Por: Camilo Andrés Maldonado Bautista/ La protesta estudiantil y los movimientos formados por estructuras juveniles tienen sus orígenes en los años 60 y desde estas épocas han sido factores determinantes de decisiones económicas y políticas en el mundo.
Estudiantes de la universidad de Nanterre, ubicada en la capital francesa Paris, en el año de 1968, se tomaron uno de los edificios del alma mater, como medio de protesta en contra de la guerra de Vietnam y pidiendo cambiar las normas en la que existía la prohibición de compartir dormitorios para hombres y mujeres. Después de decretado el cierre de la universidad por el Gobierno francés, en vez de minimizarlos, lograron fue fortalecer los ánimos de estos jóvenes, tomándose las instalaciones de la pomposa y exclusiva universidad de la Sorbona, empezando duros enfrentamientos con la fuerza pública, naciendo una nueva revolución en contra del capitalismo, la gran desigualdad económica y sobre todo, por no ser atendidos, pues se sintieron relegados y ello dio pie a una mayor unión y movilización, soportando con gran valor el exceso de fuerza y lograron que el estado los escuchara y negociara sus peticiones: un primer logro.
Esto dio la fuerza para que se unieran al movimiento estudiantil, los trabajadores de las factorías, quienes también tenían el inconformismo frente a las precarias condiciones laborales, la suciedad de los lugares de trabajo, la fatiga debido al ruido extremo, las altas o bajas temperaturas y el maltrato laboral ¡Fueron capaces de reunir todo un país y lograr el triunfo de causas sociales!
No obstante, algunos opinadores creen descalificar y deslegitimar justas luchas sociales y conceptúan que las marchas, huelgas y manifestaciones son sinónimo de mediocridad, vandalismo y falta de conceptualización ideológica; pero están muy equivocados, por esto es bueno recordarles las grandes victorias y logros que se han obtenido, en medio de duras luchas lideradas por verdaderos defensores de la libertad y demás derechos de los ciudadanos.
Colombia no ha sido ajena a estas manifestaciones juveniles y estudiantiles. En 1964 bajo el liderazgo de 28 estudiantes de nuestra Universidad Industrial de Santander UIS, quienes marcharon hacia la ciudad de Bogotá llevando la vocería del inconformismo, por la forma como las directivas tomaban determinaciones sin tener en cuenta al estudiantado, se convirtió con el paso de este grupo por los departamentos de Santander Boyacá y Cundinamarca en una gigantesca manifestación, pues se fueron sumando caminantes, creciendo de tal manera que fueron recibidos en la Plaza de Bolívar por más de 500 mil personas, bautizándolos con el nombre de los comuneros del siglo XX , causa que se le llamó la marcha del triunfo, y gracias a ellos se logró obtener mayor intervención en los consejos estudiantiles participando en las nuevas reformas que para la época se le hicieron a los estatutos de la UIS, contratación de profesores con mayores niveles de calidad académica y científica, libertad de cátedras y de expresión, infraestructura, entre tantos logros, los cuales fueron replicados en las universidades públicas de todo el país.
Así mismo, nuestra nueva Constitución Política, se logra después que un grupo de estudiantes de universidades públicas y privadas propusieran en las elecciones de 1990, la inclusión de la famosa séptima papeleta, la cual llevaba la propuesta voto por Colombia si a una Asamblea Constituyente, que después de una lucha jurídica, se logró que el SÍ triunfara y se produjera la revocatoria del congreso y la elección de la Asamblea Nacional Constituyente la cual estructuró y aprobó la nueva carta magna de los colombianos.
Tengo un gran afecto, admiración y respeto por la educación pública, estudié mi primaria en la Anexa a la Normal y parte de mi bachillerato en el Colegio Nacional Custodio García Rovira, instituciones públicas de Málaga (Santander), las cuales contaban con un cuerpo de profesores de excelentes calidades humanas y académicas, cimentando bases académicas de calidad, con las cuales muchos de mis compañeros y amigos son hoy en día notables y excelentes profesionales, con alto grado de formación ética y humana; un gran porcentaje educados en universidades públicas, pues en la provincia colombiana no son muy amplias las oportunidades económicas para acceder a una educación privada.
Mis padres se formaron en la Universidad Nacional de Colombia y nos enseñaron la importancia de valores como la libertad, la igualdad, los derechos y los deberes como familia y ciudadanos. Por todo ello debemos defender la educación pública y respaldar las luchas juveniles siempre buscando el sostenimiento digno de las universidades públicas y siendo coherentes respaldamos las marchas educativas y siempre con fortaleza llevar las ¡Antorchas arriba! ¡Viva la marcha estudiantil nacional!
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