Por: Sergio Julián Santiesteban Herrera/ La pésima administración de la salud pública en Colombia, termina afectando y enfermando los usuarios del servicio de salud al no haber un criterio social en aras de brindar una atención adecuada, de calidad y oportuna.
El dinero que se cancela en el régimen contributivo se invierte más en la parte administrativa que en el pago de los servidores de la salud, desde especialistas, médicos, enfermeros y en general todo el personal de la salud, en equipos, material quirúrgico y farmacéuticos y es ahí donde debe iniciar la inversión para la prestación de un excelente servicio de salud.
El sistema de salud pública tiene a los colombianos en espera de citas con los especialistas, de exámenes, de medicamentos y cuando hay lo uno, no hay lo otro; afectando el adecuado servicio. Pues bien sabemos que si no se brinda un servicio de calidad la salud de los pacientes se pone en riesgo.
El Gobierno Nacional determina un presupuesto para la salud, el régimen contributivo hace sus aportes, es decir hay dinero para la salud, pero lo que no hay es un control en la distribución para pago de salarios, dotación de material quirúrgico y farmacéutico.
Los medicamentos genéricos no son costosos a diferencia de las marcas comerciales, la diferencia es la concentración, por ellos la gran mayoría de medicamentos comerciales de venta libre son mejores que los que entregan en las EPS si es que no se los quedan debiendo, porque ese es el otro problema que presenta las empresas que contratan para suministrar los medicamentos.
Una EPS sabe a ciencia cierta que medicamentos debe comprar y mantener en stock, me refiero a que si un medicamento para la tensión como lo es a manera de ejemplo el Lozartan, saben cuantos pacientes deben tomar lo según las ordenes médicas pies este medicamento es esencial en los pacientes que tiene problemas con la tensión Arterial.
Ahora bien, deben tener un adicional por lo menos un 10% para proveer y suministrar las atenciones de nuevos pacientes con estos síntomas que acuden por urgencias y citas generales, para poder brindar los medicamentos de manera oportuna, pero no es así como realmente tiene planificado.
Referente a los exámenes de diagnósticos, de laboratorio, exámenes con equipos de mayor complejidad, cuando se los formulan a un paciente es porque los amerita, los requiere para realizar un estudio más profundo y pertinente para saber el porqué de la causa de los síntomas de la enfermedad, pero resulta que le dicen así se simple: ya no hay cupo, no hay presupuesto y si los realizan luego ya se lleno la lista con los especialistas, no hay agenda, no hay cupo, si van presencial le dicen debe llamar a estas líneas del call center en estos horarios, para decir después de una largo tiempo en la línea de espera, no hay agenda, llame a mediados o dentro de dos meses…
La salud: negocio lucrativo
Si realmente es sistema de salud fuese de calidad, pertinente y oportuno, no habría tanto enfermo, sabemos que nos enfermamos por los malos hábitos de alimentación, la falta de ejercicio, ahora sumemos el estrés, sedentarismo debido al Covid-19, etc… Se debe sumar el pésimo servicio de salud, no se salva ni el servicio a los militares, policías y familiares porque ese es el que definitivamente está en cuidados intensivos, citemos ejemplos:
El anterior llamado Hospital Militar de Bucaramanga volvió a ser dispensario médico porque no tiene presupuesto para funcionar como hospital, pero si hay presupuesto para contratar con las clínicas, EPS privadas, es decir la falta de planeación, administración o, ¿cómo lo tipificamos?
¿Cómo debemos llamar a ese mal servicio de salud?
Para no adornar y llamar las cosas por su nombre, esa negligencia en el pésimo servicio de salud, será que también tiene que ser como sucede con las demás obras públicas, que se inventan como desviar o justificar gastos en lugar de hacer rendir el dinero con una excelente distribución e inversión, o sea, ¿estos síntomas que tiene a la salud no es más que corrupción?
Parece ser que como el ciudadano inicia la corrupción vendiendo o haciendo un intercambio del voto por un tamal, lechosa, tejas, cemento, dinero, por eso es que el politiquero monta sus secuaces en la parte administrativa y hacen el famoso carrusel de la contratación y como por arte de magia se desvían los recursos públicos, privados de la salud a los bolsillos de los que creen que para ser elegidos deben “invertir” en dádivas para luego robar o llenarse los bolsillos a costa del ciudadano.
La política para mi es el arte de servir al pueblo, quien quiera hacer dinero, emprenda un negocio y genere empleo, ganancias al invertir en un producto o servicio, pero dejemos de permitir y propiciar ese cáncer de la corrupción, es que, si no buscamos la solución desde los valores éticos y morales, no hay tributos que alcancen para brindar a todos y cada uno de los habitantes colombianos bienestar en salud, alimentación, educación, vivienda es decir en inversión social.
¿Qué solución debe tener el servicio de salud?
Sencillamente en todo debe haber una labor de la mano de los valores, sin ellos el país está así saturado de corrupción, solo con ética y moral podemos cambiar nuestro mundo y si cada uno de nosotros nos encaminamos a rescatar los valores y dar ejemplo, seguro que lo podemos lograr.
El poder legislativo debe ser renovado para que el poder ejecutivo pueda funcionar es decir el Congreso de la República debe ser oxigenado, renovado por personas que desde la vida cotidiana se hallan dado a conocer como personas con valores, más que con títulos universitarios, no digo que el nivel de educación no se requiera, porque de que sirve saber y no saber hacer o poner en práctica su conocimiento y si no se tiene valores, donde queda el ser, es decir la calidad humana de todo individúo.
Solo quien se apropia del bien y los practica siempre tendrá presente el mal para no incurrir en ello.
Hoy el país -y por qué no decir- el mundo ha cambiado, si en ese alto en el camino que de una u otra forma henos tenido que estar el año anterior debido al confinamiento y el ser no reflexiono en ese afán, corre que corre de la vida para apreciar, valorar, aprovechar la vida.
Créanme que perdió y perdimos la oportunidad, como se dice a nivel de formación académica, “perdió el año” y precisamente la vida no es como los juegos virtuales, para recordar un poco a mis contemporáneos juegos de maquinistas, Atari, Nintendo, PlayStation y X Box; donde el jugador tiene varias vidas, pero si podemos rescatar que en el juego, el hacer las cosas bien, las labores, generan puntos, energías, para seguir adelante pasando niveles es decir que a veces la vida nos brinda nuevas oportunidades como si fuesen más vidas, a quienes estuvimos en la UCI por el Covid, en casa con cuidados alimenticios, remedios caseros, medicamentos; quienes hemos sufrido accidentes… esas también podemos llamar las vidas que gracias a la infinita misericordia de Dios nos permite seguir en la vida. En el juego y entonces porque no vivir con gratitud, con alegría, en fraternidad, esperanza y así obtener la prosperidad individual o colectiva.
Si soy feliz, vivo alegre; eso es lo que genero y contagiaré a mi familia, amigos y sociedad en general.
¡Mi felicidad no depende de los demás, pero si contagia a todos!
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*Mecánico de mantenimiento de plantas industriales y docente industrial.
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