Katherine Moreno Antolínez, gerente de Lácteos Mi Vaquita del Sur, destacada en Corrillos entre el grupo selecto de las Superpoderosas 2025, dijo que “cuando hablamos de ser destacada es tener algunos atributos en un rango un poquito mayor que las otras personas, siento que mi habilidad para la organización, mi compromiso y mi dedicación por encima inclusive de mí misma es lo que han hecho la diferencia”.
Relata que, “cuando la comunidad en la que vives se da cuenta que alguien no se queda quieto, que alguien madruga mucho con la intención de solucionar y de crear estrategias para el beneficio de los demás es cuando se empieza a destacar el trabajo y no es un trabajo individual, es un proceso colectivo, donde son muchas las vidas impactadas”.
“Cuando hablamos de ser destacada es tener algunos atributos en un rango un poquito mayor que las otras personas, siento que mi habilidad para la organización, mi compromiso y mi dedicación por encima inclusive de mí misma es lo que han hecho la diferencia. Cuando la comunidad en la que vives se da cuenta que alguien no se queda quieto, que alguien madruga mucho con la intención de solucionar y de crear estrategias para el beneficio de los demás es cuando se empieza a destacar el trabajo y no es un trabajo individual, es un proceso colectivo, donde son muchas las vidas impactadas. Y eso es lo que ha visto la comunidad y esos aspectos son los que hacen que hoy sea destacada y de eso soy feliz y estoy orgullosa. Me siento feliz de decir que soy Superpoderosa, no precisamente por el beneficio propio sino por el beneficio para los demás por el impacto que ha tenido Lácteos Mi Vaquita del Sur en la región como fuente de empleo, como empresa que produce los mejores y más altos productos de calidad, como ser humano, como mamá, como mujer, como esposa, como amiga, como profesional y como servidora pública”.
Quien así se expresa es Katherine Moreno Antolínez, gerente de Lácteos Mi Vaquita del Sur, destacada en Corrillos entre el grupo selecto de las Superpoderosas 2025, y quien nos contó que “de niña había soñado en tener una familia ejemplar, había sido muy analítica mirando y observando a todas las familias que me rodeaban y tenía claro cuál era mi deseo, formar una familia especial y sin planearlo el destino me tenía un pequeño rincón de Colombia, un lugar bastante lejos de mi ciudad de origen en donde formaría ese centro de amor tan especial llamado familia. Aunque no fue fácil separarme de mamá y papá la vida misma me dio los momentos para que sin dolor esto ocurriera siendo desde muy pequeña independiente y lista y preparada para formar mi propia familia, una familia conformada por mi esposo y por mi hija que hoy tiene 5 años y que es mi motor de vida; a ellos diariamente les recuerdo que, aunque no somos perfectos tenemos un hogar especial y ese hogar debemos cuidarlo y fortalecerlo cada día. Dios y la vida hoy me tienen ubicada en Morales, en el sur de Bolívar y aquí, entre paisajes ribereños, amaneceres y atardeceres hermosos con vista a nuestros ríos y el majestuoso río Magdalena transcurren mis minutos, trabajando por y para mi comunidad desde el sector privado inicialmente con una hermosa historia llamada Lácteos Mi Vaquita del Sur y posteriormente en el sector público”.
Recordó Katherine que “con mamá y papá vivíamos en un caluroso y bonito municipio llamado Cachipay, en Cundinamarca, cerca de Bogotá. Mi papá, comerciante, muy trabajador y astuto para las actividades comerciales. Mi mamá ama de casa en todo el sentido de la palabra, dedicada durante muchos años a sus hijas; mi hermana menor y yo, con unos dones muy especiales y talentos en el arte, las manualidades, decoraciones y apasionada por la lectura y escritura. Sin embargo, por estar siempre dedicada a sus hijas nunca los potencializó, solo éramos nosotras (mi hermana y yo) quienes nos dábamos cuenta de aquellos dones”.
“El tiempo transcurrió, dijo, y como familia tuvimos que realizar un viaje de negocios, un cambio de vida hacia Aguachica, Cesar, allí vivimos juntos un par de años. Solo regresaría a Bogotá mi mamá y mi hermana, mi papá se quedó en Aguachica y yo también iniciaría mi nueva vida, aunque en la misma ciudad, pero separada de mi papá. Ellos están radicados de la misma manera mi mamá en Madrid, Cundinamarca y mi papá en Aguachica, Cesar, aunque no viven juntos tienen una relación muy respetuosa y muy amigable después de haber compartido 30 años de su vida como esposos”.
