Por: John Jairo Claro Arévalo/ Si usted es de los que se enorgullece, saca pecho, jura y come mocos de que es intachable, impoluto, honesto, diamantino, inmaculado, transparente, moralista y además manifiesta ser católico o protestante confeso, permítame decirle que, según los preceptos de su iglesia, usted es un transgresor de la ley de Dios, judas, farisaico y pérfido.
Veamos: si fuma, bebe alcohol hasta emborracharse, come en exceso, juega bingo, tute, póker, toruro, fornica antes del matrimonio, es soberbio, iracundo, perjura, miente, no paga deudas, hace bullyng, engaña, difama, calumnia, injuria, jura en falso, es tramposo, hace copialina en la universidad, se aprovecha del inocente, es ambicioso, lujurioso, infiel, adulador, adúltero, se masturba, ve videos pornográficos, ni que hablar si estafa, roba, extorsiona, viola, asesina, etc. Pues le cuento mi querido feligrés y devoto, que todas esas conductas y comportamientos, son pecados veniales y mortales, tanto para la religión católica como para la protestante.
El asunto no es censurarle sus manías, sus antojos sus chifladuras, sus debilidades, su mojigatería, sus perversidades, su doble vida, sus andanzas, ni más faltaba, no soy la madre Teresa de Calcuta, ni ninguna autoridad religiosa para hacerlo, pero si traigo a colación, “su moralidad, su rectitud su ética” cuando critica, difama, insulta, putea, denigra, tergiversa sin escrúpulos, sin argumentos y cuando se va lanza en ristre con lo que desconoce.
Tal vez se crea el hacedor del universo, el omnímodo, el dueño de la verdad, el soberano, el absoluto, no obstante, me pregunto si usted es de los que va a misa una vez a la semana o una vez al mes y además se confiesa, recibe la comunión, se arrepiente y ora por sus pecados con su pastor, y sin embargo, después de asistir a misa y a culto sale de allí siendo el mismo: tramposo, calumniador, mentiroso, lujurioso, soberbio, incumplido para pagar deudas y todo lo anteriormente descrito como pecados veniales y mortales, con todo el respeto que se merece, usted es un hipócrita, farsante, falso, taimado, que le está haciendo perder al cura y al pastor, el tiempo que le dedican con su prédica para salvar su alma y librarlo de sus pecados.
Las religiones como parte de la cultura de los pueblos con sus cosmovisiones y creencias, surgen de la necesidad del hombre de relacionar la humanidad a elementos sobrenaturales, trascendentales y espirituales. Bernard Lonergan, teólogo canadiense, dice: “se aproxima a la religión como un conjunto de experiencias, significados, convicciones, creencias y expresiones de un grupo, a través de las cuales sus participantes responden a sus dialécticas de auto trascendencia y relación con la divinidad”.
Así es, mi estimado amigo, vecino, paisano, seguidor o contradictor, si profesa la religión católica o la protestante tenga presente a Mateo 7:3: ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Quizás usted crea que va a ser como Vladimir de Kiev que, siendo rey pagano, en el año 981 y 983, invadió y conquistó gran parte de lo que hoy en día es la Galicia ucraniana, Lituania y Polonia. Llegó a tener más de 600 concubinas y numerosas esposas, además, llevaba una vida desordenada e incluso ordenaba sacrificios humanos y mandaba a asesinar a sus detractores para conseguir sus propósitos, sin embargo, en el año 988 se convirtió al cristianismo y lideró de una forma muy bondadosa y buena. Empezó a actuar de una mejor manera y a dirigir su reinado con buenos tratos y pensamientos, tanto así que se convirtió en San Vladimir el Grande, un Santo de la Iglesia, un superhéroe de aquella época. (Su día se celebra cada 15 de julio).
Si cree que va a seguir los pasos de Vladimir de Kiev, le falta mucho pelo pa’ moño, lo cierto es, que todo lo que haga en la tierra en ella misma se paga.
*Licenciado en música, artista, docente, compositor del himno de Bucaramanga, exconcejal de Bucaramanga.
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