En el 2010, el Banco Mundial en Colombia otorgó a la Constructora Norberto Odebrecht S.A. US$487 millones para un proyecto que pretendía convertir al río Bogotá en un activo ambiental para la región a través de la creación de áreas multifuncionales a lo largo del caudal, el mejoramiento de la calidad de agua y la reducción de riesgos de inundación.
La sanción del Banco Mundial prohíbe a la Consultora y la firma global de construcción e ingeniería más grande Latinoamérica, con sede en Brasil, ser elegida para trabajar en cualquier proyecto financiado por el ente financiero mundial. También la constructora debe reconocer la responsabilidad de los hechos sancionados, pues hace parte del acuerdo de liquidación.
Odebrecht no reveló las cifras pagadas a los agentes comerciales durante la licitación, además trató de influir de forma fraudulenta en el paquete de licitación del proyecto y participó en prácticas colusorias prohibidas por el contrato firmado con el Banco Mundial.
El tiempo de la sanción podría ser más corto si Odebrecht se compromete a cooperar en prácticas voluntarias que pretendan corregir las consecuencias perjudiciales en el proyecto a raíz del fraude. Dentro de las acciones que puede tomar la constructora está la divulgación honesta de información y la producción de documentación clasificada; además de comprometerse a cooperar con la Vicepresidencia de Integridad del Grupo del Banco Mundial.