Por: Luis Carlos Heredia Ordóñez/ Toda una reflexión me causa el desconocimiento de este tema tan importante a nivel social, que para nadie es un misterio que la salud mental masculina en Colombia y su deterioro durante el tiempo de la pandemia, es una realidad que ha proporcionado un sinnúmero de psicopatías en Bucaramanga.
Causas como el desempleo, la crisis por el Covid-19, el estado de emergencia sanitaria, la influencia y la generación de miedo en las redes sociales y los medios masivos de comunicación, los contextos y roles de género; además de la crisis económica surgida desde la pandemia, han sido los principales detonantes para la crisis de salud mental en todo el mundo.
El deterioro de la salud mental masculina se ha considerado un tema menor en algunos aspectos de atención y de manejo especialmente por el estigma social y la burla que suscita algunas psicopáticas asociadas con la salud mental hacia los hombres.
Además del estigma y el silencio en esta temática, que ha sido propiciado por los imaginarios sociales, hace fundamental el desarrollo desde la academia y el estado de soluciones en temas de salud mental.
El desarrollo de programas de salud mental en Bucaramanga para los hombres, no se han dado de la mejor manera o no se han ejecutado, por ende, es importante proporcionar un análisis de estos programas o de tener alguna veeduría que permita evaluar e identificar estos espacios y sus resultados.
Al no existir campañas enfocadas en la salud mental masculina de manera masiva, causa una necesidad en enseñar y culturizar a las personas sobre estos temas, además de enseñar a los hombres el correcto cuidado de su salud mental.
El sesgo social que se ha configurado al minimizar la salud mental masculina, ha sido muy evidente en la pandemia por el Covid-19, en Santander y en Bucaramanga, en donde no se conocen las rutas de atención y en muchos casos las personas al no tener conocimiento generan lamentables sucesos, que incluso estigmatizan algunos lugares como pasa en el Puente de la Novena o el Viaducto Provincial.
Varios estudios sobre salud mental que se han hecho en Latinoamérica concluyen en que padecer de una afectación de salud mental, un trastorno o un problema genera procesos de ostracismo y de aislamiento social.
En algunos casos se han llegado a extremos contra estas personas o su condición, siendo casos de injurias y calumnias una lamentable consecuencia, que ocurren en una sociedad que no dimensiona y sopesa la influencia de estos delitos y sus efectos en las personas.
A la final, el desconocimiento de estos temas genera discursos de odio, en una sociedad como la santandereana, que ha instrumentalizado la violencia y el odio a lo que se desconoce e ignora, especialmente los casos de salud mental.
Por ello, el desarrollo de una cultura ciudadana que permita la racionalidad, el argumento y el hecho de indagar de una manera neutra lo que pasa con el otro, como un ser humano desde la empatía, es una habilidad social clave para el desarrollo de nuestra sociedad.
Esto se proyecta también en espacios, que contribuyan al desarrollo y autoconocimiento de la salud mental en las personas, desde varios ámbitos, con ello logrando mejorar no solo lo emocional, mental, pero también siendo propositivo en temas como el medio ambiente humano.
No solo la psicología puede ayudar a mitigar este problema que afecta según el ministerio de salud al 81% de los hombres en temas de suicidio.
Además, amigo lector; la ejecución de programas enfocados en la salud mental masculina y el desarrollo de programas ocupacionales en las empresas, negocios y también desde el estado es clave para mitigar los efectos negativos de una enfermedad o condición de trastorno mental.
Aspectos como el medio ambiente laboral, la recreación, el deporte y la salud mental están muy relacionados, además esto requiere de un abordaje integral en el género masculino.
Y esta es mi reflexión sobre este tema, del cual muchas veces no se habla.
…
*Tecnólogo ambiental, ingeniero ambiental.
Facebook: Luis Carlos Heredia
Twitter: @LUISKHeredia
