Por: Roberto Aponte/ Se podría decir que la mayoría de personas buscar ordenar y mantener limpio su entorno, lo que permite que haya un espacio amplio y descongestionado, adecuada ubicación de los objetos e incluso considerarse un sitio más saludable, remontándonos a algo generalizado, el orden existe en nuestro mundo y por eso funciona apropiadamente, esto se puede percibir en los ciclos biogeoquímicos, entre ellos el más conocido es el del agua.
La noción de orden es algo que considero como una percepción de que todo lo que hagamos así sea lejos de nuestro hogar afecta nuestro entorno, es la sensatez de reconocer el impacto de nuestras acciones.
Siendo más directo esto nos remota a un problema tan usual como el de las basuras, porque se disponen elementos sobre espacios naturales o las calles cuando claramente este no es su sitio. Todo residuo debe disponerse de forma adecuada para que este pueda ser reutilizado, los restos de comida y sobras de otras actividades debían situarse en lugares adecuados para evitar la llegada de vectores que produjeran enfermedades.
Esta situación podría ubicarse antes de la revolución industrial ya que la limpieza o higiene era algo asociado a una ciudad saludable.
Con la aparición de los plásticos el panorama de las basuras cambio, las complejas estructuras químicas de estos elementos hacían que se pudieran fabricar envases o productos más resistentes y flexibles, pero por lo mismo estos residuos se demoran por lo menos quinientos años en degradarse en el ambiente. Por eso pueden permanecer mucho tiempo enterrados en el suelo o peor aún terminar en los océanos.
La industrialización ha significado un cambio en el balance que el planeta ha manejado, además de los plásticos, con la liberación de metales pesados o elementos radioactivos, sustancias que presentan graves impactos en el medio ambiente y en la salud de las personas al ser dispuestas en el entorno. Por esto estos residuos reciben un tratamiento especial y son contenidos de forma de que sus efectos sean mínimo, se podría decir que se aíslan de la naturaleza, para que no interfiera con su balance.
Muchas personas quieren salir fácilmente de los desechos que producen, es sencillo pensar que con solo sacar la basura y el camión venga a recogerla nos deshacemos del problema, por este mismo pensamiento quizás para ciertos individuos sea sencillo disponer de los residuos en potreros o lugares aparentemente poco transitados fuera de su entorno habitual, ya sea su ciudad en caso de que sea turista o su casa.
El asunto con las basuras ahora es lo mismo, ver más allá de lo cercano y tener sentido de pertenencia del lugar donde vivimos. El problema es porque es algo tan difícil de tener en cuenta, a simple vista parece como solo deshacernos de lo que no nos sirve y ensuciar sin preocuparnos, por la persona del aseo que limpiara la calle, de las cañerías que podrían taparse y generar una vía inundada cuando llueva, podría señalar los plásticos en los océanos, pero es mejor apelar a algo cercano el hecho de que dejamos de que nuestra ciudad se ensucie quedando a merced de los gallinazos. ¿Por qué para algunos individuos es difícil tener conciencia ciudadana? ¿Cómo solucionar esto?
Para reducir el impacto de los plásticos, las alternativas planteadas es reciclarlos, reutilizarlos y reducir el consumo. Esta situación conlleva a pensar soluciones que muchos han pensado y ensayado, algunas con resultados notables otras no tanto, pero todo conlleva a que el resultado positivo viene de las acciones individuales y la conciencia propia. Por más que uno limpie su entorno no va a ver mucho cambio si los demás no ponen de su parte.
Para solucionar las problemáticas ambientales, los individuos deben cultivar su percepción de la noción de orden, la cual parece muy escasa cuando se contribuye a que incluso tu propia ciudad permanezca sucia, es algo que puede tomar mucha educación, pero una vez todos contribuyan se puede lograr una comunidad limpia y en armonía.
*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories
