Por: Holger Díaz Hernández/ “La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con excepción de todos los demás”: Winston Churchill. Exprimer Ministro Inglés.
Los estadounidenses se aprestan a elegir el presidente número 46 de su historia, 44 personas han asumido el cargo y 45 han sido las presidencias, dado que Glover Cleveland fue elegido en dos períodos no continuos. Cuatro presidentes han muerto durante su mandato por causas naturales, cuatro fueron asesinados y uno renunció. Siendo George Washington el primer presidente qué se juramentó después de una votación unánime del colegio electoral en 1789.
William H. Harrison tuvo el periodo más corto, murió solo 32 días después de ser investido (a causa de una neumonía) y Franklin Delano Roosevelt gobernó durante 12 años, ya que ganó cuatro elecciones.
En una campaña marcada por el Covid-19 y en la recta final por la presidencia de los Estados Unidos de América, la candidatura de Donald Trump atraviesa los momentos más difíciles.
No solo está abajo en las encuestas que dan ganador al exvicepresidente de Barack Obama, Joe Biden sino que además el resultado del primer debate televisivo visto por cientos de millones de personas alrededor del mundo fue para él un desastre, no solo demostró que su estrategia no va a cambiar y lo que se que puede esperar en los próximos debates será más de lo mismo: Agresiones e irrespetos.
El manejo dado por el gobierno Trump a la pandemia ha sido desastroso, sus salidas en falso recomendando tratamientos no aprobados por los médicos, su reticencia a usar el tapabocas y el desconocimiento de las recomendaciones de los expertos llevaron a que esta nación sea la más afectada en el mundo por este coronavirus.
A través de Twitter, Trump anunció hace dos días que dio positivo para Covid-19 junto con su esposa Melania y varios miembros de su equipo de campaña, hecho que además de las implicaciones para su salud, produjo un remezón en la economía mundial por la aversión al riesgo de los mercados financieros y lo que puede significar no solo ser positivo, sino lo que podría ocurrir si se complica y muere generando un vacío temporal de poder en la nación más poderosa del mundo, que tendría que asumir el vicepresidente. Los precios del dólar, el yen y el oro repuntaron y cayeron los del petróleo y las bolsas entre otros.
Según el parte médico, Trump presenta solo síntomas como fiebre, tos, fatiga y congestión nasal y se encuentra internado en un hospital militar como medida de precaución, pero es un paciente de alto riesgo que tiene 74 años, con comorbilidades como hipertensión y obesidad (mide 1.90 metros y pesa un poco más de 110 kilos), en un país donde ocho de cada diez muertes han ocurrido en mayores de 65 años. La obesidad provoca un estado de inflamación crónica que afecta a las células y sus superficies mucosas en su papel de barrera protectora natural contra los virus y además afecta el sistema inmune haciendo al paciente más susceptible a infectarse y complicarse con el Covid-19.
El hecho de ser positivo implica aislamiento obligatorio durante al menos dos semanas, a 30 días de la elección, sin contar qué su estado de salud pueda agravarse, en un momento donde los candidatos se están preparando para la recta final de la campaña y deberán recorrer nuevamente el país y alistarse para los dos debates televisivos que se avecinan, el siguiente programado el día 15 de octubre en la ciudad de Miami, lo cual implicaría que Trump asistiría de manera virtual o cancelaría su participación en algunos de los múltiples actos de campaña de los próximos días.
A Joe Biden todo se le está dando para convertirse en el próximo presidente, es un hombre cordial y empático que no produce mayor entusiasmo en el electorado pero que al mismo tiempo es una persona pragmática y al no ser una figura polarizante ha sido casi que inmune a los ataques de Trump, especialista en vapulear a sus contendores.
Su campaña política en las primarias del partido demócrata arrancó con muy pocas perspectivas de éxito, cuarto en el caucus de Iowa y quinto en el de New Hampshire, parecía que no tenía nada que hacer frente a un Bernie Sanders que tenía muchas más posibilidades, pero en contra de todos los pronósticos ganó la elección entre otras cosas porque la pandemia impidió el contacto directo con los votantes entre los cuales Biden despierta muy pocas emociones, el coronavirus ha supuesto en palabras de un analista “una bendición para su campaña”.
Ya como candidato presidencial por el partido demócrata ha centrado su campaña más en los errores de su contrincante y en las circunstancias de la pandemia y el colapso de la economía que en la contundencia de sus propuestas, donde no ha asumido compromisos ciertos con los temas más transcendentales para el país: como las coberturas universales en salud, la reforma a la policía, la defensa del medio ambiente, la firma de un Acuerdo Verde Mundial, la abolición del servicio de Inmigración y Aduanas y no ha fijado una posición clara con respecto a los cientos de miles de inmigrantes ilegales que viven en Estados Unidos o en la recuperación económica postpandemia.
Esta ha sido una campaña inédita, fría y ausente, en un país con más de siete millones de infectados y más de 200 mil muertos por Covid y en momentos en que se vive la tensión por las peores marchas de protesta en muchas décadas, en rechazo a la violencia racial por parte de la policía.
Hay todavía mucha tela por cortar en esta carrera por la presidencia, pero todo dependerá de lo que ocurra en los próximos días, en donde una rápida mejoría en la salud de Trump podría servirle de tanque de oxígeno y generar la solidaridad en el pueblo estadounidense que le permitiera recuperar parte del terreno perdido.
En política lo único cierto es lo que ya pasó. Amanecerá y veremos.
*Médico cirujano y Magister en Administración.