¿Biden o Biden? Comienza la disputa por la nominación demócrata a la Casa Blanca, pero pocos dudan de que la candidatura del presidente Joe Biden tenga un desafío. Con la estructura del partido a su disposición -pese a que al menos un tercio de este ha expresado su apoyo a una renovación dada la edad del mandatario (81 años)- y contendientes poco conocidos, el presidente y su campaña trabajan mirando a los comicios generales del 5 de noviembre.
En las filas demócratas se defiende que Biden es, en este momento, el único que podría derrotar a Donald Trump. De hecho, su campaña se ha enfocado en resaltar al presidente como la única opción para afrontar la amenaza que puede representar el exmandatario republicano para la democracia, algo que ha calado en las bases del partido.
Trump es un factor determinante. Es posible que los líderes y votantes demócratas no quieran a Biden y muchos temen que sea demasiado viejo. Pero le temen absolutamente mucho más a Trump y eso significa apoyar a Biden como abanderado del partido», dice Henry Olsen, investigador principal del Centro de Ética y Políticas Públicas de Washington.
No obstante, explica Olsen, Biden no tiene un camino despejado porque llega con varios desafíos a la que puede ser la campaña más dura de su extensa carrera política: una baja aprobación, los cuestionamientos sobre su edad y las críticas sobre su gestión dentro y fuera de las fronteras de la potencia.
Respaldo frontal de las bases
«Existe una unidad de la élite del partido sobre el respaldo a Biden, como lo demuestra el hecho de que ningún otro candidato de alto perfil se postuló contra él. Esto es típico de cualquier partido que tenga un presidente en ejercicio», explica a France 24 la experta en política estadounidense Casey Domínguez, jefa de departamento y profesora de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Diego.
Sin embargo, para los analistas consultados, es de destacar que ese apoyo frontal tiene lugar en un contexto de bajo apoyo entre los potenciales votantes, algo que puede implicar un impacto en los resultados del 5 de noviembre si, como auguran las encuestas, los dos candidatos finales son Trump y Biden.
El sondeo más reciente de Reuters/Ipsos, publicado el 25 de enero, muestra una aprobación al presidente Biden del 34%, frente al 40% de Trump. Otro sondeo, de Gallup, divulgado ese mismo día, señala que, durante el tercer año de Gobierno, el 39,8% de los estadounidenses aprobó la gestión de Biden, la segunda peor calificación, solo detrás de la que obtuvo en su momento Jimmy Carter (37,4%).
«Está claro que el Partido Demócrata respalda a Biden a nivel institucional, por unanimidad. Sin embargo, sus votantes pueden mostrar cierta reticencia. Muchos votantes demócratas están descontentos con el presidente, por eso las encuestas lo muestran ligeramente detrás de Trump. Recuperarlos será la tarea principal de Biden y del partido durante los próximos meses», señala Olsen, también autor de ‘The Working Class Republican’.
El experto se refiere a la sensación entre los ciudadanos, cuando apenas comienzan las primarias. La encuesta de Reuters/Ipsos, publicada el 25 de enero, reveló que un poco más del 50 % de los encuestados están descontentos con la alta posibilidad de que los candidatos presidenciales vayan a ser nuevamente Biden y Trump.
Odio pensar que estamos constantemente navegando por el menor de dos males», afirma Kimberly Sofge, gerente de proyectos de 56 años en Washington, D. C. «Honestamente siento que podemos hacerlo mejor», agrega.
No obstante, el recelo ha ido menguando: un sondeo de Yahoo News/YouGov, divulgado este 30 de enero, destaca que el 74% de los votantes potenciales en las primarias muestran su respaldo a Biden como su candidato para 2024, frente a un 4 % de la autora de libros autoayuda Marianne Williamson y un 3 % del congresista Dean Phillips (3%). Esto representa un avance respecto a diciembre, cuando el 68% dijo que votaría por Biden en el proceso de primarias.
¿Un presidente de 82 años?
Los analistas consultados por France 24 sostienen que, como primera medida, Biden, de 81 años -cumplirá 82 el 20 de noviembre, dos semanas después de las elecciones presidenciales –ya es el mandatario de mayor edad de la historia de Estados Unidos–, debe convencer a los votantes de que puede aguantar cuatro años más en el cargo, en medio, además, de sus bajos índices de aprobación.
La edad de Biden es un gran problema y sumemos que los índices de aprobación de su gestión también son históricamente bajos para un presidente en este momento de su primer mandato. Si las elecciones fueran simplemente un voto de ‘sí o no’ a Biden, perdería de manera aplastante”, sentencia Olsen.