En el 2006, Katherine inició en Aguachica los estudios profesionales y en el primer día de clases de la universidad a los 18 conoció a Francisco Javier López Bohórquez, su futuro esposo. Hoy 19 años más tarde es la persona que la acompaña cada día, su esposo. Fue un noviazgo de 9 años. Tres años después del matrimonio en 2018, con 12 años de noviazgo, decidieron ser padres y el 25 de junio del año 2019 nació Anna Sophia López Moreno, una niña dulce, inteligente, fuerte, decidida, pero sobre todo una niña feliz y soñadora, como la define la mamá.
Katherine hizo estudios primarios y secundarios en Cachipay, Cundinamarca, en el Colegio Parroquial Integrado Santa Cruz “Colparro” “un colegio lleno de profesores amorosos, sinceros, respetuosos y motivadores”. Allí Katherine empezó a visionar sus deseos por cumplir y en una clase de español hizo “Mi lista de deseos”, que poco a poco “fui chuleando, observando qué se cumplía o reestructurándolo cuando así la vida misma me indicaba que debía hacerlo. Desde mi Kínder tuve el apoyo de mis “Profes”, personas que recordaré toda la vida. En mi bachillerato proyecté ser Ingeniera Química; amo las matemáticas, la física, la química, los números, amo proyectar, amo contabilizar y aunque al graduarme de 11 quise salir al mundo a estudiar esa carrera; la vida me diría que no iba a ser mi carrera y me mostró otra faceta, una faceta en la que por supuesto los números, la organización y las matemáticas son indispensables pero habría otro componente que marcaría mi vida: el componente social el lograr hacer no solo para mí sino para los demás, para toda la comunidad”.
Dijo Katherine que “al graduarme del colegio, de mi Colparro, mis padres decidieron que debíamos mudarnos a Bogotá para que yo tuviera mejores oportunidades y acceso a poder continuar con mis estudios y ser profesional; Bogotá a veces es un poco dura con los sueños de los jóvenes; durante 7 meses intenté ingresar a varias universidades públicas entre ellas la Universidad Nacional pero no fue posible. Al poco tiempo viajamos a Aguachica. En Aguachica se encontraba la Universidad Popular del Cesar y la carrera más afín a mis propósitos y a mis habilidades era la Ingeniería Agroindustrial. Tenía mis vacíos por ejemplo poco había tenido conocimiento de la producción del campo y esta carrera tendría gran parte direccionada a esto, pero era poderosa en la creación de negocios, en la trasformación de productos, en contabilizar, así fuera en un papel, pero plasmaba magia, ahí no había límites. El reto al empezar fue grande y decidí hacer mi primer semestre con toda la energía posible; con la grata sorpresa de que al finalizar el semestre estuve entre los dos mejores promedios de la universidad y esto me otorgaría una beca de estudios… estudiar becada… Wow… una oportunidad que no podía desaprovechar. Fue así como empecé a dar lo mejor de mí”.
“En el décimo semestre de la Universidad, las directivas me dieron la oportunidad de hacerme cargo del laboratorio de química y áreas afines; oportunidad que se otorgaba a quienes hubiesen obtenido excelencia durante su carrera. Teniendo en cuenta la responsabilidad que esto significa, aprendí que pequeño o grande el desempeño debe siempre tener el compromiso al 100% o más de nuestra parte. Estuve un año a cargo del laboratorio creciendo profesionalmente y ganando mis primeros ingresos, paralelamente en las tardes noches, sábados y domingos dictaba clases de matemáticas, física y química en algunas instituciones educativas de Aguachica y preparaba a los alumnos del grado 11 para presentación de sus Pruebas Saber, todo esto lo hacía con el objetivo de obtener la forma de sustento pero siempre atenta a que no me generara ninguna novedad y siempre siendo responsable con mis clases de los últimos semestres. Cuando nos graduamos de la Universidad, llegó a Aguachica una empresa sísmica llamada SAEexploration, en sus labores de inclusión de la comunidad en mano de obra; solicitaron que las personas que tuviesen un perfil especifico hicieran unas pruebas para ser parte de un proyecto corto de 6 meses en el municipio; pruebas que pasé con muy buenos resultados y así fui vinculada a esta empresa en labores de campo en donde diariamente recorríamos más de 10 km por zonas rurales habitadas o deshabitadas en estudios sísmicos”.
