La primera vez que la ‘uribista’ Ángela Patricia Hernández Álvarez participó en una contienda electoral, lo hizo en 2011 para el Concejo de Floridablanca por el Partido de la U. En esa ocasión tan solo pudo sumar 715 votos, pero que le sirvieron para asumir una curul por pocos días, tras la suspensión de la que fueron objeto los corporados en ejercicio.
Luego, aprovechando la amistad con el entonces aspirante a la gobernación por esa misma colectividad, Holger Díaz Hernández, decide integrar la lista a la Asamblea. En esas elecciones de 2015, logra la elección directa con 15.286 votos, gracias a la ‘maquinaria’ que le puso en entonces gobernador Richard Aguilar, el entonces líder de la U a la sombra.
En 2016, como diputada, Ángela se fue en contra del Plebiscito por la Paz, promovido por el Presidente (y jefe del Partido de la U) Juan Manuel Santos. Por el No votaron 6.430.968 ciudadanos y por el Si, 6.374.728. De hecho, se consideró que fue en Santander donde perdió el Si, los 56.240 votos de diferencia se registraron en este departamento donde 389.598 santandereanos dijeron No y 310.555 votaron Si, la diferencia fue de 79.043 sufragios.
Luego, en un nuevo enfrentamiento con su colectividad, lanzó en 2018 la candidatura al Senado por el Partido Conservador de Jefferson Vega Buitrago, su esposo; quien se quemó con tan solo 22.624 votos, pese a que meses antes promovió la autodenominada marcha por la defensa de la familia pero considerada por algunos sectores como una movilización homofóbica.
También, contrariando una vez más a la U, encabezó el fallido proyecto político a la presidencia de la República del destituido Procurador Alejandro Ordóñez, en la ‘consulta de la derecha’, aspiración que terminó en gran fracaso, por los 340 mil votos alcanzados a nivel nacional, 110 mil menos que Carlos Caicedo, el derrotado de la ‘consulta de la izquierda’.
Y el remate de traiciones y contradicciones ideológicas con el partido que tiene a la cristiana Hernández como diputada, se llevó a cabo en las presidenciales del año pasado, donde abiertamente respaldó la fórmula presidencial Duque-Marta Lucía, precisamente considerada la oposición a Santos, el Mandatario elegido por la U.
Ahora, pese a las pataletas que hizo en los últimos meses como aspirante a la alcaldía de Floridablanca, incluso poniendo contra la espada y la pared a las directivas de su partido por el aval, Ángela decide aceptar –sin reparos- la candidatura a la gobernación de Santander, un proyecto que nace por la desesperación de ella para poder jugar en la próxima contienda electoral, sin posibilidades de triunfo; pero que tan solo es movimiento ‘sabio’ de sus jefes políticos para sacarla del escenario florideño, donde si tenía opciones de ganar.
Golpes de suerte
Aunque muchos dicen que en política todo se vale, Ángela Hernández ha logrado conjugar los golpes de opinión, los golpes de suerte y el “uso” de Dios en su favor. Ella, quienes la conocen, saben de su recortada visión política, de su inmadurez como persona y de su desconocimiento de la realidad actual.
Sin embargo, es poseedora de un gran carisma al que le ha sacado provecho en redes, donde ha generado todo tipo de debates, los mismos que han provocado odio y polarización entre los santandereanos. Algo que a la postre, podría pasarle factura.
Desde que calentó por unos días la silla del Cabildo de Floridablanca, debido a la situación jurídica de los concejales elegidos de forma directa, hasta ‘pegársele’ a Holger Díaz para alcanzar la elección como diputada, Ángela ha logrado hacerse visible en la política por razones muy distintas a sus capacidades.
Incluso, los analistas creen que otro gran golpe de suerte es hoy su aspiración a la Gobernación de Santander, que la propone como la principal competidora de Leonidas Gómez Gómez, quien está arriba en la intención de voto. Pero su ungimiento solo es producto de la famosa ‘ley de descartes’, una movida magistral de la U para sacarla del juego en Floridablanca, un “negocio” que favorece a las partes.
Con la diputada Hernández, aunque se propone una competencia menos sutil por la gobernación, en una confrontación de la derecha contra la izquierda (porque podría tener también el aval del Centro Democrático), no deja de ser el producto de un movimiento en el ajedrez, de sacrificar a un peón para defender al rey. Pero ella siga apostándole a la suerte.
