Por: Magda Milena Amado Gaona/ Como duele la patria en estos días y más ante la impotencia que siente al observar gobernantes y padres de la patria actuar bajo intereses mezquinos sin nada de respeto por la mayoría de colombianos y su democracia. Gracias a Dios, los buenos y respetuosos de nuestra sociedad somos más.
No logro entender actitudes de gobernantes locales como Claudia López que directa o indirectamente promueven la rabia entre los ciudadanos y no la conciliación, unión y respeto. Observo a Claudia López queriéndose igualar a Petro en una supuesta categoría de caudillo del pueblo. Pero tanto López como Petro son simples ejemplos del caudillismo dañino y errante que irrumpe las democracias latinoamericanas para aniquilarlas.
El caudillismo se escritura alrededor de personas y está motivado por intereses individuales de sus integrantes. Y precisamente eso representa Claudia López, Gustavo Petro y otros supuestos caudillos. El caudillismo en Colombia busca llegar al poder por cualquier medio, representan un sector en busca de un gobierno autocrático basado en la inestabilidad política y la producción de miseria para el pueblo.
Los caudillos son personajes necesitados de poder y de ser elogiados continuamente solo se dedican a incubar estrategias para manipular incautos o aprovechar la sensibilidad social o explotar la necesidad individual. Estos Caudillos suelen caer en sus propias mentiras mediáticas o se contradicen perdiendo credibilidad. El caudillo siempre será un personaje enfermizo, hipócrita, mentiroso, con diferentes personalidades, con delirio de grandeza, vanidosos con aires de monarcas. Colombia tiene dignos ejemplos de caudillos.
Los caudillos siempre buscan llamar la atención para ser admirados y hacerse sentir como salvadores, ejemplo la actitud de Claudia López esta semana con su famoso letrerito en la silla asignada al Presidente de la Republica. Muy astuta la alcaldesa siempre para llamar la atención más no para gobernar la capital colombiana. Claudia López está liderando a Bogotá bajo un gobierno con personalidades múltiples que llama a gritos la asistencia psiquiátrica de sus padrinos Rafael Pardo, Sergio Fajardo, Antas Mockus. Lucho Garzón, de los cuales un día se desliga y otros no.
Se le debe recordar a esta supuesta caudilla sus propias palabras cuando se inscribo como candidata a la Alcaldía de Bogotá: “Queremos unirnos como ciudadanos, para que sean nuestras necesidades cotidianas las que se resuelvan y no sus peloteras las que nos detengan”. “Quiero ser la mujer que unió a la ciudadanía en Bogotá y le devolvió la esperanza, la confianza, y la seguridad de que no hay delito, trancón ni corrupción que no podamos superar… Le pido a Bogotá que no centremos en recuperar la cultura ciudadana… La polarización es relevante en los debates nacionales, pero no en los temas de Bogotá…Gobernar es inspirar, liderar y transformar”.
Es ineludible que algunos gobernantes locales entre ellas la señora Claudia López y algunos padres de la patria piensen verdaderamente en intereses generales por el bienestar de nuestra democracia, no en sus intereses individuales de poder o su futuro político. No pueden seguir desestabilizando la institucionalidad y generando violencia por sus proyectos políticos al 2022.
No queremos caudillos, queremos líderes. Nosotros los ciudadanos debemos abrir los ojos y no caer como idiotas útiles de estos supuestos caudillos colombianos para coadyuvar sus objetivos. Ellos no son la solución. Es necesario fortalecer los liderazgos en cada partido con el objetivo de bloquear el caudillismo que actualmente enferma nuestra democracia. No más caudillos disfrazados de supuestos políticos alternativos.
Es hora de apoyar verdaderos liderazgos y expresar en las urnas un verdadero castigo social y político a tanto caudillo loco gobernando o queriendo gobernar. Este País necesita líderes de verdad no caudillos, no importa el partido, importa su defensa por la democracia, importa que sus objetivos sean el bien común, el interés general, importa que busquen el desarrollo socioeconómico y seguridad de cada ciudadano colombiano, que incentiven la fraternidad, la producción económica, el trabajo, la unión de clases no la rabia y el enfrentamiento social.
*Abogada y Mágister en Gobierno.
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