Según Katherine “el proyecto finalizó con éxito a los 6 meses y cuando por mi mente pasó regresarme para Bogotá a empezar a buscar los medios de sustento, la misma empresa SAExploration nos invita (junto a mi esposo, en ese tiempo éramos novios) a ser parte de otro proyecto que iniciaría en los llanos orientales más exactamente en la zona rural de Puerto Gaitán Meta zona conocida como Pacific Rubiales. Allí fueron 4 años en largos periodos de turnos, 21 días viviendo en campamentos y containers y 9 días descansando; empecé a tener contacto con las comunidades indígenas y étnicas. Y aunque sabía que estaba impactando comunidades, tenía claro que mi objetivo desde la universidad era crear, crear empresa así que en el 2015 iniciando año decidimos junto con mi novio, quien también hacía parte de la empresa de exploración, que terminará el proyecto que estaba en curso y retirarnos de la Sísmica”.
“En marzo de 2015 en Morales, sur de Bolívar, requerían de una persona que realizara los procesos en un despacho de la administración municipal por una licencia de maternidad; al alcalde llegó mi hoja de vida y es así como inicio mi proceso en Morales, llego a realizar durante 8 meses actividades en funciones públicas, direccionado la Secretaria de Desarrollo Social y Económico; un periodo hermoso dedicado a gestionar y a solucionar las necesidades de la comunidad que ha sido azotada durante todos sus años de existencia por grupos al margen de la ley y pobreza. Morales ya lo venía conociendo desde 9 años atrás debido a que es el lugar donde los papás de mi actual esposo están radicados. Nunca me había radicado en Morales, pero estos ocho meses de trabajo fueron suficientes para entender que era una población que necesitaba de muchas manos de muchos pies, pero sobre todo muchos corazones para impactar y transformar la vida de muchas familias”.
Cuando finalizó el 2015, Katherine recibió una inesperada propuesta, pero que, según dijo, “sería el empujón que necesitaba para lograr aquello que desde niña había soñado: crear empresa para impactar en toda una región. Existía un pequeño lugar que se dedicaba a recolectar 800 litros diarios de leche, leche de vaca y los transformaban en queso que era distribuido de manera local, sin embargo, era un lugar clandestino que no contaba con los requerimientos de calidad y normatividad vigente. Cuando recibí la propuesta lo primero que hice fue una inspección del lugar y una proyección de lo que necesitábamos para que realmente fuese una empresa, una empresa de impacto, transformar el modelo de negocio y sabía que se necesitaba mucha inversión, dedicación por completo a la creación de este sueño. Le pedí a Dios que me indicara el camino, que me diera seguridad, me acosté con mucha expectativa y ansiosa y al día siguiente cuando me levanté, me levanté soñando con un equipo de trabajo vestidos de blanco y produciendo los mejores quesos de la región. Entendí que debía decir sí a la sociedad y que debía direccionar mi vida a la creación de lo que algún día había sido mi sueño y aunque realmente no la había pensado en el sector Lácteo (la había soñado en el sector Cárnicos) era lo que la vida me mostraba, y hacía parte de mis pasiones, la transformación agroindustrial y cumplía mis expectativas: el impacto de las comunidades que estaban necesitando el apoyo de una mano amiga que les diera unos mejores precios de compra en materia prima pero que a su vez les enseñara a entregar materia prima de calidad es así como nace Lácteos Mi Vaquita Del Sur”.
Dice Katherine que “con orgullo puedo contar que el 16 de febrero del año 2016 nace este sueño y a los tres meses teníamos ocho rutas de recolección de más de 7000 litros diarios de leche, la comunidad se volcó a ser parte de nuestros proveedores porque en nosotros veían no solo la venta de materia prima sino el equipo que les apoyaba en todos los procesos internos y la responsabilidad social que había detrás de Lácteos Mi Vaquita del Sur. Hoy son 9 años gerenciando este proyecto que ha hecho historia en la región y en el país”.