Al respecto, el sondeo de Yahoo News/YouGov, divulgado este 30 de enero, apunta a que, si bien hay una resignación ante la consolidación de Biden como el candidato presidencial demócrata, el bajo entusiasmo es patente entre los votantes consultados (1.594 adultos estadounidenses), sobre todo por la edad del presidente: solo 33% cree que está “en condiciones de cumplir otro mandato”; mientras una mayoría (56%) dice que no.
Cifras similares muestra Reuters/Ipsos, en su consulta publicada el 25 de enero: el 70% de los encuestados, incluida aproximadamente la mitad de los demócratas, afirma que Biden no debería buscar la reelección y un 75% afirmó que Biden era demasiado mayor para trabajar en el gobierno.
¿Qué rivales oficiales tiene Biden?
El gobernante estadounidense, que asumió el cargo a principios de 2021, enfrenta una reducida oposición en su intento por la nominación del Partido Demócrata en 2024. Numerosas encuestas, como las del sitio web estadounidense de noticias políticas y agregador de datos de sondeos Real Clear Politics, afirman que los rivales de Biden registran opciones mínimas, pero son los que se han atrevido a desafiarlo y cuestionado la dinámica del partido en estas elecciones. Estos son sus nombres:
Marianne Williamson. La autora de ‘best sellers’ y gurú de la autoayuda Marianne Williamson, de 71 años, ha planteado su segunda y arriesgada candidatura a la Casa Blanca sobre una plataforma de «justicia y amor».
Se postuló como demócrata en las primarias presidenciales de 2020, pero dejó la carrera antes de que se hubieran emitido los votos. Lanzó su última campaña el 23 de marzo de 2023.
Dean Phillips. Un millonario de 55 años, congresista estadounidense poco conocido de Minnesota. Anunció en octubre pasado su desafío a Biden y ha reiterado que el presidente no podrá ganar otro mandato.
Tenemos algunos desafíos… Vamos a reparar esta economía, y «vamos a reparar a Estados Unidos», asegura en su campaña.
Phillips ha sido uno de los principales detractores de Biden en la campaña y ha criticado vehemente las condiciones que ha planteado el partido en torno a la postulación a la reelección del mandatario. Entre esos asuntos está el cambio aprobado, a instancias de Biden, del calendario electoral de 2024, que puso en el comienzo de las primarias del partido a los estados que facilitaron la nominación del ahora presidente en 2020, como Carolina del Sur, que dará el pistoletazo de salida a ese proceso este año.
Robert F. Kennedy Jr. Aunque no participa en las primarias demócratas, ha desafiado la candidatura de Biden. Se trata de un activista antivacunas, de 70 años, que se presenta como independiente después de retar a Biden por la nominación demócrata, pero que ahora está muy por detrás en las encuestas. Sin embargo, sondeos de Reuters/Ipsos apuntan a que Kennedy, sin ganar, podría perjudicar a Biden más que Trump en las elecciones presidenciales, apelando al voto «sin etiquetas», en referencia a los partidos tradicionales.
Kennedy es hijo del senador Robert F. Kennedy, asesinado en 1968 durante su propia candidatura presidencial.
El sentimiento anti-Trump
Si bien que alguien desafíe a un presidente en ejercicio no es lo tradicional, como señala Dominguez, en estas primarias no existe, al menos en el registro actual oficial, un valor de peso de oposición para responder a las preocupaciones de los votantes o brindar una alternativa con posibilidades. Una de las razones principales es Trump.
El sentimiento anti-Trump entre los demócratas, bases y votantes, es muy dominante y es uno de los motivos principales del posicionamiento de Biden, dado que fue quien logró ganarle en 2020, dice Olsen.
Incluso líderes reconocidos del partido, como Barack Obama, han expresado su preocupación por un eventual retorno del político republicano a la Casa Blanca y aupado a Biden para reforzar su campaña en ese sentido, de acuerdo con informes de medios locales.
Las investigaciones muestran que los demócratas tienen sentimientos muy negativos hacia Trump y se movilizaron en masa contra él en 2018, 2020 y 2022. No hay razón para esperar que 2024 fuera diferente», concuerda la investigadora Dominguez.
Las victorias electorales durante el Gobierno de Biden han pesado para su postulación.
En 2022, la marea azul revivió y con ella se menguó la baja popularidad del presidente, cuando en contravía de las previsiones, las elecciones de medio término no le dieron el triunfo contundente esperado a los republicanos en el Congreso y, en cambio, esa bancada anotó una apretada mayoría en la Cámara de Representantes; mientras que los demócratas obtuvieron una mayoría en la Cámara Alta, donde ahora cuentan con 51 legisladores entre 100 escaños.
