Tras seis días de espera, la Comisión Electoral Independiente (IEBC) informó que William Ruto es el nuevo presidente de Kenia. Con el 50,5% de los votos, el candidato, que se desempeñaba como vicepresidente del país, se llevó la victoria contra el 49% cosechado por Raila Odinga, ex primer ministro del país de África Oriental.
«De conformidad con la Constitución y la ley, el presidente de la IEBC declara por la presente que Ruto William Samoei ha sido debidamente elegido presidente de la República de Kenia», afirmó Wafula Chebukati, presidente de la Comisión encargada del conteo de votos de Kenia.
Ruto superó el umbral del 50 % más uno de los votos, requisito legal para evitar una segunda vuelta presidencial. Kenia ronda los 55 millones de habitantes, de los cuales, 21,1 podían votar en estas elecciones.
Según informó la Comisión, Ruto de 55 años obtuvo 7,7 millones de votos. Su principal adversario de 77 años, obtuvo 6,9 millones de sufragios, seguido por los abogados George Wajackoyah rondando los 61.900 y David Mwaure con casi 32.000 votos.
En los comicios celebrados la semana pasada, los kenianos no solamente escogieron un nuevo presidente, también eligieron 290 diputados para la Cámara baja y 47 para la Cámara alta. De igual manera, hubo comicios para gobernadores y las asambleas legislativas de los 47 condados que tiene el país.
El anuncio, cuestionado por la oposición
Cuando los resultados fueron anunciados en la sede de la IEBC en Nairobi, se escucharon gritos y arengas, el atril fue arrojado del escenario y la policía tuvo que intervenir para restablecer el orden en el lugar.
Pese a las dudas sobre la transparencia de los resultados y de cuatro de los siete comisionados que conforman la IEBC, Chebukati, presidente de la organización, defendió los resultados e invitó a los ciudadanos a ejercer sus derechos.
“Existe la opción de que la gente pueda acudir a la justicia y, por eso, instamos a los kenianos a ser pacíficos porque el imperio de la ley prevalecerá», aseguró en una rueda de prensa Juliana Cherera, vicepresidenta de la Comisión.
Según la ley keniana, si no hay ninguna impugnación ante el Tribunal Supremo luego de los siete días de ser anunciados los resultados, Ruto debería asumir su cargo como primer mandatario de la nación a finales de agosto.
Si existe alguna petición de impugnación, el Tribunal contará con 14 días para resolver la validez de la votación presidencial.
Ruto, candidato de la coalición Kenia Primero (Kenya Kwanza), agradeció a quienes lo apoyaron, «quiero prometer al pueblo de Kenia que tendré un Gobierno democrático y trabajaré con la oposición en la medida en que supervisen al Gobierno», aseguró.
De igual manera, saludó a su contrincante e invitó a trabajar en conjunto por el país. Por su parte, Odinga, quien competía por quinta vez como candidato, no se ha pronunciado a manera personal sobre el anuncio.
Desde la campaña del derrotado Odinga dijeron que se han cometido delitos electorales, sin dar mayores detalles. Martha Karua, candidata a vicepresidenta y exministra de Justicia, tuiteó diciendo: «No se acaba hasta que se acaba…»
Por su parte, la Comisión invitó a los kenianos a revisar los resultados de las elecciones. Con la ayuda de distintas organizaciones, más de 46.000 formularios fueron publicados en un esfuerzo por garantizar la transparencia de los comicios. En las últimas tres elecciones de 2007, 2013 y 2017, Odinga ya había denunciado haber sido víctima de fraude.
Ruto lamentó los hechos y aseguró que se trata de un “espectáculo secundario que no representa ninguna amenaza para la legalidad de la declaración”. Además elogió el dato de participación, que registró una cifra ligeramente superior al 65%.
En Kenia, la violencia en contextos electorales no es atípica. En 2007, se reportaron al menos 1.100 muertes; mientras que en 2017, más de 100 personas fueron asesinadas luego de que la Corte Suprema anulara el resultado inicial por irregularidades en el proceso electoral, en el que fue el segundo y último periodo para el presidente saliente, Uhuru Kenyatta.

El “hijo de un don nadie”
El ahora millonario William Ruto, es hijo de un campesino, tuvo que ir a la escuela descalzo y ayudó a su familia vendiendo pollos de niño, según contó durante la campaña. «Puede que sea el hijo de un don nadie, pero queremos hacer de Kenia un país de todos», afirmó Ruto en la carrera hacia el cargo que hoy lidera.
Ruto tiene fama de “hipnotizar masas” y ha tenido éxito en los negocios, acumulando una gran cantidad de bienes en la actualidad, aunque no se ha escapado de diversos escándalos de corrupción.
En 2010 fue suspendido como ministro de Educación Superior, tras ser acusado de recibir dinero procedente de la venta ilegal de terrenos forestales del Estado, sin embargo, fue absuelto ya que la Comisión Anticorrupción de Kenia no encontró las suficientes pruebas.
Con la frase “buscavidas contra dinastías”, el recién nombrado presidente de Kenia atrajo el voto de los más desfavorecidos y criticaba a Kenyatta y Odinga, hijos del primer presidente y del primer vicepresidente del país respectivamente.
De igual manera, se abanderó de la lucha contra el desempleo juvenil, asegurando que “es una bomba de relojería que representa una gran amenaza para la estabilidad del país». Ruto prometió una economía “de abajo a arriba”, beneficiando a los más necesitados.
Un país con grandes retos por delante
Kenia es considerada la nación más democrática de la zona Oriental de África, además de ser uno de los motores más importantes de la economía, siendo la sexta potencia africana y vista como un aliado de Occidente.
Respecto al resto de países de la región, cuenta con un sistema financiero dinámico, un próspero sector tecnológico y es conocido como un “oasis” por la relativa paz que vive. Sin embargo, si finalmente Ruto asume el cargo, se enfrentará a una crisis económica y social causada, inicialmente, por el impacto de la pandemia y ahora, por el incremento en los precios de los alimentos y combustibles, consecuencia de la invasión rusa a Ucrania.
Mientras la deuda externa de Kenia aumenta, el norte del país afronta la peor sequía registrada durante los últimos 40 años, dejando un saldo aproximado de 4,1 millones de personas dependientes de ayuda humanitaria.
Según cifras del Banco Mundial, se espera que el crecimiento del país caiga un 7,5% al finalizar este año, para mantener una media del 5,2% entre el 2023 y el 2024. Además, la ONG Transparencia Internacional situó a Kenia en el puesto 128 de 180 en su último índice de percepción sobre la corrupción mundial.
Según la misma ONG, cada año se pierden 6.000 millones de dólares del presupuesto del Estado ya que según sus cifras, la corrupción se ha disparado un 240% durante los últimos 10 años, tan solo teniendo en cuenta los contratos públicos, por lo que se han frenando proyectos de inversión en salud, educación, infraestructura, entre otros.