Desde que el crecimiento poblacional que viene en ascenso en la Ciudad de Bucaramanga y su área metropolitana, los gobiernos de turno que llegan cada cuatro años, les ha quedado grande el problema de la movilidad. Según los analistas, el común de muchos ciudadanos que tienen de conocimiento, es por caprichos o intereses que se plasman en los planes de desarrollo.
El mayor problema y preocupación cuando se entra a administrar una ciudad, debería tenerse en cuenta la movilidad. Nadie es ajeno al tema por las obras de infraestructura y la renovación urbana, a la par que cada año el parque automotor crece, sin tener una mediana solución, sino cuando la crisis se hace aguda. Traigo a colación el tema, por cuanto, Bucaramanga está situada en una meseta y su expansión ya terminó. Ahora la construcción habitacional es hacia el cielo, verticalmente, para bajar al purgatorio de las vías y poder desplazarse a sus labores de trabajo y comerciales.
En todo este convivir ciudadano, lo que más complica la situación, es no tener vías. Vivir en la congestión. En términos generales desde el alcalde hasta el ciudadano más analfabeta, “su cultura ciudadana”. Un principio que desconocemos y que lo volvemos el caos con impasibilidad de convivir.
Bucaramanga, después de ser la “Ciudad más amable y cordial de Colombia” se convirtió en la más inculta, no existe respeto de parte y parte de gobernante y gobernados. Todos hacen como se dice en el argot popular, lo que se les viene en gana. Prueba de ello, es la suciedad de las calles, los servicios públicos que se presta por parte del transporte donde pasajeros y conductores no guardan las normas mínimas y la compostura. Las autoridades solo se limitan a decir que se tiene que tener tolerancia. Pregunto: ¿Un ciudadano de los pocos educados, tiene que aguantar y tener tolerancia con los groseros y patanes que viven en la ciudad? ¡Creo que no! Jamás se debe arriesgar la integridad humana solo porque se tiene que ser tolerante, cuando los cuerpos de seguridad o de control: Policía y tránsito no actúan.
Siguiendo con el tema de la movilidad, que es el que más nos afecta, tiene que ver con el tema de la cultura. Para que este principio de convivencia permee en el ciudadano, lo que se tiene que hacer, es con garrote y zanahoria, porque muchos se vuelven sinvergüenzas. El principio que debe imperar es la educación: Primaria y bachillerato, cosa que no se da en ninguna institución. Ojalá que con el Acuerdo Municipal sancionado y cuya autoría fue el Concejal Nelson Mantilla Blanco del Movimiento Mais, “Por el cual se implementan estrategias de convivencia y cultura ciudadana en la educación para vivir en paz en los establecimientos educativos de la ciudad de Bucaramanga acorde a la normatividad del Ministerio de Educación Nacional, sea una semilla que se pueda sembrar en la ciudad para que fructifique y se reproduzca en la mente de las futuras generaciones de bumangueses, para que no sufran el diario vivir como vive la Ciudad y su Área Metropolitana y no sea otra norma de letra muerta como existen leyes y Acuerdos archivados en los anaqueles por la falta de voluntad política en las administraciones.
Hago este recordaréis, ante un tema que jamás se le ha puesto cuidado con relación a la movilidad que sigue siendo un paradigma, que no tiene cabeza en ninguna administración, siendo al contrario la improvisación para ejecutar presupuestos jugosos que no traen ningún beneficio para la ciudad y sus ciudadanos.
No me explico cómo una serie de estudios realizados por las universidades, quedan impresos alejados de la realidad que vivimos. Algunas veces los retoman, pero acomodados a la conveniencia del grupo que gobierna. Ejemplo. “Plan maestro de movilidad Bucaramanga 2010 – 2030, que merece ser leído por la comunidad, gremios y políticos que les interese la ciudad, para evitar el esperpento de las bici rutas en la ciudad.
Twitter: @LuisEduardoJB1