Por: Jenny Paola Rangel Chaves/ “Es un error pretender que todos seamos optimistas, el mundo también necesita pesimistas. Es verdad que los optimistas solucionan los problemas, pero son los pesimistas los que los detectan a tiempo”: Adam Grant.
Por supuesto que todo en exceso es malo, no podemos irnos a los extremos y de acuerdo con eso, existe algo denominado el positivismo tóxico. Es un término nuevo que ha venido tomando fuerza con el tema de la pandemia.
Según las psicólogas Quintero y Long (2019), el positivismo tóxico hace referencia al exagerado estado de optimismo y felicidad, frente a todo tipo de situaciones, lo que genera entre otros factores, la imposibilidad de ser resilientes y de afrontar situaciones negativas.
Además, produce aislamiento, ya que, al proyectarse como una persona extremadamente positiva, hace que los demás los vean como inaccesible, pues no permite expresar otro tipo de emociones en su presencia, y por eso algunos se alejan, pues no es una persona que genere confianza para dialogar, debido a que le va a molestar quienes no piensen y actúen igual.
Por otro lado, desde el ámbito psicológico el indolente es una persona que no se conmueve ante el dolor de otras personas, pudiéndose decir entonces, que la indolencia es el opuesto de la empatía.
Y es que, precisamente una de las características para poder identificar a las personas positivamente tóxicas, es su falta de empatía con el sentir de los demás, es decir, les incomoda que las personas a su alrededor se expresen, se quejen o hagan comentarios negativos, y es contradictorio, porque apoyan la libertad de expresión, pero sólo si es para beneficio propio, quien piense diferente a ellos, es el malo.
– Simulan que todo está o estará bien.
– Se llegan a sentir culpables de tener pensamientos negativos.
– Minimizan los sentimientos de otras personas con frases como “todo va a estar bien”, “hay que ser positivos”.
– Critican, juzgan, humillan a otros por expresar sentimientos diferentes a los positivos.
– Creen que ellos mismo u otras personas no tienen derecho a sentir negatividad
Algunas personas indolentes no se detienen a pensar que lo que para ellos ciertas situaciones no sean para tanto o no signifiquen nada, para otros puede doler, y eso no significa que esa persona sea tóxica, o que esté haciendo mucho drama.
Antonio Rodellar, nos dice que todas las emociones son de gran utilidad para nuestro cuerpo, pues nos generan un estado de alerta sobre el entorno, y como responder ante diversas situaciones, por eso no podemos ignorar ninguna de ellas, porque todas son muy importantes y tienen una función en nuestro organismo.
Lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo y nos hace mucho daño, nos pueden generar incluso enfermedades.
Hay personas que tildan a otras de tóxicas por expresar negatividad, lo que significa que ellas también están siendo tóxicas al llevar su positivismo a los extremos, y siendo indolente frente a los sentimientos de los demás.
Rodellar también nos dice que es de personas inmaduras, ingenuas o infantiles enfocarse sólo en las emociones positivas, y esto hace que se vuelven más vulnerables ante situaciones difíciles que se le puedan llegar a presentar.
Para la experta en neuropsicología, Teresa Gutiérrez, el positivismo tóxico afecta la paz y la salud mental, llegando a consecuencias más graves que una depresión, que si no es bien tratada puede llegar a empeorar.
Ya para terminar, quiero dejarles el consejo que nos da la profesora de Psicología, Stephanie Preston: Si alguien te comparte sentimientos negativos, en lugar de juzgar, pasar por indolente y alejarte, debes tomar un segundo para escuchar y entender su malestar. Hay estudios que demuestran que esa empatía ayuda a mejorar nuestra propia salud mental.
*Profesional en Administración de Empresas (UNAB), Magíster en Administración de Empresas con énfasis en Gestión Estratégica de Mercadeo (UNAB). Docente Universitaria.
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