El abordaje del VIH/SIDA en medios de comunicación ha sido complejo, conflictivo. Han transcurrido más de 40 años de la primera aparición del virus de inmunodeficiencia humana y al parecer la mayoría de medios de comunicación se han aferrado al libreto que nació en aquella fecha, perdurando un lenguaje que no logra madurar y se resiste a su evolución.
Por: Diego Ruiz Thorrens/ El pasado 1 de septiembre la Revista Semana publicó en su portal virtual una investigación sobre VIH al interior de la cárcel modelo de la ciudad de Bogotá y cómo es la realidad de las personas viviendo con VIH que se encuentran aisladas en un pabellón especial debido al diagnóstico. El artículo, titulado: “‘Nuevo Milenio’, así es el pabellón de enfermos de Sida en La Modelo. Los guardias viven aterrorizados porque los reclusos se cortan para evitar los operativos. Semana estuvo en este lugar destinado para hombres y mujeres trans con VIH. Un sitio lúgubre, en el que no hay hacinamiento. Los guardias le temen al contagio, pues los detenidos se cortan para evitar requisas”, no solo es realizado desde un abordaje del VIH errático, estigmatizante, sino que además potencia el sentimiento de pánico o miedo colectivo hacia el VIH y las violencias contra personas viviendo con VIH en general (individuos quienes en el artículo son referidos como personas ‘enfermas’ viviendo con ‘SIDA’). El abordaje de la revista Semana es brutalmente amarillista, y desdibuja las demás realidades e historias de vida de personas viviendo con VIH dentro y fuera de los centros de reclusión.
¿Por qué el ‘informe’ de la revista Semana no da luces, es decir, no relata de forma transparente las historias de vida de personas privadas de la libertad que viven con VIH? ¿Por qué es un artículo violento, desinformante, que afecta de manera profunda tanto a personas viviendo con VIH en general como a poblaciones vulnerables?
Iré por partes: desde su inicio, el abordaje del VIH/SIDA en medios de comunicación ha sido complejo, conflictivo. Han transcurrido más de 40 años de la primera aparición del virus de inmunodeficiencia humana y al parecer la mayoría de medios de comunicación se han aferrado al libreto que nació en aquella fecha, perdurando un lenguaje que no logra madurar y se resiste a su evolución, anacrónico, que pareciera tener como objeto reafirmar los estigmas sociales asociados a las ITS y VIH/SIDA con, por ejemplo, poblaciones vulnerables (personas negras, pobres, mujeres, etc.) y poblaciones sexo – diversas (especialmente, hombres gay y mujeres trans), desdibujando los avances médicos y científicos que han permitido que millones de personas viviendo con VIH tengan una mejor calidad de vida.
También, es resultado de un discurso perdurable, moralizante, que insiste asociar el VIH/SIDA con la exclusión, la enfermedad y la muerte, que relaciona al VIH con algún tipo de castigo (moral, social, celestial) y/o la consecuencia de una mala acción o decisión personal.
¿Por qué este ejercicio investigativo es conflictivo, violento y desinformante? Porque el medio de comunicación se desliga (de forma consciente) de los verdaderos problemas, ejemplo, del dialogo entre las secretarías de salud (municipales y departamentales) y el INPEC y las acciones que el INPEC debe realizar respecto a (1) el mejoramiento de la calidad de vida de las y los reclusos que viven con VIH; (2) el acceso a controles médicos y tratamientos farmacológicos oportunos y (3) la inclusión de personas viviendo con VIH a los programas existentes (cursos, talleres, manualidades) que permitan mejorar tanto la salud mental de las personas viviendo con VIH como la relación y el dialogo con dragoneantes y especiales.
También, tiene que ver con la formación que recibe el cuerpo institucional en prevención de ITS y el VIH y la activación de las rutas de atención en salud cuando se presenta un accidente o exposición de riesgo biológico laboral o no laboral (ejemplo, un accidente con alguna aguja en una campaña de toma de prueba voluntaria para VIH), donde se dispone de 72 horas desde ocurrida la exposición, para instaurar un tratamiento profiláctico adecuado, dada la alta replicabilidad viral en el caso del VIH, del VHB (virus de hepatitis B) y del VHC (virus de hepatitis C.)
Nadie podrá negar la crítica situación carcelaria en nuestro país, y esto debe impulsar una discusión abierta sobre cómo están funcionando los programas en salud al interior de los centros penitenciales, cómo ha sido la implementación de estrategias de prevención de ITS/VIH, entrega de preservativos y promoción de la salud.
Los medios de comunicación deben asumir la responsabilidad cuando abordan de manera irresponsable temas coyunturales que pueden tener un impacto potencialmente negativo sobre las vidas de amplios sectores sociales, en este caso, de las personas viviendo con VIH del territorio nacional. Se requiere de manera urgente y permitente que los medios de comunicación y grandes empresas informativas entiendan y se capaciten, constantemente, mucho más sobre temas de salud, prevención y VIH. También, en temas coyunturales como el género, la diversidad sexual, entre otros.
Ah, por cierto: ojalá Semana hubiese dicho algo acerca de la estrategia “I = I” (Indetectable = Intransmisible); o que las personas viviendo con VIH y con carga viral indetectable no transmiten el virus y también que existe un medicamento para prevenir una infección por VIH en personas seronegativas (es decir, que no viven con VIH) y que se llama profilaxis pre – exposición.
Pero no. El amarillismo vende. El odio vende. La información clara y oportuna no da likes o suscriptores.
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*Estudiante de Maestría en Derechos Humanos y Gestión de la Transición del Posconflicto de la Escuela Superior de Administración Pública – ESAP Seccional Santander.
Twitter: @DiegoR_Thorrens
(Esta es una columna de opinión personal y solo encierra el pensamiento del autor).