Por: Holger Díaz Hernández/ “Que ganamos con llegar a la luna, si no somos capaces de atravesar el abismo que nos separa de nosotros mismos”: Thomas Merton.
Después de diez meses del inicio de la sindemia por el virus SARS-CoV-2, con más de 40 millones de infectados y más de un millón de fallecidos, aún es mucho lo que nos falta por conocer de esta enfermedad que llegó para quedarse.
En la historia de la medicina se le ha denominado a la Sífilis como “la gran simuladora” porque muchos de sus signos o síntomas se parecen a otras enfermedades, pero esta Covid-19 es aún más compleja porque una buena parte de lo que se ha dicho sobre ella aún no es claro para los investigadores que hacen esfuerzos ingentes en la búsqueda de tratamientos efectivos que prevengan, mejoren los síntomas o curen la enfermedad.
Los comunidad científica que ha estudiado esta nueva patología no se pone de acuerdo todavía sobre algunas de las características de la enfermedad y a pesar de que se conocen los mecanismos por los cuales el virus ingresa al organismo y lo coloniza, no se sabe porque no todas las personas expuestas al mismo se infectan, es frecuente que en una familia o grupo solo algunos se enfermen, pero además en quienes lo hacen no se sabe porque unos son asintomáticos, otros tienen síntomas leves o moderados y otros se agravan y mueren, teniendo a veces la misma edad o los mismos factores de riesgo.
Tampoco es claro porque un porcentaje presentan complicaciones pulmonares, vasculares, neurológicas, renales, cardiacas y otros no, además de un sinnúmero de problemas secundarios que poco o poco se van conociendo.
El Imperial College de Londres acaba de presentar un estudio realizado en 85.000 pacientes del Reino Unido, donde se demostró que un número significativo de pacientes positivos para Covid-19 que requirieron ventilación o fueron a UCI presentaron daño cerebral, con déficit cognitivo y una disminución de 8,5 puntos en el coeficiente intelectual (CI), valor que es equivalente a que su cerebro envejeció aproximadamente 10 años.
Se encontró que la afectación cerebral es proporcional a la gravedad de la enfermedad, muchos de los pacientes que se quedaron en casa con sintomatología leve o moderada tuvieron una pérdida promedio de cuatro puntos del CI, lo cual significa envejecer cerebralmente cinco años.
A todos se les realizaron los test utilizados en pacientes con Alzheimer para medir su orientación espacial, la lógica, el lenguaje y las emociones, pero este estudio debe complementarse con otras investigaciones para confirmar los datos y evaluar si hay recuperación o no a largo plazo.
Al hacer un análisis completo de las cifras oficiales que reporta el DANE para Colombia, ya superamos el millón de infectados y los 30.000 muertos lo cual implica que somos el 8o país del mundo en hacerlo.
Tenemos una tasa de letalidad del 3% y 588 fallecidos por millón de habitantes y la proyección de muertes a final de diciembre estará entre los 35.000 a 40.000.
Y tal como lo dijimos en la columna anterior, la gran mayoría son hombres, mayores de 60 años y de los estratos 1, 2 y 3 (90%).
Las comunidades indígenas representan el 2,3% de los afectados y las personas de raza negra el 5,7%, siendo la Covid-19 la segunda causa de muerte después de las enfermedades isquémicas del corazón.
Europa atraviesa en este momento por la segunda ola de contagios, que llegó más rápido de lo esperado y en una proporción que está superando las cifras más altas de la primavera anterior y a la espera de que en el invierno sea más agresiva todavía, en Colombia los expertos habían vaticinado que en noviembre ya estaríamos en la bajada de la ola, pero esto no se está cumpliendo, en la última semana hemos tenido días de más de 11.000 contagios y más de 200 muertes.
Pareciera que a pesar de la gravedad de lo que el mundo está viviendo no hubiésemos aprendido la lección, seguimos depredando la naturaleza, se necesita del llamado “efecto dilución”, entre más especies de animales sobrevivan menor posibilidad de que las enfermedades trasmitidas por estos lleguen a las personas, el respeto por el medio ambiente es una garantía para la humanidad ya que existe una estrecha relación entre la tala de bosques, la extinción de algunas especies y el aumento de las enfermedades zoonóticas.
Desde los gobiernos y el sector de la salud se trabaja en campañas masivas a través de las redes sociales y medios de comunicación sobre la importancia suma del distanciamiento social, las medidas sanitarias y el uso obligatorio del tapabocas, pero lo que encontramos alrededor del mundo es que solo un porcentaje de la población cumple estas recomendaciones, es como si nada estuviese pasando.
Los humanos con frecuencia no aprendemos de los errores y este es desafortunadamente un ejemplo patético de eso.
La famosa inmunidad del rebaño llegará en algún momento, más tarde que temprano, con o sin la vacuna, pero mientras tanto habrá otros millones de infectados y de muertos.
*Médico cirujano y Magister en Administración.