Que el exconcejal de Bogotá sea hoy aspirante a la Alcaldía de Bucaramanga, con el apoyo de Cárdenas, es el resultado de hacer ‘pactos’ con el diablo. Su madre, Rosita, fue promotora del irrespeto de su hijo a los ideales de su desaparecido esposo.
Horacio José Serpa Moncada fue concejal de Bogotá y senador de la República por el partido Liberal, la misma colectividad a la que repudió en el 2022 pero de la que reclama su aval para la próxima contienda electoral. Él es uno de los cuatro aspirantes a la Alcaldía de Bucaramanga que Juan Carlos Cárdenas apoya tras bambalinas.
El joven dirigente, quien ha vivido casi toda su vida en Bogotá y que recorre a Santander solo en época de elecciones; es el ejemplo vivo de la premisa aquella de “el fin justifica los medios”, así sea pactando con el mismo satanás.
Serpa Moncada es experto en hacer alianzas para su conveniencia. Su decisión de no seguir las directrices del Partido Liberal en tiempos de la contienda legislativa, tenía como fin, jugar en el bando que ofreciera mejores dividendos. Por eso se unió al Centro Esperanza.
Tras la derrota de Fajardo en las presidenciales, Horacio José volvió a pensar en él y solo en él. Entonces decidió echar por la borda la ideología y el legado de su padre Horacio Serpa y pactar con el diablo.
Irrespeto al legado
Durante el tiempo que Rodolfo Hernández estuvo como Alcalde de Bucaramanga, como estrategia para tapar sus desaciertos como el de Vitalogic, usó a Horacio Serpa Uribe como saco de arena. Cada vez que aparecían escándalos de corrupción, el nombre del desaparecido dirigente Liberal salía a bailar en los “Hable con el Ingeniero”.
Las razones del entonces alcalde Hernández de exponer a Serpa como el ‘jefe de la politiquería’, eran la respuesta a la negativa del exjefe Liberal de no permitir que su partido avalara la candidatura el cuestionado empresario.
Serpa Uribe -según lo expresado a Corrillos por varios dirigentes liberales de la época- estaba convencido que apoyar para la Alcaldía de Bucaramanga a Rodolfo, sería una mala decisión.
“Serpa nunca vio con buenos ojos la aspiración de Rodolfo Hernández, lo conocía bien y sabía que no tenía lo que se requería para gobernar una ciudad como Bucaramanga. Y Rodolfo se enteró y se disgustó. Por eso, cada vez que pudo, le dio palo a Serpa”, dijo una fuente, que en su tiempo era senador del Partido Liberal.
Por ello, que el propio hijo de Serpa Uribe saliera en segunda vuelta a respaldar públicamente la candidatura presidencial de Rodolfo -con la anuencia de su madre, Rosita- no solo fue un irrespeto al legado político del gran dirigente liberal, sino un acto de guerra con los liberales leales a su padre.
La respuesta de la base liberal no se hizo esperar: en la encuesta contratada por la colectividad roja para escoger el candidato para la Alcaldía de Bucaramanga, Horacio José (43,4%) pierde frente a Miguel Ángel Sánchez (46,4%).
“Así paga el diablo…”
Conocidos los resultados de la primera vuelta presidencial, en otro acto de oportunismo político, Horacio José volvió a hacer las maromas que todo buen cirquero realiza. Se reunió con Rodolfo Hernández y le propuso apoyarlo a cambio que este, de llegar a la Presidencia, le devolviera el favor y lo respaldara para la Gobernación de Santander.
En la actividad política y en democracia siempre hay que tomar posiciones.
De esta manera anunció mi voto para la segunda vuelta presidencial: pic.twitter.com/QkpNMyNqu7
— Horacio José Serpa (@HoracioJSerpa) June 2, 2022
El ya tradicional acto de clientelismo político del “tu me ayudas, yo te ayudo”, por encima de la dignidad y los grandes ideales sociales de su padre, llevó a Horacio José a ‘venderle’ su alma al diablo.
Pero ‘el tiro salió por la culata’ y otra vez el joven dirigente se quedó sin el pan y sin el queso. Por un lado, Rodolfo se quema para la Presidencia y por el otro, tampoco le cumplió el pacto político, porque aún, enfermo y desdibujado políticamente, Hernández sigue empecinado en ser candidato a la Gobernación.
Entonces Horacio José debe crear un ‘plan b’, la candidatura a la Alcaldía de Bucaramanga y en un acto de retaliación a su antiguo aliado Rodolfo, se alía con su más ferviente enemigo, Juan Carlos Cárdenas, en otra maniobra desesperada del “todo vale”.
Una candidatura improbable
Aún no es definitivo que el joven Serpa sea candidato. Por un lado, los liberales no lo quieren de candidato (según la encuesta) y tampoco es claro que ese partido le entregue el aval.
Aunado a esto, la norma (artículo 86 de la Ley 136 de 1994) tampoco le favorece: Para ser alcalde municipal se debe “ser ciudadano colombiano en ejercicio, haber nacido o ser residente en el respectivo municipio o de la correspondiente área metropolitana durante un (1) año anterior a la fecha de la inscripción de la candidatura o durante un período mínimo de tres (3) años consecutivos en cualquier época”.
Y como todos saben, Horacio José, ni nació en Bucaramanga ni en el último año ha residido en la ciudad, por lo que su aspiración podría violar la ley.
Por ahora, las posibilidades de Horacio José no están claras, ni fáciles, pero si existen diablos en la política, el joven delfín siempre tendrá oportunidades.