Por: Hernando Ardila González/ “(…) Pero se trataba, no obstante, de un bello ejemplo de Democracia, la primera en la historia de la civilización, no nacida como Afrodita de las espumas del mar, sino del fango de la esclavitud”: (Guillermo Hernández Rodríguez a Dialéctica de la Democracia de Antonio García).
Continuemos con esta entrega final. La brisa del transcurrir histórico avivó el fuego reposado y se rehízo la esperanza. Como de entre cenizas resurgió el Ave Fénix, notoriamente maquillada, no tan majestuosa, corpulenta y divina, sólo su sombra, una parodia mutilada en simple expresión electoral, pálida caricatura del ágora y de las asambleas populares, pero tan contundente en su paso que: “al viejo régimen, el Feudalismo, se le cuartearon sus cimientos y recibió su descabello con la gran Revolución Francesa, trágica, maravillosa y cruel. Adviene al mundo una nueva clase, la Burguesía, nutrida en la charca de sangre de esa revolución…” Antonio García – Dialéctica de la Democracia
“La sociedad a través de todas sus catástrofes, se está preparando para una nueva vida, no importa que se diseñen diversas imágenes de la tierra prometida”, sentenció.
Por ello hemos transcurrido trágicamente por Grecia, el Imperio Romano, el Oscurantismo, el Renacimiento, la Revolución Francesa, la Comuna de París, la Revolución Comunera del Socorro Santander-Colombia y las Revoluciones Independentistas de América, la Revolución de Octubre, las dos Conflagraciones Mundialistas, el llamado ocaso del Socialismo o fin de la historia en la perspectiva capitalista de Fukuyama, ¡la Revolución Tecnológica e Informática, que afina la puntería!
Trasegar doloroso en pos del Dorado buscado por unos para unos, pero no por todos para todos. Predicamos aquí, que no es necesario seguir escribiendo la historia política, económica y social de los hombres a manera de epitafios y con tinta hecha brotar de sus entrañas; la humanidad puede reformularse el Pacto Social, llámese humanismo, o por qué no Capicialismo oEcocialismo (Términos de mi impronta, acuñados en mis monografías de maestría, para significar bienes y desarrollo al servicio de la felicidad humana, modelo económico que la procura en armonía con la naturaleza).
No repetiremos a Agustín de Hipona, a Thomas Moro, a Étienne Cabet con sus platónicos proyectos. Somos más prosaicos y creemos que ¡aún podemos! “No tiene validez el argumento de que la concepción filosófica ha perdido toda vigencia, por cuanto no existe en ninguna parte íntegra, pura, abierta y ejemplar la vida democrática”. (Antonio García – Dialéctica de la Democracia), y puntualiza: “Obra de una enseñanza viva y de grandes experiencias históricas”, significando que la democracia no tiene impronta ideológica.
A base de golpes buscamos el Sistema de Vida apto para que la humanidad alcance sus fines, creemos es la Democracia, no la parcelada política, económica o socialmente, sino como lo que es, Un Todo, nuestro invitadola denomina: Democracia Orgánica.
A títulode epílogo, digamos que la democracia supone unos elementos básicos: Libertad e Igualdad. Libertadpara lo que no dañe el derecho ajeno. Libertad para no dejar hacer monopolios de poder, riquezas ilícitas o lícitas extravagantes y excluyentes y por tal, injustas, lógica del capitalismo salvaje en calidad de derecho: derecho a la propiedad privada sin función social, derecho a postular en la carrera de Forbes.
Libertad para no dejar hacer gestiones gubernamentales a espaldas del interés colectivo, hombre lobo para el hombre. Libertad para no dejar pasar epidemias, desastres naturales o inducidos, inanición, hacinamientos, corrupción, condicionamientos extranacionales. Libertad para no dejar pasar la razón de la fuerza, de las armas tantas veces legitimada por la ausencia de alternativas y que hace eco al postulado de Tomás de Aquino: “Cuando el gobernante se hace tirano, los pueblos adquieren el derecho a la rebelión”, lo que a su modo Bolívar repitiera.
Igualdad porque el hombre es la misma especie. Igualdad que no es actuar, vestir y pensar lo mismo: igualdad dentro de la libertad, Igualdad de oportunidades, de derechos, pero no el simple enunciado de derechos positivos en su retórica formal, es preciso ir más allá, algo así como el derecho a la alegría, a la ternura, a la realización personal, y profesional, al conocimiento, a la información objetiva, a la vida y no sólo a la biológica, sino a todo cuanto la sustenta incluida la riqueza, esa sí material. Aunque será motivo de otra discusión si éstos son derechos o categorías de indiscutible y autónoma existencia.
Esto es posible si aceptamos que nuestro fin es la felicidad y ella se logra si el Estado procura bienestar repartiendo por igual las oportunidades de acceso al alimento, a la educación, a un arte, oficio o profesión, a la recreación, a la participación.
Más que la presencia de partidos, importa la presencia de propuestas, de compromisos, de suma de voluntades solidarias, de hombres con claridad de fin y de gobernantes con conciencia de servicio, aquí es de recordar, que mandatario, no es el que manda, sino el que es elegido para que obedezca la voluntad popular.
Sea el epílogo de esta serie la resonante sentencia que hasta nuestros días llega como imperativo ahora que la Patria nos llama a cesar la horrible noche que desde hace doscientos años y en especial estos dos últimos, ha caído en la desgracia de un totalitarismo indecente, corrupto y genocida:
“Mientras los que quieren hacer no gobiernen y los que gobiernen no quieran hacer, seguirán los males de la república” (Aristóteles – “La Política”).
*Abogado Penalista, postulado a Maestría en Derecho Constitucional. Presidente Colegio Nacional de Abogados de Colombia Conalbos Santander y Vicepresidente Nacional.
Twitter: @HernandoArdila6