de un modo más realista, disparándonos de bocajarro al momento presente.
Los invito a tomar conciencia, claro que surgen los temores hacia ese fin desconocido, aunque esto nos ayuda a enfrentarlos cara a cara, para que ya no nos dominen de forma inconsciente, sino que lo tengamos presente para poder tomar así nuestras propias decisiones, las cuales seguramente serán más sabias; eso si atendemos a lo simbólico que contiene la muerte, entenderemos su significado de renovación, de una creación constante de energía.
Reitero que morir forma parte de la vida, de hecho, es de las pocas cosas que podemos afirmar con rotundidad que la tendremos, cada uno de nosotros tiene sus propias creencias sobre este hecho, muchos creemos que el hecho de morir pone fin a todo lo conocido, e intentamos construir puentes entre lo conocido y lo desconocido basándonos en nuestras creencias.
Leyendo sobre las experiencias y enseñanzas que dejan, los moribundos, (persona que está a punto de morir), la gran mayoría habla de lo que dejaron de hacer y de lo que les hubiese gustado haber hecho, y de cuanto les hubiese gustado compartir más tiempo con sus seres queridos, lo que nos lleva a recordar que lo único que tenemos es lo que estamos viviendo en este preciso momento, por eso vivámoslo a plenitud.
Ahora bien, si se vive con miedo al fallecimiento, estaremos viviendo con miedo, muriendo antes de tiempo, ya que no se actúa y se piensa de acuerdo a las líneas de la naturaleza, entendamos que el gran misterio del hombre es su muerte y es un gran misterio porque nadie sabe que hay después de ella, pero debemos entenderla como otra parte de la vida.
Se han muerto nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros bisabuelos, nuestros amigos, las cenizas de todos ellos están bajo la tierra, se olvidarán las cenizas, pero sus recuerdos permanecerán por siempre, la muerte no perdona a nadie, estamos programados para morir, pero antes de ello debemos VIVIR, hacerlo con un sentimiento profundo de libertad, del apego a nosotros mismos, y a las riquezas terrenales, el que murió simplemente se adelantó, porque para allá vamos todos, y lo mejor de él, o sea el amor, sigue en nuestros corazones.
Recordemos que nos somos dueños de la vida, nadie se dio la vida a sí mismo, somos dueños de cómo vivirla, de cómo actuar, de cómo caminar por este paso por la tierra, al final la muerte siempre nos ganará la partida, por ello vivamos a plenitud y llevemos en nuestros corazones a aquellos seres amados que se nos adelantaron.
Recuerdo con cariño esa frase de mamá cuando teníamos un problema, “mijo no se preocupe solo para la muerte no hay remedio” cuando se habla de muerte surgen muchas preguntas acerca del origen y el significado de la vida y las razones por las cuales se sufre, se vive y se muere, no hay respuestas fáciles a estas preguntas existenciales, por ello insisto un día a la vez, vivamos seamos seres que dejen huella, les recuerdo que el antídoto más eficaz contra la desesperación, la tristeza, o cualquier dificultad, es sentirse querido por otra persona.
Si bien es cierto que cuando la muerte toca nuestras puertas, es un proceso muy duro, con altibajos emocionales, no obstante, para la mayoría de las personas, es un periodo de acceso a una nueva comprensión y a un crecimiento personal.
Ver morir a otros nos convence de nuestra propia mortalidad, esa otra persona puede ser un familiar, un amigo lo que nos produce un gran dolor, esos otros pueden ser también otras personas desconocidas para nosotros, y que quizá no nos afecten tanto, las guerras, la violencia, la pandemia que acabamos de vivir todo esto, con sus numerosas muertes, nos han vuelto insensibles, es mas en nuestro país a diario por culpa de la violencia, vemos morir mucha gente, vivamos con amor y que nadie pase por nuestro lado sin que se sienta valorado.
Yo no quiero morir en mi casa, quiero donar mis órganos, quiero que mi funeral sea una despedida alegre hacia un viaje a lo desconocido, que sea una celebración, con unos vallenatos y que la gente se lleve lindos recuerdos de mí, que nadie este triste.
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*Profesional en Mercadeo
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