Por: Oscar Prada/ En un país con arraigo costumbrista, el enviar anticipadamente los pendientes no es garantía para que los mismos se atiendan oportunamente. Razón tiene la canción que dice: “es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor.” Veamos.
Es el caso de la elección del fiscal general de la nación; cuya terna fue enviada por el gobierno con siete meses de anticipación a la Corte Suprema de Justicia. Al día de hoy van cuatro rondas sin humo blanco.
De antaño, la elección del fiscal se ha caracterizado por la suplencia; es decir, se nombra uno en interinidad, mientras se elige a uno en propiedad. A continuación, un caso bien llamativo.
Viviane Morales, fiscal electa a finales del año 2010; superadas 25 votaciones en sala plena, fue elegida pasados casi 16 meses desde que su antecesor dejó el cargo.
Un tormento para el primer mandatario; y proviene quizás, que pese a confeccionar su terna medianamente bien; no le salga tan bien. Y es que saborear a diario la cosecha de la desaprobación, hace que cualquier estilla duela multiplicada por mil.
Un verdadero cuadro de desamor, una tusa viva; es el penoso actuar del despechado presidente, al aminorar en sus declaraciones, la gravedad del bloqueo a la Corte Suprema de Justicia el pasado ocho de febrero. Simplemente la calle no lo “soluciona” todo.
De una tusa surge habitualmente el bloqueo en redes sociales. En este caso, se pasó a bloquear las instalaciones de la Corte Suprema de Justicia. Y no es que el primer mandatario, la haya ordenado sitiar; simplemente el ver y dejar pasar, deja mucho que decir, cuando su vecina necesitada está a dos cuadras.
Donde hubo fuego cenizas quedan, y en la Corte Suprema de Justicia, sí que ardió de verdad. Detractores del actual gobierno asocian el fatídico holocausto de 1985, con el mencionado bloqueo de hace días. Un típico bocado opositor, el atizar la llama del pasado.
Desde el 25 de enero ha sido una tusa quincenal; este jueves que pasó, de nuevo le rompieron el corazón a Petro; quizás cupido llegue en la próxima votación prevista para el 7 de marzo. Recomendación: solo recuerda el caso de Viviane, y se te pasa.
Ahora bien; el ser intenso a la hora de cortejar a la corte, no es la mejor opción para elegir fiscal. Que lo diga el expresidente Uribe, quien alcanzó a dejar su cargo, estando casi un año sin fiscal elegido. Fue aquel entonces, el crepúsculo de un gobierno, de constantes contrariedades con la Corte Suprema de Justicia.
Los opuestos se asemejan. Uribe tiene amplia experiencia en su desamor con las cortes. Presidente, si necesitas que te orienten con el manejo de la ira, producto de la indecisión judicial, Uribe Vélez es el profesional que necesitas, para ahogar tu tusa.
La costumbre le gana al amor; y lejos de ser apasionada, la corte se toma su tiempo para elegir a la persona que dirigirá el ente acusador. No hay un término estipulado para elegir al fiscal general; sin embargo, la Constitución ordena a los poderes públicos, su colaboración armónica para realizar sus fines.
No hay avemaría, ni san Antonio de cabeza que valga. Por más que se envíe la terna con antelación, y analizando el desalentador camino de los predecesores de Barbosa; al presidente no le queda sino rezar para que elijan fiscal.
Una crisis institucional no le conviene al país. Los colombianos esperan la pronta elección del fiscal general de la nación. Y que lejos de una coyuntura de poderes; solo sea una tusa pasajera.
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*Estudiante de Derecho
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