Por: Juan Camilo Revelo/ “El impulso es una forma de la actividad cerebral que obliga a realizar un gesto antes que el espíritu se decida a ello por la reflexión o el raciocinio”: Yoritomo Tashi.
Existe comunicación verbal y no verbal. La verbal son las palabras mientras que la no verbal comprende la voz y el cuerpo. Esta refleja la capacidad de interacción que tiene toda persona en esa conversación ininterrumpida con su voz interior.
En el caso de un candidato político en una franca mirada al candidato como persona antes que, como producto, no se trata de preparar a alguien para que sepa disimular el conflicto que le generan los problemas sin resolver que tiene en casa ni los comentarios que le afectan en relación con sus contradictores.
El marketing político dentro de su línea académica más humana se ocupa de la persona del candidato, de su ser, de su real estar, de su entorno familiar, de su clima anímico y presente emocional.
Los hábitos de creencias personales, así como los pensamientos convertidos en palabras o muchas veces en silencios profundos, incrementan las posibilidades de afectar dos insumos que hoy más que nunca por fin se reconocen como principales dentro de toda sociedad y persona: la salud física y la salud mental, en una asombrosa correspondencia directa.
Dirijamos la mirada hacia tres elementos clave que bien pueden hacer las veces de pistas hacia una pertinente introspección:
1- La salud física. El cuerpo humano, en su calidad de señalizador del interior, nos da señales certeras respecto a aquello que en el fondo está presentando rasgos de perturbación. Así, el cuerpo somatiza y de esta forma nos cuenta aquello que quizás no hemos podido contar -en un sentido a veces bastante literal-. Y este contar, lo asociamos aquí con resolver de fondo, con expresar lo que corresponda en una situación de zozobra o inquietud. Es afrontar sin ambages aquello que resta paz y distrae del presente y sus propósitos superiores.
Para ello existe por ejemplo la “biodescodificación”, que no es más que una manera de entender la relación profunda que existe entre el ánimo de cualquier persona con sus respectivas manifestaciones sintomatológicas. Es una ventana a la vida que reconstruye la afinidad comunicativa entre nosotros y nosotros mismos. Intente usted el ejercicio de hallar estas asociaciones en personas cercanas. Siempre habrá familiares o amigos agradecidos de esa mirada extra que posibilita la atención a ciertos porqués y/o paraqués de la vida personal.
2- La segunda pista tiene que ver con la calidad de las relaciones interpersonales. Como fuente de salud o enfermedad que son, los vínculos humanos favorecen el incremento de los recursos anímicos individuales. Fíjese como cada quien atrae situaciones y personas parecidas a sí mismo. De manera que básicamente lo que no me gusta en las demás personas, es algo que en principio puedo revisar en mí mismo.
En ocasiones los momentos de ira, rabia o frustración pueden ser oportunidades para escuchar de las personas aquello que más les duele o necesitan soltar.
3- Las habilidades comunicativas. Estas hacen alusión a la capacidad de expresión asertiva que puede desarrollarse de manera intrapersonal como interpersonal. La primera habla de la capacidad de ser claro consigo mismo en relación con los pensamientos, ideas, y en suma la paz mental que cada quien puede propiciarse en la medida que maneje de alguna manera lo que piensa. Y la comunicación interpersonal que tiene que ver con la capacidad de ser asertivo, es decir de darse a entender con claridad.
Téngase en cuenta que existen más formas de no entenderse que de entenderse fluidamente, y esto incluye las expectativas que hay entre lo que pienso, lo que quiero decir, lo que creo decir, lo que finalmente digo y lo que hago entender a quienes escuchan en virtud de lo que oyen, lo que quieren oír, lo que creen entender, lo que quieren entender y lo que finalmente entienden de aquello que dijimos.
Por esto trabajar en la propia asertividad resulta clave para poder expresar lo que se necesita y a tiempo y sobre todo para aprender a escuchar y a entender lo que le quieren decir.
Como candidato, saber contestar a tiempo, pensar, analizar y ver más allá de lo obvio, determinará el camino hacia uno de los dos únicos resultados posibles en su carrera electoral: Ganar o posicionarse.
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*Abogado conciliador en Cámara de Comercio de Bucaramanga. Especialista en Marketing Político & amp; estrategias de campaña (U. Externado). Experiencia 10 años en Resolución de Conflictos. Mentor en Comunicación estratégica Verbal – No Verbal e Inteligencia Emocional Empresarial.
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