Por: José Gabriel Giratá Pico/ A propósito del concurso de Corrillos que evaluó y premió a los mejores planes de desarrollo de Santander, hay que reconocer el esfuerzo de los alcaldes y sus equipos de trabajo que se tomaron en serio su construcción y formulación para cumplir así sus promesas de campaña en este cuatrienio y sobre todo para aportar al desarrollo de nuestro departamento.
También hay que reconocer el esfuerzo técnico, logístico y académico de Corrillos y sus aliados para hacer posible un evento que reconozca y premie ese trabajo de gestión pública que le hace muy bien a la Administración pública departamental y que sin duda estimula el trabajo, dedicación y esfuerzo de los mandatarios locales.
Más allá de la elegancia de la gala, hay que resaltar los criterios que se evaluaron y que hacen de los planes de desarrollo reconocidos unos documentos técnicos bien elaborados y aterrizados a las necesidades sentidas, a los recursos de las entidades, así como a la armonización con los planes de desarrollo departamental y nacional, entre otros instrumentos de planeación regionales y de prospectiva, claves para una proyección de apuestas locales y que además integren las regiones.
La participación ciudadana, fue un aspecto muy importante que tuvieron en cuenta los alcaldes para asegurar que sus comunidades pudieran alzar su voz y validar las necesidades sentidas, pero sobre todo, ante la limitación de recursos, de ayudar a priorizar las obras y proyectos que consideraban más apremiantes.
Este ejercicio que llevó a los mandatarios a recorrer nuevamente los territorios, las veredas, los barrios y a sentarse con los niños, las niñas, los adolescentes, los jóvenes, las mujeres, los campesinos, las víctimas, los adultos mayores, los discapacitados, los líderes y las organizaciones sociales, sin duda valida estos instrumentos de planeación y los compromete también a seguir siendo actores claves para su ejecución, pues ante la escasez de recursos, los aportes que hagan las comunidades resultarán muy necesarios para alcanzar metas.
El diseño e innovación, es el plus y marca diferenciadora, que reconoce en estos planes de desarrollo, la incorporación de estrategias innovadoras y creativas, pero, sobre todo, necesarias para adaptarse a las circunstancias actuales y que en estos cuatro años les permitirá a los alcaldes sobresalir y capotear los desgastes propios de un ejercicio público que juzgará sin piedad entre la expectativa de lo prometido y la realidad de lo alcanzado.
Los indicadores de gobierno, son una herramienta necesaria para medir y evaluar el desempeño, eficiencia y efectividad de las acciones públicas y del cumplimiento de todos los indicadores de producto, por ello deben ser claros para los mandatarios y responsables de su ejecución, pero, sobre todo, deberán ser muy visibles para que la percepción de la ciudadanía sea satisfactoria, frente a la ejecución del plan traducida en obras de impacto social.
Tener los retos claros y apuestas del gobierno, es fundamental para no perder el enfoque de lo prometido y para asegurar la satisfacción de la expectativa generada, si se tiene en cuenta que no solo es lo que el alcalde y su equipo esperar lograr sino lo que la ciudadanía que confió espera que le cumplan en el cuatrienio.
Frente a la sostenibilidad y medio ambiente, hay que reconocer las iniciativas que le apuestan al cuidado y conservación del ambiente y su biodiversidad, pero también que le apuestan a su uso sostenible y que ven en las potencialidades y vocación de su territorio una oportunidad para generar desarrollo en armonía con la naturaleza y la vida.
Con estos reconocimientos se impulsa a los mandatarios ahora a poner a toda máquina a sus equipos para empezar a ejecutar y hacer realidad esos programas de gobierno, con los planes de acción, una vez hagan el proceso de armonización con el presupuesto de la vigencia 2024, para que al final de este año puedan dar un balance positivo de la primera rendición de cuentas del avance de cumplimiento de sus planes de desarrollo.
Para ello, hay que ser realistas, se enfrentan a varios desafíos, como la financiación de las grandes obras, especialmente los municipios de categoría sexta, que dependen en su gran mayoría de las transferencias de la nación, dada la gran limitación de sus recursos propios; por lo que tendrán que tocar si o si las puertas del gobierno departamental, de la Nación e incluso de la cooperación internacional para poder conseguir los recursos que les permitan hacerlas una realidad.
Se enfrentarán a los desafíos de la misma naturaleza, que por más que se planea en lo público, podrán aparecer contingencias, emergencias y situaciones de desastres que harán redefinir inversiones y si o si solucionar situaciones que no darán espera. En el periodo pasado fue el Covid-19 que nos aisló más de un año y que se llevó muchas vidas e hizo redireccionar los recursos para su atención; las prolongadas emergencias por ola invernal que se llevaron casas, vías, puentes; por ello la gestión del riesgo de desastres será clave tenerla presente y así como el fortalecimiento de sus fondos en el gobierno territorial.
La situación política del país, el rumbo poco claro del gobierno nacional reduce las posibilidades de gestión de recursos claves para obras locales, sumado a ello la fuerte centralización de recursos, que impedirá que recursos lleguen directamente a los municipios vía convenio, desencadenando así disminución de recursos propios por bajos recaudos de estampillas que van dirigidas a la atención de los adultos mayores, a la cultura, el deporte y al fondo de seguridad.
Y finalmente, deberán desafiar a los medios y redes sociales que sin piedad los llevarán siempre a la palestra pública y a la crítica casi siempre destructiva; no importan las mil cosas y esfuerzos que deban hacer por solucionar a diario situaciones de sus municipios; solo resaltarán aquello que se considera malo, polémico y cuestionable, y en muchas ocasiones descontextualizando las verdaderas situaciones. Hay una gran insensibilidad social y humana frente a los mandatarios locales.
Así que el reto no solo es cumplir, ejecutar y hacer sino también como estrategia de gobierno, tener una estrategia clara como parte de la rendición pública de cuentas continua que haga visible cada acción, cada logro, cada obra, cada gestión que se consiga y por supuesto, ante situaciones que pueden desmotivar, jamás olvidarse del compromiso político y social que hay con la ciudadanía para cumplir con sentido de pertenencia y que como buen gerente siempre tener las metas claras.
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*Exalcalde de Encino. Conductor del Programa de José Gabriel de Corrillos.