Por: Carlos Roberto Ávila Aguilar/ Poco se escribe sobre las suegras, bueno, creo que después de esta pandemia, muchos la recordaremos y más si vivimos en la misma casa durante estos últimos cuatro meses, las 24 horas del día, en total confinamiento obligatorio, donde nadie podía salir y menos ellas por la edad.
Cuando empezó la pandemia, algunos de los hijos decidieron invitar a su hogar, a su madre o padre a pasar la cuarentena, el que se encuentre solo, para proteger y cuidar, muchos pensaban que la pandemia pasaría rápido y que pronto todo entraría a la normalidad y la suegra pronto regresaría a su casa, cuando vieron que el gobierno alargó la cuarentena, a varios amigos, se les pusieron los pelos de punta y les subió la tensión, bueno, excepto a mí.
Mientras que escribo esta columna, solo pienso en que dirá mi suegra, lo bueno es que no tengo cosas malas que decir, tengo una gran suegra, gracias a Dios; lo único es que como le gusta hablar de política y a mí poco, entonces ahí nos conectamos un buen rato en debates, análisis y teorías, hasta que alguno sale perdiendo o ganando, pero no hay empates.
Hay muchos mitos o leyendas o casos de la vida real, donde las suegras son entrometidas, chismosas, controladoras, matriarcales; pero también es cierto -como en mi caso- que existen magnificas suegras, excelentes seres humanos, colaboradoras, atentas, bondadosas y sutiles, claro con sus defectos como todos, pero en fin amorosas. Por el lado que usted lo vea, puede ser su suegra, o su querida madre.
Una de las consecuencias de vivir con los suegros o padres, siempre será la intromisión en el modo de crianza de los niños o la defensa a su hijo o hija, porque siempre quieren que todo esté bien, que nada pase y tener control, además de ser consentidores. Mis padres dicen, a mis hijos consejos les doy, porque ya los criamos, ahora a mis nietos los consiento y defiendo hasta el final, uno cree que los están malcriando, pero realmente les están dando amor. Siento que cuando mi suegra regrese a su casa, quien más lo sentirá será mi hijo.
Traigo a colación el tema de la necesidad de la convivencia armónica en familia, en estos momentos donde estamos cohabitando todos en casa, las tensiones de algunas familias se ven alteradas, generando violencia intrafamiliar, la cual, según las estadísticas del país, ha aumentado en este momento de pandemia, comparativamente con el año anterior, por lo tanto, es necesario que los gobiernos aporten los recursos necesarios para la atención a las familias y a su salud mental, además es necesario, que se apruebe el bono de renta básica para cada hogar en Colombia, el cual ayudará a la economía y a la tensión social.
Escribiendo, recordé la canción Amor y Control de Rubén Blades que dice: “Por más discusiones que hayan dentro de tu casa, por más que creas que tu amor es causa perdida, ten la seguridad de que ellos te quieren y que ese cariño dura toda la vida. Cuanto control y cuanto amor, tiene que haber en una casa, mucho control y mucho amor, para enfrentar a la desgracia”.
Y a modo de consejo para esta época de confinamiento obligatorio, si tienen algún padre o suegra viviendo en casa, la pareja debe exponer las reglas y límites definidos en el hogar, y explicarlos amorosamente, porque una persona hará lo que se le permita hacer, por eso, es importante hablar con la suegra o suegro antes y no después, reglas claras y que se entienda que en temas del hogar, es la pareja la responsable y debe haber poca intromisión, claro, escuchar sus buenos consejos, no caen mal, de esa manera se evitan conflictos y destrucción de una relación.
No soy psicólogo, aunque a veces los abogados debemos tener herramientas, conocer métodos y sus principios para usarlos y actuar como tal, así que se me pasa por la cabeza algunos puntos claves para vivir con sus suegros y no morir en el intento, los cuales son necesarios usarlos en pandemia o sin pandemia, por ejemplo, mantener una buena relación, respeto, prudencia, armonía, limites, buena comunicación, aguante, alto niveles de paciencia, tolerancia y buena respiración.
Por lo tanto, es importante aprender a convivir, los suegros también son nuestra familia y ellos pueden ser nuestros padres.
A mi suegra gracias por aguantarme y a mis padres gracias por ser buenos suegros.
*Abogado Especialista en Derecho Público, Contratación Estatal y Derecho Penal y Magister en Derecho del Estado.
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