Por: Juan Camilo Revelo/ “La empatía, la autenticidad y la generosidad es lo que marca la diferencia entre ser competente y ser admirable”: Lou Solomon
A nivel ejecutivo, según la Harvard Business Review, convertirte en poderoso te hace menos empático.
Sin embargo, a nivel familiar la comunicación interior puede convertirse en puente de sanación de historias dolorosas de nuestros antepasados -o padres-, cuando somos conscientes de qué parte de ello no queremos en la historia de nuestra descendencia.
Siendo un eslabón dentro de la cadena vital de la humanidad, aprendemos y reproducimos de formas naturales y espontáneas a partir de aquello que nos ha sido enseñado con la educación del ejemplo. Y hay un momento en el que se encuentra una consciencia de repetición en las historias familiares que tiene la capacidad de propiciar un viraje en el curso de los acontecimientos si se tiene claro que aquello que ha dolido a alguien, no hace falta repetirlo.
Entre hijos y padres, por ejemplo, aun cuando las conversaciones sean cotidianas, esto no garantiza que sean profundas. E incluso, el hecho de que quizás sí sean profundas, tampoco garantiza que sean personales, es decir que se relacionen con aquellas vivencias o decisiones cruciales que respecto de sus vidas hayan sido tomadas.
Así, por ejemplo: se trata usted de una mamá de una mujer de unos 30 años y un buen día nota cómo como su hija ha establecido relaciones afectivas con determinado perfil de hombre que tiene características altamente semejantes a las que tuvo usted en cuenta, hace tiempo, al momento de elegir al papá de esa misma hija.
Si su primer impulso es querer que ella no repita los mismos patrones de los que ha sido espectadora desde que nació, puede ser un primer paso el reconocer entre juntas, conversando con tiempo y generosa escucha, si han existido dolores asociados a esas decisiones, comunicando de forma abierta inquietudes, zozobras o aclaraciones que puedan surgir dentro de la unidad que genera el mirar hacia la misma dirección, que en este caso no es otra que la de servirse mutuamente para evitar que generacionalmente se hereden semillas que propicien el “hacerse mala vida”.
En ningún caso dentro de este ejercicio de conversar -en un espacio pertinente para ello-, cabe pensar en juicios ni en críticas. Este ha de ser un diálogo sereno acompañado de un enfocado sentimiento de consideración, de profunda gratitud. Pues partimos de que cada quien toma sus decisiones según lo que en la consciencia de aquel momento consideró más adecuado.
El arte de no repetir historias familiares fallidas consiste en percatarse, en darse cuenta de manera serena, aunque contundente, de todos los factores que permiten denotar repetición de patrones, es decir de conductas, de criterios, de enfoques, de priorizaciones, de escala de valores, de tendencias de decisiones.
No es fácil, pues en realidad constituye la valentía de sobreponerse a lo aprendido cuando esto nos puede jugar en contra.
Hablar de resiliencia como capacidad y como habilidad para mantenerse fuerte en condiciones de cambio y de gran estrés, puede suponer un desafío colosal de orden personal ciertamente retador.
Incluso querer cambiar la historia personal desde el ajuste o reemplazo de modos que involucran mentalidad, podría hasta suponer dentro de distintos círculos familiares una defraudación o casi una traición. No ha pasado ni medio siglo desde que muchas mujeres tuvieron el deber de arrodillarse para pedir perdón ante sus criadores por tomar decisiones tales como crecer profesionalmente.
Hablar hoy en día de sanación es ante todo hablar de reconocimiento, de aceptación y de una determinada postura de no repetición.
Así entonces madurar quizás sea esa capacidad de aprender a discernir y conscientemente aceptar o rechazar, qué tanto vamos a repetir dentro de aquello visto y aprendido del insumo de crianza.
Sanar la comunicación para sanar la vida.
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*Abogado conciliador en Cámara de Comercio de Bucaramanga. Especialista en Marketing Político & estrategias de campaña (U. Externado). Experiencia +10 años en Resolución de Conflictos. Mentor en Comunicación estratégica Verbal – No Verbal e Inteligencia Emocional Empresarial.
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