Por: Roberto Aponte/ Para generar impactos positivos en el medio ambiente es necesario crear las condiciones adecuadas para que desde el ámbito social los seres humanos colaboren con el cuidado de la naturaleza o al menos sus acciones sean menos contaminantes y consuman menos recursos. De aquí nacería una pregunta de cómo el sector público y privado pueden colaborar con esta necesidad.
El estado cuenta con el ministerio de Medio Ambiente y otros organismos gubernamentales para el cumplimiento de la preservación de los recursos naturales, tarea que se hace más ardua en un país como Colombia debido a la exuberante biodiversidad. Además de eso desde la rama legislativa se trabajan en leyes que busquen la protección de la naturaleza. Esta labor está influenciada por los resultados de la democracia, siendo que hasta cierto punto los ciudadanos escogen las políticas ambientales o hasta qué punto estas tendrán relevancia.
Los problemas ambientales adquieren relevancia dependiendo de las comunidades afectadas, por lo que es necesario que los propios habitantes de un lugar decidan si quieren que se realice un proyecto en la zona donde viven. No obstante, gracias a varias campañas de concientización ambiental y proyectos sociales enfocados en el cuidado de la naturaleza, la gente se ha unido a la causa de la protección de los recursos ambientales, aunque claro tomando en cuenta la naturaleza política e ideológica de diferentes vertientes que permean en la sociedad. Las decisiones ambientales se toman en cuenta de acuerdo a la ideología o bando político al que uno pertenezca, muchas pretensiones van cargadas de ego y comparaciones, mientras que los expertos recurren a análisis de ciclo de vida para escoger la mejor opción, muchas veces evaluando las implicaciones del componente social.
Un tema común en las discusiones políticas es hasta qué punto debe intervenir el estado y las empresas en la economía y servicios que se prestan en la sociedad, y este tema también tienen sus implicaciones medioambientales.
Cuando un país tiene una normatividad ambiental sólida y las entidades gubernamentales actúan con transparencia, el estado genera confianza como un buen administrador ambiental. Sin embargo, no siempre los gobernantes cuentan con los conocimientos necesarios e incluso no solo basta con escribir y crear las normas. Es necesario que las decisiones tomadas en cuanto a creación de infraestructura y toda actividad que cause notables impactos ambientales sean respaldadas por los conocimientos de un experto ambiental.
Otro aspecto a tener en cuenta es que para mitigar los impactos ambientales se requieren de grandes inversiones. Además, es cierto que incumplir las normas ambientales genera comparendos y ante una sociedad con una consciencia ambiental mayor dicha empresa debe generar esta imagen ante sus compradores. Por esto se requiere crear un buen presupuesto dedicado al cuidado de la naturaleza. El estado debe contar con el dinero que vaya destinado al cuidado de los recursos ambientales y fortalecimiento de programas sostenibles, por lo mismo la corrupción se vuelve otro enemigo para el cuidado de la naturaleza.
Otra pregunta es si desde el ámbito económico el estado o las empresas cuidan el medio ambiente, ya que sí, las grandes empresas gozan de una percepción negativa que las cataloga como enemigas de la naturaleza, ya que sea generado la concepción de la empresa como un ente depredador que acaba con los recursos naturales. La imagen podría aplicar más a épocas donde no existía conciencia sobre el cuidado ambiental, pero actualmente el panorama es variable, hay empresas que siguen siendo depredadores voraces de la naturaleza, otras se preocupan por su imagen, pero recurren a prácticas como el greenwashing y otras si invierten en programas de responsabilidad social y sostenibilidad.
Al igual que el votante escoge las políticas ambientales o les da relevancia, lo mismo ocurre con los consumidores ya que estos escogen los productos que compran permitiéndole a la empresa seguir con sus medios de producción. Pero observando el panorama en el que cada vez más gente se preocupa por los impactos ambientales que ocasiona y a estrategias de comunicación ambiental que cada vez permean más en la sociedad, la imagen ambiental es un asunto que poco a poco adquiere importancia para una empresa y se convierte en un factor que la hace más competitiva.
El turismo es una actividad que dependiendo de cómo sea regulada o de las políticas sostenibles de las agencias y hoteles, puede generar impactos positivos o negativos, para muchas personas un ambiente de relajación en un entorno natural puede ser atractivo, pero también para crear dicho ambiente se requiere de una gran inversión y estudios pertinentes, ya que un hotel en la naturaleza y más si goza de enormes extensiones, termina creando su propio ambiente pero en muchos casos pueden crear una experiencia favorable para animales y turistas.
Las acciones públicas o privadas para generar impactos positivos medioambientales están influenciadas por un óptimo y bien intencionado manejo de ambos sectores. Lo que influye es el punto de vista administrativo y por eso más que pensar en esas buenas intenciones, lo más sensato es pensar en los beneficios para aquel administrador. Un gobernante o funcionario de una corporación ambiental pensaría en favorecer a la comunidad, pero también en obtener beneficios para sí mismo, las empresas buscan producir, pero los mismos consumidores son los que deciden a cuál empresa comprarle.
Este tema presenta muchas perspectivas debido a la cantidad de individuos y empresas que existen en el país y como están se ajustan a las normas o las necesidades del mercado, pero el medio ambiente siempre será un bien común que debe ser administrado apropiadamente y por eso muchas veces queda en nuestra consciencia generar impactos positivos medioambientales.
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*Ingeniero Ambiental y escritor
Twitter: @robustories
