Por: Juvenal Bolívar Vega/ El ‘mototaxismo’ en el área metropolitana de Bucaramanga sigue siendo un fenómeno difícil de erradicar, no solo por la falta de alternativas de transporte público eficientes, sino porque se ha convertido en el sustento de miles de familias que ven en la motocicleta una herramienta esencial para su economía.
Ahora, con la orden judicial que busca prohibir el parrillero en motocicletas, el problema se intensifica. Esta medida, lejos de resolver el problema del ‘mototaxismo’, afecta directamente a quienes necesitan compartir su vehículo para movilizarse o generar ingresos. Se debe preguntarse si esta decisión judicial responde realmente a un estudio profundo de movilidad o si es un intento desesperado de control sin considerar su impacto social.
El análisis de la movilidad en el área metropolitana de Bucaramanga muestra una realidad contundente: mientras aproximadamente 600 mil motociclistas dependen de este medio para desplazarse diariamente, solo 50 mil de ellos están vinculados al ‘mototaxismo’. La pregunta clave es si una medida restrictiva, como la prohibición del parrillero, debe afectar a la mayoría en un intento de controlar a una minoría.
Si se considera que el ‘mototaxismo’ representa menos del 10% de los motociclistas en la región, cualquier regulación debería centrarse en estrategias específicas para este grupo en lugar de imponer restricciones generales que perjudiquen a quienes usan la motocicleta como medio de transporte personal o laboral.
Además, se debe tener en cuenta el impacto social y económico. Para cientos de miles de ciudadanos, la motocicleta no es un lujo, sino una necesidad. La movilidad en Bucaramanga es precaria y, sin la motocicleta, muchas personas verían reducida su capacidad de desplazamiento, afectando su productividad y calidad de vida.
Por otro lado, la falta de estrategias eficientes por parte de las autoridades agrava el problema. En vez de recurrir a prohibiciones masivas, se debería pensar en mecanismos de regulación y alternativas de transporte accesibles, junto con operativos inteligentes para combatir el transporte ilegal sin sacrificar la funcionalidad de quienes sí cumplen con las normas.
El verdadero desafío no es restringir el uso del parrillero, sino mejorar la movilidad y generar soluciones que beneficien a la mayoría sin criminalizar la motocicleta como medio de transporte esencial
Las recientes derrotas judiciales de los alcaldes de la zona en casos como la disposición de basuras en El Carrasco y el transporte ilegal evidencian que las estrategias de imposición han fracasado. La falta de soluciones efectivas en estos temas deja en claro que la motocicleta es, en gran medida, un salvavidas para la movilidad del área metropolitana. Sin ella, Bucaramanga estaría sumida en el caos vial y con un impacto ambiental aún mayor por el incremento de vehículos privados.
Por otro lado, la falta de inteligencia y controles en el transporte informal por parte de la Policía es preocupante. No se puede seguir criminalizando a quienes usan la motocicleta sin abordar problemas más graves como la inseguridad generada por el microtráfico, un flagelo que azota a la ciudadanía sin una estrategia eficaz para combatirlo.
En lugar de seguir con prohibiciones que golpean a los ciudadanos más vulnerables, se debería pensar en alternativas de regulación, formalización del transporte y estrategias integrales de movilidad. La motocicleta, más que un problema, es una solución que, con un manejo adecuado, podría mejorar la calidad de vida de los habitantes del área metropolitana de Bucaramanga.
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*Comunicador Social, Candidato MBA con concentración en Marketing Digital, Diplomado en Marketing Político y docente universitario.
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Referencias:
«El mototaxismo en Bucaramanga: análisis de su realidad más allá de los decretos» – Un estudio de la Universidad Industrial de Santander que examina el impacto social y económico del mototaxismo en la ciudad.
«Investigación sobre el transporte informal mototaxismo en Colombia» – Un trabajo de grado de la Universidad de Santander que estudia el fenómeno del transporte informal en el país.