Reveló Katherine que “como fundadora de Lácteos Mi Vaquita del Sur, líder y Gerente de la misma durante estos 9 años, hemos logrado hacer de la cadena Láctea un proceso de «fortalecimiento y transformación de vida» para más de 150 familias Rurales del Sur de Bolívar (proveedores de leche cruda), capacitándolos a diario para hacer de sus actividades en campo «Unidades reales de negocio» como motor de desarrollo y paz para la región, una región golpeada por los conflictos entre grupos al margen de la ley, municipio PDET, en donde tenemos como objetivo cerrar las brechas y mejorar la calidad de vida de las familias vulnerables de nuestra ruralidad en Morales, sur de Bolívar. Contamos además con un Equipo de Alto desempeño generando empleo y generando sostenibilidad social y económica de mujeres, hombres, jóvenes y adultos a través de la elaboración de los mejores quesos frescos (Doble Crema, Costeño y Requesón Industrial). Una vez Creada Lácteos Mi Vaquita del Sur, tuvimos clara la prioridad de hacer del Sur de Bolívar, a través de nuestra organización, una zona de inclusión en proyectos que representen beneficios para toda la comunidad, urbana y rural. Desde la Gerencia hemos liderado proyectos de gran significado y reconocimientos como: • 2017, Alianza Productiva-Comercial ASOPROAPAL y Ministerio de Agricultura Colombiano, más de 60 familias rurales beneficiadas. • 2019 Alianza Comercial USAID (Agencia de los Estados Unidos de América para el Desarrollo Internacional) proyecto de alto impacto, más de 400 familias rurales vinculadas. • 2021 Implementación de modelos productivos sostenibles para pequeños productores ganaderos Zodes Magdalena Medio-Bolívar. (600 Productores beneficiados). • Actividades nacionales: Encuentro Nacional Lácteo septiembre 2021, Expositores en Stand Lácteo Nacional, invitados por USAID en Agroexpo 2021. • Empresa ganadora de uno de los 50 cupos a Nivel Nacional para ejercer la etapa de Fortalecimiento especializado del Programa En-Campo, «Negocios que comparten valor», como empresa Nacional de Triple Impacto y sostenibilidad rural. Desde enero 2022 a marzo de 2023. • Empresa Ganadora del Premio al Mérito Sector Agropecuario, Premios MI TIERRA SUR, otorgada por la Cámara de Comercio de Aguachica Cesar, septiembre 2022. • Vinculación directa de más de 150 familias rurales, (proveedores de leche cruda) capacitadas y orientadas a hacer de sus predios un negocio sostenible, aumentando los precios de venta de leche y mejorando su nivel de vida. • Generación de empleo formal, de jóvenes, adultos, mujeres y hombres íntegros que direccionan sus conocimientos y habilidades a un mismo fin; producir los mejores quesos de la Región. • Posicionamiento y abastecimiento del 4% del mercado disponible en las ciudades de Aguachica, Ocaña, Bucaramanga, Santa Rosa, Santa Martha y Cartagena, en Queso Doble Crema, Costeño o Requesón Industrial para Charcuterías, Restaurantes, Autoservicios y Panaderías. • Ganadora de proceso de fortalecimiento Fábricas de Internacionalización con Pro Colombia: COMEX 360 durante el año 2023 y parte del año 2024. • Otorgamiento del sello Paissana, en nuestros diferentes productos, como generación de valor, haciendo parte de la implementación del Acuerdo de Paz y bajo la premisa: Paissana; Sanando el país a través del Campo. • Participación en la Macro rueda 100, en Cartagena de Indias; la promoción comercial internacional más relevante de Colombia año 2024. • Registro de Marca ante la Superintendencia de Industria y comercio, aprobado en el mes de diciembre del año 2024. Conocedora y agente activa en toda la cadena láctea, desde el ordeño apoyando a nuestros proveedores y proveedoras; en sus fincas, con sus vaquitas empoderándolos y haciendo ver su producción lechera, un modelo sostenible. Siento con toda seguridad que esos logros y reconocimientos han sido la respuesta a un corazón lleno de sueños y un corazón que pone el 100% o más, a veces me siento egoísta conmigo misma porque siempre están los demás por delante de mí, sé que es algo en lo que tengo que trabajar, pero me lleno de gozo y me lleno de alegría al ver la sonrisa de la gente y el ver lo felices que son haciendo parte de esta historia”.
En enero de 2024 fue nombrada secretaria de Desarrollo social y económico con funciones de educación de Morales, “el inicio de una nueva historia, en el sector público, un nuevo reto… ahora divido mi vida laboral en ambos sectores, muchas responsabilidades, pero también todas las ganas de dar lo mejor de mí”, dijo Katherine.