La jugada maestra
Desde aquel 14 de febrero, cuando Álvaro Uribe Vélez vino a Santander a escuchar a los precandidatos para cargos de elección popular, también empezó el ´lavado de cabeza’ a Ángela Hernández sobre el tema de la gobernación.
En ese constante enfrentamiento con su partido, la diputada de la U –en ese evento- pidió el respaldo del Centro Democrático para su aspiración a la alcaldía de Floridablanca, que para muchos fue un error de inmadurez política. Sin embargo, Uribe, en su sagacidad, logró quitársela de encima y le propuso aspirar a la gobernación.
Y es que detrás del aval ‘uribista’ en la Ciudad Dulce ya se le había adelantado el candidato del alcalde Héctor Mantilla. Fuentes dijeron a Corrillos que la tarea de lograr ese aval para Miguel Ángel Moreno la venía haciendo la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, algo que aún está por corroborar.
Analistas dijeron en ese momento que la jugada de Uribe fue maestra, porque mantiene la amistad con Ángela, la desvía de su proyecto en Floridablanca y le deja la responsabilidad únicamente a la U de sacarla o dejarla dentro del juego. De seguro, una situación incómoda para Aurelio Iragorri y Roy Barreras, los directivos visibles de esa colectividad.
Las constantes presiones de Hernández a sus directivas por las redes por el aval para Floridablanca, donde se autodeclaró víctima de persecución de su partido, llevó a la U a repensar sobre el futuro electoral de la diputada.
Entonces, al mejor estilo ‘uribista’, durante la convención de la U en Neomundo realizada la semana pasada, Iragorri desempolvó la idea de candidatizarla a la gobernación, una propuesta que ayudó a bajarle los ánimos que fueron caldeados por ella ante la exigencia del aval para Floridablanca.
Ayer, al concretarse en Bogotá la entrega del aval de la U para la descabellada aspiración a la gobernación, las directivas lograron matar tres pájaros de un solo tiro: Sacarla de tajo de su aspiración en Floridablanca, donde el aval –igual que el del Centro Democrático- ya está negociado; silenciar su letal lengua y lograr una alianza con el ‘uribismo’ tanto para la gobernación como para la alcaldía de la Ciudad Dulce, que incluye además el Partido Conservador.
¿A quién perjudica?
Tras conocerse la entrega del aval de la U a Ángela Hernández para la gobernación, las tendencias tienden a variar, según el influyente encuestador Yamil Cure Ruiz. “Con el aval, Ángela Hernández es una de las seis sombras que le haría competencia a Leónidas y generaría automáticamente una polarización entre la derecha y la izquierda fuerte”, dijo a Corrillos.
Indicó que, además de la U, a la señora Hernández también la coavalaría el Centro Democrático, especialmente porque fue el propio Uribe, al principio, quien se inventó la descabellada idea. Además, el propio expresidente fue clave para que Iragorri le entregara el aval a Hernández, de hecho Uribe lo llamó horas antes de la decisión.
“Con Ángela, Germán Vargas Lleras también podría ponerle fin al problema que tiene para la entrega del aval. En vez de avalar a Mauricio Aguilar o a Elkin Bueno, podría irse con la diputada de la U y así tomar una decisión neutral”, dijo Cure Ruiz.
Sin embargo, una fuente de Cambio Radical en Bogotá, reveló a Corrillos que el aval para la gobernación ya está definido y “en los próximos días se presentará el candidato propio con el que espera además se teja una alianza con el Partido Liberal y otros movimientos políticos”.
El hecho que Ángela obtenga el aval de la U y el posible apoyo ‘uribista’ no significa que tenga todo a su favor, de hecho, podría tener un efecto boomerang. Ella tendrá el apoyo de un partido descuadernado, muy diferente al que avaló a Holger Díaz hace cuatro años, que obtuvo 212.118 votos, con gobernador a bordo, pero que a la postre se ‘quemó’.
También tendrá un aliado como el Centro Democrático, que durante la escogencia de su actual candidato Jorge Cote Cadena, terminó dividido y si se le suma una nueva candidata, del ‘uribismo’ solo quedaría el cascarón y por ende, poco que aportarle a la ingenua candidata.
En la práctica, el proyecto de Ángela Hernández es el producto de un “negocio” para salvaguardar lo ya pactado por debajo de la mesa en Floridablanca, que aunque cambia el escenario ideológico de la campaña a la gobernación, poco cambia la tendencia de la intención de voto.