Por: Diana Ximena Carreño Mayorga/ Emprender en Colombia inicialmente desde una asociación libre y simultánea, refiere al deber tener un monto significativo para iniciar con tu negocio, si hablamos desde el factor monetario y la esperanza de surgir de la mejor manera en este anhelo de vida para la mejora de nuestra calidad de vida, ser personas independientes y dar los mejores servicios con las mejores experiencias a toda la ciudadanía o a nuestro niche en específico.
Ahora bien, quiero comenzar hablando de la importancia de hablar de que todo es posible, no desde el romanticismo de la idealización, pero si desde la realidad percibida de que todo es posible desde el primer escalón con otras perspectivas. Muchas experiencias y grandes empresas multinacionales hablan por si solas. Emprender siempre es una ilusión de vida ante la motivación de llegar a ser grandes empresarios y esto debe ser implícito en la identidad de tu empresa y tu autoconcepto.
Hoy la psicóloga, la columnista, la feminista y la mujer que está en las calles trabajando con la comunidad decide escribir para unirse en el anhelo de surgir independientemente con el cacao de una manera sostenible, equilibrada, innovadora y plena. Y lo anterior lo escribo emotivamente porque este espacio, además de ser un canal para transmitir emociones, sensaciones, pensamientos y cosmovisiones para hacer transformación social e individual, también es mi factor motivador, así que hoy quise escribir para motivar mi propio espíritu emprendedor con el fin de inspirar también a otras personas.
Hablar de economías naranjas ha sido mi nuevo tema de conversación, investigación y asistencia en los diferentes espacios que brinda la ciudad de Bucaramanga y la Cámara de Comercio en cuestión de apoyar a los emprendimientos, brindar estrategias y herramientas. Pues bien, mi tema de inspiración eminentemente ha sido emprender con un enfoque de economía naranja basada en la creatividad, la cultura, el arte, la tecnología, el conocimiento y la propiedad intelectual.
Damos cuenta que este sector engloba las múltiples e indefinidas actividades -que se convierten en posibilidades- y generan valor significativo en nuestras propias empresas para iniciar, crecer, progresar y sobre todo: impactar para vender.
Pensar diferente y asumir riesgos es, desde mi perspectiva, la moneda tirada al aire que garantiza dos caras: la primera, una oportunidad no tan buena, pero de seguro hace parte del crecimiento, saber que el proceso no es lineal. Pero … la segunda cara nos garantiza que seremos grandes, que vamos por buen camino y todo de seguro irá marchando cada vez más.
Las habilidades conductuales también vienen intrínsecas a ser una buena emprendedora entre estas, siento que autocuestionarse ante todas las variables es importante, observar y analizar como persona externa y como persona interna todas las posibilidades, oportunidades y aspectos negativos. Importante también, crear redes sociales, dando cuenta que desde la innovación empresarial para hacer conocer nuestras propias empresas hoy por hoy si no visibilizas y das a conocer tus productos desde todas las redes posibles, empezamos mal. Experimentar también desde el arte de la mejora, ensayo-error de la calidad del producto, variabilidad de ingredientes, texturas, fragancias, colores, etc.
Son tantas las herramientas que la economía naranja nos ofrece que, entre estas, las habilidades cognitivas son significativas para generar nuevos conocimientos, volvernos expertos en nuestro tema y de esta manera tener pensamientos asociativos y obtener al final, un gran proyecto innovador. Es un camino muy largo, pero extenderme en él, me hará más sabia, feliz, experta y de seguro, cumpliré todas mis metas a corto, mediano y largo plazo. Así que, este artículo hace homenaje a la voluntad del ser en ánimo de motivar, de llevar a cabo autogestiones y la participación de todas, todos y todes las personas que tienen un anhelo de emprender, haciendo referencia que no siempre para iniciar, necesitamos un monto económico altísimo imposible de acceder inicialmente en ese primer escalón.
Para finalizar quisiera manifestar que el éxito nunca es definitivo, el fracaso no es fatal: lo que realmente cuenta es el valor para continuar.
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*Psicóloga del Programa de Diversidad Sexual y Población LGBTIQ+ de la Secretaria de Desarrollo Social, alcaldía de Bucaramanga.