Por: Luis Carlos Heredia Ordoñez/ A pesar de su riqueza natural, la disponibilidad de agua en el departamento es cada vez más incierta debido a la sobreexplotación de los recursos, la contaminación y el impacto del cambio climático.
El Plan Departamental de Aguas (PDA), que busca mejorar la gestión del recurso hídrico en la región, es una herramienta clave, pero su implementación enfrenta grandes desafíos, que hace importante el desarrollo de estrategias de manejo ambiental y tecnológico que logré una innovación en el desarrollo del uso del agua de manera sostenible
El departamento cuenta con importantes fuentes hídricas, como los ríos Chicamocha, Fonce, Suárez y Magdalena, además de ecosistemas estratégicos como el Páramo de Santurbán, que abastece de agua a Bucaramanga y su área metropolitana.
Sin embargo, el aumento de la demanda y la contaminación han puesto en riesgo estos recursos. La minería, la expansión urbana sin planificación, la deforestación y el uso ineficiente del agua en la agricultura son factores que agravan la crisis, una crisis que no solo requiere de discursos, sino de un plan político y técnico adecuado para lograr enfocarse en el desarrollo regional.
En algunas zonas rurales, el acceso al agua potable sigue siendo precario. Municipios como El Playón, Rionegro y algunos sectores de la provincia de García Rovira enfrentan dificultades en el suministro, en pleno siglo XXI en donde es más fácil conseguir en estos municipios un celular, que una gota de agua potable
Así mismo en otras regiones de Santander, en épocas de sequía, comunidades en el Magdalena Medio deben depender de carrotanques para abastecerse, a pesar de su riqueza petrolera.
Por lo tanto, el plan departamental de aguas es u documento muy importante para el desarrollo de las estrategias de gestión ambiental, tanto a nivel regional como local, con lo cual podríamos garantizar herramientas desde el estado y desde la cooperación para coordinar aspectos técnicos y operativos muy importantes para acabar con la crisis de agua de Santander.
No obstante, su ejecución enfrenta obstáculos. La falta de articulación entre entidades locales y regionales, la corrupción en la asignación de recursos y la falta de seguimiento a los proyectos han retrasado avances significativos.
El cambio climático ha intensificado la crisis hídrica en Santander. En los últimos años, las lluvias han sido más erráticas, aumentando el riesgo de deslizamientos e inundaciones en municipios como Girón y Barrancabermeja. A la vez, la sequía ha reducido el caudal de los ríos, afectando el suministro de agua en Bucaramanga y municipios aledaños.
Para enfrentar estos desafíos, es necesario que el PDA incorpore estrategias de adaptación al cambio climático, como:
– Implementación de tecnologías para la reutilización del agua en industrias y sectores agrícolas.
– Protección de los páramos y humedales como reguladores naturales del agua.
– Fortalecimiento de la educación ambiental y la participación ciudadana en la gestión hídrica.
El agua en Santander no puede seguir viéndose como un recurso inagotable. La gobernanza del agua debe ser una prioridad en la agenda pública, con acciones concretas para garantizar su acceso y conservación, por lo tanto, el Plan Departamental de Aguas es una oportunidad para transformar la gestión hídrica del departamento, pero requiere voluntad política, control efectivo de recursos y la participación activa de la ciudadanía.
Santander aún está a tiempo de asegurar su futuro hídrico. La pregunta es: ¿seremos capaces de actuar antes de que la escasez nos alcance?
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*Tecnólogo ambiental, ingeniero ambiental.
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