Por: Ruby Morales Sierra/ Sí. El concepto de Cátedra del Agua nace de la autoría, por lo menos en Santander, de la ilustre y apreciada maestra Mercedes Pallares de Valbuena, mujer líder sindicalista y de derechos humanos, escritora, ecologista y participativa defensora del agua del Páramo de Santurbán.
Puede ser que muchas personas hayan pensado en una formación ambiental para conocer y hacer conciencia con el principal recurso que sostiene la vida. Pero quizá nadie lo expresó y precisó como la maestra Pallares.
Extraña por eso que el lanzamiento de un programa de la alcaldía de Bucaramanga, de esta semana, coincida con el nombre y objetivos de la Cátedra del Agua expuesto por la maestra Pallares, de forma casi calcada del proyecto educativo que ella plasmó en sus escritos, poesías y libros publicados.
Resulta por eso alarmante, por decir menos, que el esfuerzo y el trabajo intelectual de la maestra Pallares no figure por ninguna parte, ni se le reconozca el mérito de haber concebido la idea con brillo y precisión, hasta para ser aplicado a la defensa del agua del Páramo de Santurbán y las advertencias de los daños ambientales de la megaminería en la región.
La maestra Pallares expresaba a los cuatro vientos su proyecto de la Cátedra del Agua. Participó hasta sus últimos alientos en las marchas por el agua de Santurbán.

El anuncio de la cátedra del agua por parte del alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas, llega tras la coincidencia de la impresión de uno de los últimos libros de la maestra Pallares, de escritos recopilados por sus hijos y prologado recientemente por el coordinador del programa educativo del agua, el contratista de la alcaldía, Carlos Sotomonte.
Es sabido que el poder trastorna a la gente que no está preparada para servir con humildad y honorabilidad. ¡Qué costumbre tan nefasta la de obtener méritos con esfuerzos ajenos! Y parece que este es el caso, donde se quiere ganar indulgencias (y millonarios sueldos) con las ideas de una mujer que ya partió y no puede defenderse. Pero que dejó cientos de personas que revivimos su memoria y legado con respeto y consideración.
Quienes tuvimos la fortuna de compartir vivencias con la maestra Mercedes Pallares, siempre la relacionamos con su amor por la naturaleza y su permanente preocupación por el destino del Páramo de Santurbán y el agua para Bucaramanga y Norte de Santander. Y siempre enfatizó que a través de la educación se logran ciudadanos participativos más conscientes en las decisiones de importancia ambiental, social y política. Ojalá que este objetivo se cumpla.
El sueño ferviente de la maestra Pallares fue promover e instaurar la Cátedra del Agua en el pensum de la educación a lo largo de la formación de estudiantes y ciudadanos para el buen vivir.
A raíz del anuncio del lanzamiento mediático del programa de la alcaldía de Bucaramanga queda el sabor amargo de la exclusión irrespetuosa de la autoría del proyecto de la maestra Pallares. De su concepto.
Habrá que verse el contenido del documento que, pese a ser anunciado para la semana que pasó, no ha sido publicado a fecha de este domingo 26 de julio.

Maestra, poetisa, líder social, propuso la Cátedra del Agua.
La maestra Pallares falleció el 5 de junio de 2018 y dejó un enorme legado cultural a Santander y el mundo. Legado que sus hijos, hijas, nietos y nietas han recogido con alta estima y han recopilado para su reimpresión y difusión.
Dejó también una estela innumerable de amistades entrañables, entre quienes me cuento, que lanzamos nuestra voz airada para reclamar sus derechos y su dignidad arrebatada por el anonimato en uno de sus principales esfuerzos y legados: La Cátedra del Agua para Bucaramanga y Santander.
Elevo mi voz para decir ¡ya basta! Es intolerable que se pisotee el trabajo intelectual de las mujeres y se desconozca su valor. Si hubo o no hubo plagio, las autoridades podrían decirlo, pero la acción escueta es un verdadero insulto a la memoria de la maestra Pallares y a su legado.
Y de paso, un insulto para todas las mujeres a quienes nos han arrebatado y pisoteado nuestro esfuerzo intelectual, utilizado para dar brillo a algunos hombres déspotas y machistas, ávidos de poder.
Por los lados de la alcaldía de Bucaramanga, necesitan con urgencia una cátedra de democracia, reconocimiento y respeto a las mujeres y a los ciudadanos. A ver si se puede remontar la catastrófica escuela que quedó fundada por el fallido proyecto de la Lógica, Ética y Estética y que pretende seguir sus sucesores.
Todavía es tiempo de corregir. Inténtelo. En la socialización del documento y su contenido debería reconocerse la labor de la maestra y llamarse el programa de capacitación ‘Cátedra del Agua Mercedes Pallares’.
Es una forma de superar los egos por generosidad; el machismo por inclusión y el narcisismo por generosidad y reconocimiento. Y de paso sembrar algo de democracia y el respeto por las mujeres, en estos tiempos fallidos del coronavirus.
Veremos.
*Periodista.
Facebook: Ruby Stella Morales Sierra
Correo: rubymoralessierra@gmail.com