Ese hecho ha llevado a que el Partido Demócrata haya cerrado filas para respaldar la candidatura a la reelección del presidente y bloqueado la aspiración de potenciales contendientes de peso que planeaban en el panorama preelectoral, pese a las dudas expresadas por cerca de un tercio de los integrantes del partido sobre la postulación de Biden, según una encuesta de ‘CBS News’ del pasado diciembre.
Para los analistas, otra parte de la razón de que no haya un contrincante interno reconocido se debe a la simpatía que genera Biden, que ha estado en las filas demócratas durante más de 50 años, y muchos de estos políticos no desean mostrarse desleales al desafiar su postulación para un segundo mandato.
«Es muy arriesgado para un partido desafiar a su propio líder», explicó Costas Panagopoulos, jefe del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Northeastern. «Tiene el potencial de causar mucho daño, especialmente cuando se trata de un desafío dentro del partido a un presidente en ejercicio, quien presumiblemente debería llevar la bandera del partido», añadió en declaraciones al medio ‘Northeastern Global News’.
Las potenciales opciones
Mientras Biden refuerza su postura de que estas elecciones son como un referendo para frenar a Trump e instar a los votantes a que le permitan “terminar el trabajo” que ya comenzó, en especial en el terreno de la recuperación económica, parte de las filas demócratas siguen clamando por un relevo generacional y planteando los escenarios potenciales sin el presidente en la carrera por la Casa Blanca.
“Es hora de que la antorcha pase a una nueva generación de líderes estadounidenses”, dijo el congresista de Minnesota, de 54 años, Dean Phillips al anunciar su precandidatura en octubre pasado.
Aunque es muy poco probable que Phillips le gane a Biden, su candidatura ha sido vista por sectores internos como un desafío simbólico a los líderes demócratas nacionales que se aferran a la idea de que no hay razón para dudar de la elegibilidad del presidente y ha puesto sobre la mesa el tema de qué pasaría en una eventual retirada del presidente de la carrera electoral.
Es que, pese al recelo mostrado por más de un tercio de los integrantes del partido sobre la postulación de Biden, según la encuesta de ‘CBS News’ del pasado diciembre, el 65% de ese sector demócrata no tiene a una persona en mente.
Sin embargo, el otro 35% se atreve a plantear algunas opciones. Entre los nombrados con mayor frecuencia, y que incluso se contemplaba como posible rival de Biden en estas primarias, está el gobernador de California, Gavin Newsom, seguido de la vicepresidenta y también aspirante a la reelección, Kamala Harris, y el candidato independiente Robert F. Kennedy, Jr.
Otros nombres que medios y políticos han mencionado como potenciales alternativas son el secretario de Transporte Pete Buttigieg, los senadores Cory Booker y Bernie Sanders y la representante por Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez.
Pero, hasta el momento, ninguno de ellos ha desafiado al mandatario, salvo Robert F. Kennedy, Jr., de 70 años y que se postuló finalmente como candidato independiente.
La otra alternativa, no incluida en la encuesta, pero sí en medios y en el ámbito político general, es Michelle Obama, si bien ella ha rechazado cualquier intención de postularse.
La ex primera dama comenzó a ser mencionada con fuerza este mes, tras declaraciones de políticos y reportes de medios en los que se le califica como la única capaz de enfrentar a Donald Trump.
Sin embargo, ella ha rechazado en diversas ocasiones tener esa intención. “Nunca he expresado ningún interés en la política. Nunca”, le dijo Obama a Oprah Winfrey en una entrevista, el 6 de abril de 2023.
«Aunque Michelle Obama es, de lejos, la figura más popular entre los demócratas, también es cierto que no ha demostrado ni interés ni aptitud para el puesto. Creo que su postulación sigue siendo una fantasía», opina Olsen.
La ex primera dama, no obstante, ha manifestado su preocupación por la carrera electoral de este año, mientras crece la expectativa sobre una muy posible disputa presidencial entre Biden y Trump.
Estoy aterrorizada por lo que podría suceder porque nuestros líderes importan, a quién seleccionamos, quién habla por nosotros, quién ocupa ese púlpito de intimidación. Nos afecta de maneras que creo que a veces la gente da por sentado”, advirtió la ex primera dama en una entrevista para el podcast del escritor Jay Shetty.
Por ahora, aunque se sigan barajando alternativas, para Casey Dominguez no existe el escenario de una retirada por parte de Biden, ni que llegue un nuevo aspirante de la noche a la mañana.
«Biden no se retirará, ya que sería muy desordenado que su partido lo reemplace en este momento. Si su salud le impidiera postularse, presumiblemente también le impediría ser presidente, momento en el que Kamala Harris, su fórmula vicepresidencial, se convertiría en presidenta y también, presumiblemente, la mayor parte del Partido Demócrata se uniría para nominarla», asegura la analista.