Por: Laura María Jaimes Muñoz/ Este año dicen los expertos políticos que es trascendental, donde algunos candidatos harán su mayor esfuerzo para lograr cumplir sus metas o mejor aún, para lograr lo tan anhelado. Ejemplo claro tenemos al senador santandereano que para nadie es un secreto que muchos electores nuevamente confiaron en su política de dignidad y más… Pero sin importar la esperanza puesta en él cómo senador ¡Renuncio¡ Lamentable para Santander, pues la realidad es que la curul no se recupera y la representación que ejercía en el gobierno nacional tampoco.
¿Qué no se puede hacer nada senado?… Hummm, como senador se pueden hacer proyectos de ley que favorecen a muchas personas humildes, control político, reformas constitucionales y más… Lo único que si no se maneja directamente son los presupuestos.
Por lo tanto es importante hablar un poco de los líderes, los buenos siempre basan sus actos en parámetros establecidos desde la base de los principios y valores donde prima el bienestar común, lamentablemente es difícil encontrarlos, aunque sigue la esperanza puesta en ello, ahora bien, los malos lideres al igual que los buenos logran persuadir a su gente para que los siga, eso sí, tienen muy claro su objetivo a cumplir, con la diferencia que de principios y valores no conocen mucho, pues si tienen que pasar por encima de los demás para lograr sus metas lo harán sin temblar su decisión, donde prima el bienestar personal, digamos que es un punto de vista estructural, su verdadero “yo”.
El peligro de todo esto es que estas formas de “engaño” pueden llegar a formar en los “creyentes” una desesperanza aprendida, ya que la tendencia del ser humano es adaptarse al medio pero con la sobre exposición a las situaciones críticas de la desigualdad en nuestro país se puede llegar a la insensibilidad ante la exposición constante del maltratos, de promesas no cumplidas, de seguir resistiendo a una realidad sentida, que en muchas ocasiones las personas prefieren no pensar mucho y “sin mente” seguir confiando, pero la verdad es que da miedo, pues según el dicho popular, lo único que “no se puede perder en la vida es la esperanza”.
La desesperanza aprendida es un concepto que estamos afrontando en nuestra cotidianidad que de alguna manera debemos resistir, pero al utilizar las estrategias bien sean buenas o malas para influenciar, para mostrar, para mantener un discurso, para persuadir y convencer al pueblo, donde ahora se habla que el político hace un “sacrificio” el cual llevará a un futuro mejor, no es nada esperanzador, pues esto implicaría más promesas y otro año esperando que las cumplan.
Si observamos la lucha, la perseverancia y la ilusión de lograr tener una oportunidad de cambiar la historia, realmente esta oportunidad debe aprovecharse ya que está en juego no solo material sino lo más importante en la existencia del ser humano: Las personas, que por pequeños que sean lo logros o grandes en este caso cuando se habla de obtener una curul en el senado, se podría decir que “las oportunidades no se pierden las aprovechan otros” y continua el discurso que permita convencer nuevamente al elector, ahora con “sacrificio”.
Todos tenemos claro que cuando hay crisis debemos resistir, el problema es adaptarnos al medio y resistir sin lograr la verdadera resiliencia que se necesita para salir adelante, por lo tanto esto no quiere decir que dejemos de sentir, las emociones son parte interna de nuestro ser, están ahí y siempre estarán ahí.
Si recordamos nuestra niñez jugando maras o jugando a la lleva, felices sin que nada nos preocupara, sin pensar en la maldad que existe, realmente éramos intocables porque no estábamos contaminados y nuestras preocupaciones más grandes eran ganar el juego que se dejó pendiente con los amigos, es ahí, donde lo material no importa, pero cuando se tienen responsabilidades, hogar, hijos y demás compromisos, la crisis es desesperante ya que siempre queremos el bienestar de nuestros seres queridos y se empeñan sueños y esperanzas en personas o proyectos que no realmente no cumplen con las expectativas.
La realidad es que en un momento o una situación crítica el ser humano tiene claro que “debe protegerse para no sufrir” esto se le llama mecanismos de defensa y por esto actuamos de alguna manera u otra para no sentir tristeza o emociones que puedan afectar nuestra salud mental, por eso es mejor adaptarnos al contexto que ir en contra.
Sería interesante pensar un poco en decir “no” es decir, analicemos cada estrategia, los pasos que dan, las ordenes que reciben, el tiempo y el recurso invertido, si realmente quieren cambiar la historia y darle una esperanza al pueblo, o simplemente están ahí para sobrevivir a su propia crisis
Feliz año, felices los que ya están haciendo acuerdos para empezar con el reto de ganar las elecciones, cada quien con su estilo, esta vez tenemos la oportunidad de aprender de las experiencias que permitan elegir a las mejores personas para que realmente gobiernen y administren nuestros recursos públicos de manera eficaz y con sentido de pertenencia por su pueblo, ya podemos estar atentos a nombres y personajes que tienen a la política como profesión y ejercen su mejor discurso sin mostrar con hechos sus palabras.
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