Por: Sergio Julián Santiesteban Herrera/ Es una expresión que nos lleva a reflexionar y es una toma de decisiones ante una adversidad.
Pues esta expresión es una advertencia a la situación que se presenta en los comicios electorales a la Presidencia de la República de Colombia.
O defendemos nuestra democracia o vamos a poner en juego nuestra estabilidad votando por quienes han cometido los actos de corrupción, delitos de lesa humanidad y ahora presumen de salvadores de la patria y, como si fuera poco, quieren dar cátedra de ética y moral justificando su actuar y pensar delictivo.
En países como en Cuba, Venezuela, Chile, México y demás países donde quisieron hacer un cambio, arriesgando su bienestar, educación, vivienda, trabajo, economía, les creyeron a estos oportunistas, hoy en día deambulan por toda América en busca de oportunidades mediante el empleo para sobre vivir.
Ese cuento de que estamos cansados de lo mismo cuando cada ciudadano en su diario vivir forjó encaminando su propia vida, solo cada uno es responsable de su bienestar, salud, estudio, empleo, economía… en Colombia se nace y se hace.
Conozco familias de origen campesino que llegaron a la ciudad y trabajando pagaron sus estudios, buscaron empleo y hoy en día generan empleo; también citadinos que mediante el emprendimiento desarrollaron sus ideas y sin estudio universitario tienen su empresa, Fábrica, taller… y generan empleo.
El Colombiano no necesita que le regalen nada, solo que no lo roben, que el gobierno invierta su tribulación en inversión social, porque la salud, educación, vivienda trabajando es que se adquiere, se paga; pero si necesitamos una reforma en la justicia, para que se dejen de robar el tesoro público.
Debemos reducir el trámite y también cargos en la administración pública, simplifiquemos nuestra vida, reduciendo los puestos de corbata, porque los concejales, diputados, representantes a la Cámara y Senado tienen que dar les puestos para pagar favores políticos, cuando el número de curules debemos reducirlas significativamente. Que los entes públicos no sean distribuidos en los partidos políticos que ganaron alcaldía o gobernación, así se acaba la corrupción en la contratación para obras públicas.
Debería existir la ley del diezmo sobre la utilidad para la persona, comunidad que realice los proyectos y los presente al gobierno, sería premiar el emprendimiento y la creatividad en pro de la sociedad, brindado y generando soluciona las necesidades reales de nuestra sociedad en todos los aspectos; de esta manera no se robarán el dinero destinado para la ejecución de un proyecto que poden dádivas antes de entregar el contrato y el desembolso, mientras el contratista que si ejecuta la obra ya los recursos están recortados por las coimas, como voy hay… mientras los empleados deben realizar el trabajo y esperar el pago.
Se hace urgente la reforma basada en respeto, en principios éticos y morales de la mano de los deberes y los derechos del ciudadano, donde los Derechos humanos (DDHH) no sean manoseado por a favor de la delincuencia.
La gente de bien no porta armas de fuego porque se supone que en su defensa puede agredir, matar a delincuentes, como si los delincuentes tuvieren respeto a la vida, temor a violar la carta de navegación que Dios nos dejó, los 10 Mandamientos.
Cómo es posible que hemos desprestigiado a la fuerza pública y fuerzas militares, que ahora los delincuentes atracan, asaltan a toda hora y sin importar el lugar. La delincuencia tiene azotado el país y la ciudadanía no tiene a quien acudir porque la Policía tiene que medir su fuerza.
El Policía tiene que jugar a ‘piedra, papel y tijera’ en versión cuchillo, puño y pistola. Si el delincuente le sacó cuchillo, el Policía no puede disparar e incluso debe perder su vida a punta de ser apuñalados como ha pasado y hemos visto en noticias, si dispara el arma para defender su vida, la de un ciudadano es insultado, desprestigiado, retirado de la policía y encarcelado.
La falta de educación, formación y castigo de nuestra sociedad ha permitido el irrespeto ocasionando insultos, maltrato físico y verbal, robo, asaltos, heridas y hasta la muerte. ¿Porque hemos sido una sociedad permisiva? hemos propiciado y hemos sido alcahuetas o cómplices de vivir lo que estamos viviendo.
Reflexionemos por el bien de todos, la intolerancia el irrespeto es tan grande que por robar una bicicleta, celular, cualquier objeto atentan con la vida. Por ser hincha de un equipo, jugador etc., el odio es a muerte, porque nos llevamos de prejuicios y rencor en todos los ámbitos, políticos, deportivos, laborales, sentimentales, familiares entre vecinos, ¿por qué si la vida es una sola?
No hay más vidas no estamos inmersos en los video juegos, pero si podemos sentir emociones, alegrías, compartir, reír, disfrutar y con ello hacer de nuestra vida un vivir a plenitud de la mano de Dios y en familia.
Que Dios nos siga bendiciendo en salud. Alegría, fraternidad, esperanza y mucha prosperidad, amén.
Los invito a bendecirnos y a bendecirnos para que se acabe esta pandemia, la el odio, la envidia y el rencor es decir la maldad en general.
“Señor Jesucristo, Dios padre hijo y espíritu santo, bendice a Colombia y al mundo también”.
“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”: Jesucristo.
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*Mecánico de mantenimiento de plantas industriales y docente industrial.
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