Por: Laura María Jaimes Muñoz/ Por estos días se habla de libertad, de igualdad, de justicia, a raíz de las muchas manifestaciones que se han generado. Definidamente están sujetas a estos sentimientos y emociones que, al observar objetivamente la situación, es crítica para país ya que es una realidad sentida por muchos colombianos.
Ahora bien, en esto hay personas o grupos que “aprovechando” esta coyuntura quieren autoproclamarse los “lideres” del “paro” y en su influencia han logrado distraer el real objetivo de estas manifestaciones utilizando “armas” como la euforia y la emoción que generan las víctimas entre ellos jóvenes y personas que en medio del conflicto se han dejado llevar por la influencia de masas.
En estos acontecimientos podemos observar que el ser humano en su pensamiento prevalece sobre la realidad todas las relaciones de poder. Aristóteles nos habla del ser humano, concepto fundamental en su pensamiento: “el ser humano y la existencia del Estado y ambos son interdependientes” en este sentido, es una relación de dependencia mutua y equitativa, donde todos los factores involucrados se benefician se complementan.
En realidad, todos “soñamos” con un Estado en igualdad social, como nos habla la constitución política de Colombia “un estado de derecho” lo que quiere decir un estado de igualdad de derechos, pero en lo que observamos la verdad es otra.
Ahora bien, lo que sí es real es que destruyendo al país no lo lograremos jamás. Es más, todos no podríamos vivir del gobierno o tener un estado maternalista, debemos salir adelante, generar alternativas en conjunto con nuestro gobierno.
Es cierto “el ser humano es capaz de hazañas, de logros, de luchas, pero para alcanzarlas toma el camino del egoísmo y del instinto” (Maquiavelo, 1952) y este camino es el equivocado, si miramos la historia, Colombia en su actuar de grupos con ideologías de “libertar” – ideologías que se han perdido- solo podemos recordar tristeza, dolor y consecuencias lamentables e irreversibles para el ser humano.
En definitiva, los hombres tienen menos consideración en lastimar a otras personas que se haga amar, que aquel se haga temer (real) “arma” de muchos que quieren estar en el poder es lograr que por temor al castigo muchas personas los sigan, este resultado es evidente y como da buenos frutos para sus logros siguen alimentando el miedo, pues el amor se retiene por el vínculo de la gratitud, el cual, puede ser roto en toda ocasión por los hombres para beneficios propios, en cambio hacerse temer lo prevalece y si “…puede llegar a conseguir al mismo tiempo ser temido y no odiado, como un mecanismo de instintos que se puede manejar por el temor al castigo y la esperanza de recompensa.
Los discursos nos dicen que los hombres sólo obran bien por necesidad. Pero tan pronto como pueden elegir libremente y hacer lo que quieran, se produce el desbarajuste. “Por eso se dice que el hombre y la pobreza hacen laboriosos a los hombres y que las leyes los hacen buenos” (Maquiavelo, 1952, P. 48)
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