Por: Pablo Arteaga/ El término de ‘mamadera de gallo’ es una de las expresiones más usadas en Colombia, principalmente en la capital del país, la costa caribe y por ende en las zonas ribereñas del río Magdalena para referirse a momentos picarescos y de recocha, o a personas que no se toman las cosas en serio.
En nuestro departamento de Santander y en muchos municipios del departamento tomaron la pandemia del Covid-19 como mamadera de gallo y no solo estoy hablando de las autoridades competentes y administrativas -muy seguramente por la inexperiencia de nunca haber vivido una situación similar en la historia de cada una de las administraciones- si no también, de los habitantes de cada uno de los territorios.
Algunos de los que hoy representan las primeras autoridades del departamento, más allá de una emergencia sanitaria, vieron en la pandemia grandes oportunidades de negocios para llenar sus bolsillos y los bolsillos de las empresas representadas por arlequines que los rodean y que su malicia indígena los llevó a pensar que podían ‘mamarle gallo’ al virus.
Los resultados y los pronósticos en el departamento no son los más alentadores, las curvas de contagio y muerte siguen creciendo, el enano se les creció y no está lejos de convertirse en un gigante, sin embargo, muchos siguen ‘mamándole gallo’ al virus, en especial los habitantes que con su indisciplina social muestran su grado de insensatez e ignorancia.
El Estado colombiano en cabeza del presidente y sus honorables asesores, al igual que la Organización Mundial de la Salud, a mi parecer, han generado falsas expectativas con el tema de la vacuna contra el Covid-19, hechos, que han alimentado la ineptitud de las acciones de indisciplina social por parte de habitantes, si bien es cierto que ha habido avances en las investigaciones del desarrollo de estudios para logra una vacuna, y que en algún momento tendremos como humanidad una vacuna que permita contrarrestar esta pandemia, no sabemos ni el día ni la hora.
Algunos de los mandatarios de nuestro hermoso departamento se encuentran bajo investigación por mal utilizar los recursos destinados contrarrestar los efectos de la pandemia, al igual para desarrollar estrategias de mitigación de la misma, pero como todos los países de sagrado corazón, muy seguramente terminaran en grandes mansiones disfrutando de los dineros producto del desangre administrativo producido en complicidad con sus arlequines.
Aunque el enano se creció, aun no llega ser gigante, lo cual significa que aún se pueden generar acciones contundentes para contrarrestar el avance de este virus, con acciones contundentes de autoridad y fortalecimiento de instituciones del estado al servicio de la sociedad, colocándole fin a la tercerización de las obligaciones y deberes del Estado.
El hoy enano sigue avanzando, ni que jinete cabalgando la extensa llanura, sin obstáculos que lo detenga, dejando un frondoso manto de dolor en familias que le ‘mamaron gallo’ al Covid-19 y que infortunadamente les tocó recibir la inesperada visita de la muerte, visitante poco amable que al ver la puerta de sus vidas abierta decidió entrar e unirse a la ‘mamadera de gallo’ y finalmente haciendo de las suyas, otras familias han sido más afortunadas, han recibido de la vida una segunda oportunidad para sus familiares y han entendido que pueden ‘mamarle gallo’ a las normas, a las recomendaciones de los estudiosos del tema, a las restricciones de confinamiento o toques de queda, pero no al coronavirus
¿Y tú aspiras seguirle ‘mamando gallo’ a la pandemia?
*Profesional en Comercio Internacional y Especialista en Gerencia de Proyectos.
Correo: arteagapab@gmail.com
Twitter: @2018Arteaga