Por: Ruby Morales Sierra/ La fuerza del amor que mueve a las mujeres en las causas públicas estremece los cimientos del país y del universo.
Una dura travesía en contra del patriarcalismo y el empoderamiento femenino que ha costado la vida a 55 líderes sociales, durante los últimos dos años, según cifras de Oxfam. (*)
Una cifra incierta que podría ser mayor, pues las autoridades colombianas la mantiene indefinida al parecer por vergüenza o negación de la infamia que aniquila hasta la dignidad de las víctimas.
El diverso accionar femenino en participación política y liderazgo es claro ejemplo de la máxima expresión de humanidad de esta extraña especie de mayor dominación masculina que gestiona sus diferencias a la fuerza o el exterminio del opositor.
Atravesando esta dura época de decantación y lucha por desarrollar los acuerdos de paz de La Habana, el protagonismo de las mujeres ha sido fundamental para hacer visibles causas sociales relacionadas con los derechos de las propias mujeres, con sacudir la terrible descalificación, la victimización de su ser, de su cuerpo como territorio de guerra y la lucha persistente por las causas de las familias, las comunidades y del bien común.
En el marco de la conmemoración del mes de la mujer resulta indignante registrar estos terribles asesinatos de mujeres líderes sociales en Colombia. Todos esperamos la compasión, el apoyo, la solidez institucional…
En Santander, sólo la fuerza del amor, que da vida al amor propio y el amor hacia los cercanos, los lejanos y aún los seres humanos que no conocemos, nos motiva a seguir adelante en procesos sociales que la mayoría de la gente le saca el cuerpo.
Es innegable que la falta de garantías de la participación de las mujeres en causas públicas ha mantenido alejadas del accionar comunitario de muchas mujeres en nuestra región, pese a que tienen el empuje, conocimiento y tenacidad para gestionar procesos sociales.
Hoy es un reto participar en un ambiente donde a lo bueno le dicen malo y a lo malo lo consideran bueno. Esta atmósfera hace que las mujeres nos sintamos inhibidas por el grado de violencia contra los líderes sociales que ha azotado a Colombia desde siempre y más aún durante los últimos dos años. Dicen que no es que las mujeres no tengamos temor, lo que pasa es que se nos nota menos…
La clave para romper las brechas de género es derrotar la indiferencia para cumplir los deberes ciudadanos. Promover la participación de más mujeres sensibles en temas de interés general por encima de la delegación histórica y de la entrega del poder femenino en representaciones masculinas.
Próximas a las elecciones de Juntas de acción comunal en abril, se da la oportunidad de revivir la participación de las aguerridas mujeres santandereanas entre sus vecinos y amigos.
Es un sencillo primer paso del que una vez se inicia nunca se termina. Es cuestión de consciencia propia y consciencia social.
Necesitamos con urgencia el actuar de las mujeres en lo local para transformar a través de esta entrega de amor, en lo universal.
P.D. La Personera Auxiliar de Floridablanca, María Margarita Serrano Arenas, ha sido la única funcionaria que atendió el llamado de la denuncia pública que presenté el pasado 23 de febrero por la construcción ilegal de una vivienda en la zona de reserva forestal Hormigueros con escritura a nombre del municipio de Floridablanca. Nos acogemos a su gestión y esperamos la presencia de las autoridades ambientales y del alcalde Miguel Moreno.
(*) En el estudio, Oxfam hace énfasis en factores estructurales que inciden indirectamente en la violencia contra las mujeres líderes. Un ejemplo es el siguiente: “según el Banco Mundial, Colombia ocupa el cuarto lugar después de Sudáfrica, Haití y Honduras medido con el coeficiente de GINI. El último informe de la OCDE en 2018 concluyó que Colombia es el país más desigual económicamente de América Latina y el tercero del mundo, por detrás de Sudáfrica e Indonesia”.
Facebook: Ruby Stella Morales Sierra
Correo: rubymoralessierra@gmail.com