Por Freddy Fernando Flórez Afanador/ Al pueblo colombiano lo someten a un aumento paupérrimo del salario mínimo legal mensual siempre en plenas fiestas decembrinas para que en medio del jolgorio nos traguemos ese sapo. Dicho incremento lo realiza por regla general de manera unilateral el Gobierno Nacional a través de decreto, a pesar de existir una comisión permanente de concertación de políticas salariales y laborales, conformada por el Estado, con participación de cuatro ministerios y el DNP; representantes de los empleadores (Andi, Asobancaria, Fenalco, SAC y Acopi) y delegados de los trabajadores, que básicamente son las confederaciones sindicales.
Este grupo al final constituye un simple ‘saludo a la bandera’. Finalmente, para 2019 fue ‘concertado’ un aumento del 6 por ciento ¡Por favor!
A través de la Ley 6 de 1945 se constituyó legalmente el salario mínimo en Colombia, que en 1949 fue de 2 pesos diarios, era variable por sectores. Desde 1983 se unificó el salario mínimo para todos los trabajadores en el país.
Desde el año 2011 el salario mínimo ha tenido incremento de 35 mil pesos por año, en promedio. Para 2019 se fijó en $45.874, que por supuesto no se compadece con el real aumento del costo de vida. Con este incremento usted podrá comprar cinco libras más de carne al mes. Además, no es un secreto que, por ejemplo, a mayor valor de los combustibles habrá más costos de producción, lo que hace una burla el incremento salarial.
El cuento de los economistas es que el aumento del salario va atado a la inflación y a la productividad; la tesis consiste en infundir terror mediante la teoría que acrecentar el salario de manera decente afecta el empleo, pero nunca nos explican cómo es posible el crecimiento de la economía con salarios tan bajos, toda vez que, con un pobre poder adquisitivo, pues el consumo por defecto también será bajo.
Debemos pensar que si hay mayor consumo habrá mayor productividad y, por ende, mayor empleo. Frente a una tesis razonada de un aumento verdaderamente equitativo, los economistas señalan que, si se produce lo mismo, un incremento excesivo del salario aumenta el desempleo e informalidad.
Paradójicamente ninguno de los que participan en la comisión de concertación gana un salario mínimo, entonces, ¿cómo harán para defender las tesis en un aumento real, equitativo, pero, sobre todo, justo? Es claro que en Colombia ninguna familia puede subsistir con un salario mínimo, ¿no será que la imposición de este emolumento a los niveles precarios que observamos todos los años es tan solo una imposición de la banca multilateral que representa a los ricos industriales del mundo?
No es coincidencia que sea en países del tercer mundo como Perú, Bangladesh, India, etc., donde las multinacionales tienen sus áreas productivas, aprovechan que pueden pagar salarios de hambre para hacerse cada día más ricos a costillas de los más pobres; en estas naciones se imponen salarios miserables. Igualmente está pasando en Colombia, no es coincidencia que las productoras de cine y televisión norteamericanas estén concentradas en el país, el pago de actores, extras y en general la producción, les sale a ‘precio de huevo’.
Los norteamericanos no son bobos, producen a precio casi de esclavitud, pero se llevan todo el dinero de la comercialización; la teoría de que un ingreso alto si fortalece la economía general del Estado se aprecia en todo su esplendor en Estados Unidos, veamos:
En la mayor potencia del mundo -y por eso es que son potencia- se aplica el axioma de que el trabajo duro, bien hecho y honesto debe ser bien recompensado; ello contrasta con que no existe un trabajo seguro, se puede despedir sin problemas, lo único seguro es su propio potencial y las ganas de trabajar (qué falta nos hace esto).
El salario mínimo lo fija el gobierno federal (el de la nación), pero los Estados e incluso las ciudades pueden establecer uno superior. Desde el 24 de Julio de 2009, el gobierno federal no ha incrementado el salario mínimo, éste se encuentra establecido en US 7,25 dólares la hora, es decir casi $23 mil pesos, mientras tanto en Colombia equivale prácticamente a un día de trabajo, el cual quedó en $27.603 pesos diarios para el 2019.
Con ese salario mínimo en EE.UU., en una semana de trabajo el ingreso supera los $900 mil pesos, y en el año más de $47 millones; en Colombia no alcanzamos los $10 millones en el año con nuestro salario mínimo. Adicionalmente en el país del norte, si una persona sólo cuenta con el ingreso del salario mínimo y tiene familia, entonces calificará para ciertos beneficios sociales adicionales. Por último, podemos afirmar que toda empresa que contrate con el gobierno federal debe reconocer como salario mínimo a sus trabajadores US 10,20 dólares la hora, es decir más de 32 mil pesos.
Ahora, como el salario mínimo en el país del norte puede variar entre Estado o ciudades, tenemos que en Florida la hora es de US 8,25; en Washington a US 11,50; en Los Ángeles a US 12,00; en San Francisco a US 15,00. Sólo el 2,6% de los trabadores estadounidenses gana el salario mínimo, los demás obtienen un promedio de 50 mil dólares al año.
El desafío a las teorías económicas sobre el riesgo y la improcedencia a un fuerte aumento del salario mínimo por afectar negativamente la economía del Estado, en cuanto presuntamente aumenta la inflación y el desempleo, lo ha puesto a prueba el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien decretó el aumento del salario mínimo legal a nivel nacional en el 16,21%, con excepción de los municipios fronterizos cuyo incremento será del 100%. (Es importante recordar que estas ciudades son las que padecen en mayor medida el flagelo del narcotráfico, justamente por la falta de oportunidades de empleo digno)
Es necesario evaluar el salario mínimo en Colombia y pasar de un salario mensual a un salario mínimo por hora, flexibilizando las relaciones laborales; los temas de salud deben simplificarse en pólizas de seguro que hagan efectivo su uso a quienes lo requieren realmente, lo cual bajaría los gastos de manera exponencial y evitaría el desangre de estos recursos. En fin, necesitamos legisladores que entren a revisar este y muchos temas que permitan un mayor y mejor desarrollo del país.
¡Feliz Año!
Twiter: @freddyflorez
Email: freddyfflorez@hotmail.com
Facebook: Freddy Flórez
Instagram y Fanpage: Freddy Fernando Florez